Ogando, un error le echó a perder cinco años de carrera

Yahoo! Sports, Texas…..Alexi Ogando apenas conoció a la mujer que le costó cinco años de su vida en el béisbol. Ni siquiera recuerda su nombre, tampoco puede reconocer su rostro. Todavía no se sabe si es real.

Ella lo obsesionó. Ogando, uno de los mejores lanzadores en el béisbol este año permaneció la mitad de una década muy apartado del mundo en que se suponía debía estar. Se encontraba en República Dominicana, la nación donde había vivido su vida completa y no le era permitido viajar a América.

Apenas un puñado de hombres en el béisbol lanzan más fuerte que Ogando. Los Vigilantes de Texas sabian de su talento y de que en algún momento se convertiría en un brillante lanzador.

En el 2004, Ogando contrajo matrimonio con la mujer que nunca conoció. Al menos pensó lo que hizo. Se encontraba en el grupo de 30 jóvenes dominicanos quienes acordaron participar en una especie de matrimonios en el cual los peloteros jugaron roles protágonicos.

Las nuevas esposas de los jugadores negociaron con representantes de estos para obtener su visado norteamericano y tras ubicarse en territorio de Estados Unidos comenzaron a realizar una variedad de negocios en su mayoría del bajo mundo.

Por participar en el matrimonio, Ogando recibió tres mil dólares. El dinero nunca llegó, las consecuencias si y de manera rápida. Cuando Ogando aplicó para recibir su visado norteamericano temprano en el 2005, el departamento de Estados le negó la visa, lo mismo aconteció el siguiente año y el año después también y así continuó aconteciendo. Las excusas no eran lo suficientemente sólidas como para ser perdonado.

“Mantuve mi creencia en Dios, no tenía en nadie más en quien creer”, expone Ogando.

 Hasta que otra mujer lo ayudó, ella se llama Charisse Espinosa, quien se prestó para salvarle la carrera tanto a él como a su compatriota Omar Beltré. Aconteció en febrero del 2009, ella visitaba a Eladio Moronta, un prospecto de los Yankees de Nueva York al cual representaba y se reunió con un grupo de ejecutivos de los Vigilantes, quienes la invitaron a su instalación en Dominicana.

Ellos conversaron acerca de los casos de Ogando y Beltré y de inmediato comenzaron las diligencias con los diferentes departamentos de imigración y el Consulado de Estados Unidos. El principal argumento era que tanto Ogando como Beltré se encontraban en un grupo de víctimas que fueron engañados por un hombre de sobrenombre Wilson, quien realiza este tipo de trabajo en los círculos de República Dominicana.