CORREGIR LO QUE ESTA MAL, HACER LO QUE NUNCA SE HIZO VS.

Por Bernardo Hirán Sánchez Melo

En la postrimería de la presente gestión gubernamental habría que revisar, minuciosamente, los datos referentes a la situación socioeconómica de la población dominicana, contenidos en los informes elaborados, tanto por instituciones locales como por organismos de carácter regional, para constatar cuales han sido los resultados logrados en materia social y económica, por la gestión de gobierno que concluirá el próximo 16 de agosto.Esto con el propósito de verificar la validez del eslogan: “Continuar lo que está bien”; “Corregir lo que está mal”, y, “Hacer lo que nunca se hizo”.

En efecto, sí se analiza en detalle el Informe sobre Desarrollo Humano 2011, del PNUD, se puede observar que la República Dominicana es ubicada entre los países de ingreso medio con el lugar No. 98 entre 187 países, al mostrar un Indice de Desarrollo Humano, IDH, con un valor de 0.689, reflejando poca movilidad en lo que respecta a desarrollo humano, al incrementarse en tan sólo 7% en un intervalo de 12 años, de los cuales los últimos cuatro años, el referido índice, se mantiene prácticamente inamovible, en el orden del 0.680 promedio. Con la desventaja de que el nivel de éste indicador, bastante explícito respecto a la condición de vida de los habitantes de un país, se deteriora significativamente al tomarse en cuenta el ajuste por desigualdad, al reducirse bruscamente al valor de 0.510, es decir en un 26% respecto a 0.689, por lo cual la clasificación del país desciende en nueve lugares. Y peor aún, la cifra de referencia disminuye a tan sólo 0.451, cuando se considera el índice de educación. En tanto, dicho Informe, al valorar la Satisfacción General con la Vida de los dominicanos, coloca al país, con tan sólo 4.7 puntos, en una escala de 1 a 10, prácticamente al nivel de los países del África subsahariana, una de las regiones más deprimente del mundo.

Por su parte, el Indice de Competitividad del Word Economic Forum, reduce nuestra condición competitiva del lugar 101 en el 2010/2011 al lugar 114 en el 2011/1012, cuando hace apenas dos años ocupábamos el lugar 95 entre 133 países, con una puntuación de 3.7, reflejo del deterioro del nivel de competitividad del país. En éste marcado desmejoramiento de los niveles de competitividad ocupa un peso relativo los aspectos institucionales, los cuales por sí sólo hacen descender la competitividad del país al lugar 126.

Esto así, por el favoritismo gubernamental que, con una pírrica puntuación de tan sólo 1.8, nos confiere el lugar 141, por un lado. En tanto, en lo que respecta a infraestructura, los problemas de suministro de electricidad nos ubican con 1.9 puntos en el lugar 129. Y bajamos al último lugar en lo que respecta a la calidad en la educación primaria y al dominio de las matemáticas y las ciencias en la educación, con 1.8 y 1.9 puntos, respectivamente.

En lo que respecta a la desigualdad, el informe Panorama Social de América Latina 2011, de la CEPAL, muestra como a lo largo de los últimos 10 años se ha deteriorado la equidad en el país, al pasar el Indice de Gini, que mide la desigualdad en la distribución del ingreso, de 53.7 en 2002 a 55.4 en el 2010, confiriéndole al país la deshonrosa condición de ser unos de los países de mayor desigualdad en el mundo, esto como resultado de la reducción en la participación en el ingreso de 12.7% a 11.3% de la población ubicada entre el 40% más pobre, mientras el 10% más rico aumentó de 37.7% a 37.9%.

Luego, es bajo ese panorama que se enfrentan en la próxima contienda electoral, los dos candidatos con mayores posibilidades de ganar. Uno de ellos, perteneciente al Partido oficialista, que al enarbolar el eslogan “Corregir lo que está mal”, deja implícito que algo está funcionando mal, pero que no da a conocer qué es.

Mientras, propone “mantener lo que, supuestamente, se está haciendo bien”. Lo que bien podría asumirse que se refiere a mantener las oportunidades reservadas a quienes hasta ahora han sido los privilegiados de los favoritismos gubernamentales. En tanto, deja en nebulosa qué es lo que se va hacer, pues no está claro si será beneficioso para toda la población dominicana o por el contrario continuará favoreciendo a quienes se han servido de las mieles del poder.

En contraposición, en el otro extremo, se encuentra la propuesta del candidato opositor, magistralmente sintetizada en un eslogan, que por una parte propone “UN MEJOR PAIS”, dando a entender que se requiere de una gestión de gobierno que propicie más crecimiento económico y de mayor calidad, que mejore la calidad de vida de la población dominicana, de modo que ésta disponga de mayor y mejor formación educativa, de mejores niveles de salud, de mayores oportunidades de empleos dignos y de calidad, es decir un mejor país en el cual sus habitantes se sientan orgullosos de vivir y trabajar por él.

En tanto, la propuesta “PERO PARA TODOS”, es sugerente, al plantear la impostergable necesidad de mejorar la condición de igualdad de oportunidades de la población dominicana, de modo que exista una mejor distribución del ingreso, menores niveles de pobreza, mejores condiciones educativas, laborales, de salubridad, mayor participación de la mujer, mayor seguridad ciudadana y sobre todo un país con perspectiva de crecimiento material y espiritual de la presente generación, preservando los recursos ambientales y naturales necesarios para el desarrollo de las futuras generaciones.

En conclusión son dos eslóganes: uno con marcados visos de interpretación, al dejar en nebulosa la orientación de las acciones del candidato oficialista; el otro, concreto en su contenido, al cumplir con las condiciones necesarias para lograr un mayor nivel de desarrollo humano: una mejor calidad de vida, pero en condición de mayor equidad.

El Autor es Economista, catedrático universitario.

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