América Latina vibra con visita del papa Francisco

https://www.elvalleinformativo.com/2013/07/america-latina-vibra-con-visita-del.html
BOGOTA, Colombia (AP)… Sus
viejos zapatos negros, su pasión por el fútbol, su humildad, su rechazo de los
protocolos pomposos, su compromiso con los pobres. Son muchas las razones por las que el
regocijo inicial que causó en América Latina la elección del primer papa de la
región se haya transformado en una verdadera devoción por un hombre que está
dando claras muestras de querer reformar la Iglesia Católica y acercarla a la
gente.
``Aparte de la emoción
natural (de tener un santo padre latinoamericano), el papa ha sabido mover el
corazón de los latinos'', dijo el padre Roberto Arenas, director del
departamento de Juventud e Infancia de la Conferencia Episcopal de
Colombia.
``A mí me encantó lo de los
zapatos viejos... íay Dios bendito! El gesto de ir a pagar su hospedaje (en
Roma tras su elección)'', manifestó el religioso. ``A los pelaos (jóvenes) eso
les llega y lo exigen. Los mismos pelaos dicen, `ay (es) tan difícil cuando
ustedes los curas se ponen tan almidonaditos, tan lejanos a nosotros', y creo
que eso (las acciones del papa) fue tocar la puerta para abrir muchas cosas,
que ojalá se sigan abriendo, una señal de una iglesia más sencilla, más
cercana''.
El pontífice de 76 años,
nacido en Argentina, ``es una persona humilde y común y corriente. No importa
si es brasileño o argentino, sino la humildad que él hace sentir'', opinó
Enrique Godoy, un consultor y evangélico de Guatemala. ``El papa Francisco trae
un aire de frescura para las religiones en general, una persona que tiene
humildad y que está haciendo viva la palabra de Jesús''.
El fervor que ha generado
Francisco es tal, que se calcula que unas 3 millones de personas irán a fines
de julio a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud, que será el
primer encuentro del nuevo papa con el relevo generacional de los
católicos.
Desde su elección el 13 de
marzo, este papa que habla español con marcado acento argentino vistió sus
zapatos negros y al salir al balcón de San Pedro para ser visto por primera vez
como sumo pontífice, omitió la estola roja que llevan sobre sus hombros los
papas en esas ocasiones. No usa un anillo de oro o una cruz dorada sobre su
pecho.
Tampoco se hospedó en las
suntuosas habitaciones vaticanas, sino que sigue en una residencia u hotel
conocido como Santa Marta, dentro del mismo Vaticano, donde llegó como cardenal
para la elección del sucesor de Benedicto XVI, quien al dejar el cargo el 28 de
febrero pasado fue el primero en renunciar en 600 años.
En junio, el Vaticano
informó que el papa Francisco se abstendría de tomar vacaciones, como lo han
hecho sus predecesores, en Castelgandolofo, sobre las colinas al sur de Roma, y
permanecería en Santa Marta. El papa, por otro lado, no usa el ``papamóvil''
con vidrios, ya que prefiere el vehículo blanco ``al aire libre'' para tener
contacto físico a los feligreses que atestan la Plaza de San Pedro.
Godoy recordó que, recién
elegido, el papa llamó a Buenos Aires por teléfono al vendedor de diarios que
le entregaba cada día el periódico y le dijo que suspendiese las entregas
porque ahora estaba en Roma, donde él mismo pagó la cuenta del hotel, como
cualquier persona.
Su discurso es sencillo, a
favor de los pobres y de que los ``pastores'' o sacerdotes salgan de las
iglesias y estén al lado de la gente, un mensaje simple y directo.
Tales valores de pobreza
pueden estar cimentados en su origen jesuita, pero también en el hecho de ser
latinoamericano y haber estado cerca de los más pobres en Buenos Aires.
``Puede ser que la
presencia del papa Francisco signifique una mirada distinta para la política
del Vaticano, así como una revalorización de lo que es la situación de
Latinoamérica, una región que ha producido mucho en términos de teología y en
términos de movimientos eclesiales de base'', dijo Hernán Reyes, analista y
profesor de la Universidad Andina, en Ecuador.
``Su propio origen la da
cierta afinidad con estas líneas de acción religiosa que he mencionado y podría
adelantar un giro desde la postura eurocéntrica que ha imperado, hacia un
proceso de cambio de las lecturas que hace la iglesia acerca del mundo
contemporáneo'', añadió Reyes.
Y en un mundo actual donde
los símbolos son tan importantes, con sus acciones el papa Francisco está
metiendo goles, dijo el padre Francisco de Roux, máxima autoridad de la
Compañía de Jesús en Colombia.
``A través de símbolos está
mostrando muy claramente hacia dónde quiere ir... Hay que estar al lado de la
gente'', señaló De Roux. El papa muestra
``el humor que tienen los porteños (de Buenos Aires), que mezcla la pasión por
el fútbol (Francisco es fanático del club San Lorenzo)... Vive un poco como si
estuviera metido en un estadio de fútbol abrazando a todos los hinchas y
tratando de meter goles a cada rato, goles simbólicos'', añadió.
Una de las cosas que le ha
llamado la atención a Elizabeth Deyon, un ama de casa de 64 años en Caracas,
``es que no sigue los rituales... Se ve un señor muy sencillo''.
``El salirse del protocolo
es lo que me gusta'', dijo Deyon en una calle de la capital venezolana. ``Uno
siempre los ve (a los papas) como que nadie se les puede acercar. La idea de
una personas como esa es que debe acercarse al pueblo, a las personas que lo
necesitan''.
De norte a sur en el
continente, muchos recuerdan anécdotas de Francisco y su sencillez.
``Que se haya pagado el
hotel y que haya viajado en el mismo autobús con el resto de los cardenales
cuando ya era papa'', citó la contadora Paulina Letelier, de 30 años, en
Santiago de Chile consultada sobre que le gustaba el nuevo pontífice. ``Conoce
cómo somos los latinoamericanos, cómo pensamos, cuáles son nuestras necesidades
y sabe que en América Latina todavía queda mucha pobreza y mucha desigualdad'',
acotó.
Para el provincial de los
jesuitas colombianos, De Roux, fue precisamente esa condición de latino lo que
lo llevó al trono de San Pedro entre los 110 cardenales menores de 80 años que
podían votar.
``En Europa lo que se ve es
una iglesia que es vista como una institución envejecida, que lo único que hace
es defender una moral que ya a nadie le interesa'', manifestó. ``Yo creo que
esto es importante, que los cardenales que lo eligieron esperaban a alguien que
le trajera una esperanza nueva al catolicismo y estoy convencido que en eso
acertaron. La iglesia tiene que liberarse de la cultura romana, había quedado
atrapada en el mundo romano y en el mundo europeo que hoy en día tiene muy poco
interés en el catolicismo, cada vez menos''.
En Europa, acotó, impera
``un pensamiento filosófico tremendamente secularizado, materialista, muy
pesimista sobre el futuro de la humanidad, un pensamiento filosófico casi
irónico en alguna forma, de desánimo, de desentusiasmo sobre el futuro del ser
humano'', explicó de Roux.
En cambio, destacó, el
pensamiento latinoamericano ``es un pensamiento de entusiasmo, de muchas
dificultades, por supuesto, pero es un temperamento de creación, de pa lante es pa lla (optimismo), y aquí se ha
generado todo ese pensamiento de que un nuevo mundo es posible y dentro de ese
nuevo mundo hay esperanza, con todas y sus dificultades, pero Europa en cambio
ha perdido eso''.
El teólogo Carlos Ayala,
director de la radio YSUCA, de la Universidad Centroamericana José Simeón
Cañas, de los jesuitas, en El Salvador, coincide. ``Hay cierto modo de empatía
con ese modo de entender la fe, de entender la teología, de enseñar sobre todo
orientado a iluminar las realidades cotidianas'', indicó Ayala.
Este papa, explicó el
doctor en sociología de la Universidad de Santiago, en Chile, Cristián
Parker, ``es más pastoral, que es el que
va detrás de las ovejas. El teólogo es más bien el que dicta cátedra, está con
los libros, el que trabaja intelectualmente, en cambio el pastor es el que está
metido con la gente''.
``No es sólo que el papa
sea sencillo, austero, sino que el papa se acerca a los pobres con una actitud
distinta, con una actitud de una iglesia que quiere servir a los pobres... Hay
una nueva perspectiva que el papa le está dando a la iglesia universal a través
de lo que ha recogido de la iglesia latinoamericana'', insistió Parker.
José Montenegro, un
jubilado de 73 años en Quito, cree que para Latinoamérica es importante tener
un papa de la región.
``Conoce nuestra
idiosincrasia, sabe de nuestros sufrimientos y de nuestras alegrías'', dijo
Montenegro. ``Habla nuestro idioma, es un papa de nuestra tierra''.
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