Supervivientes de 'Sabra y Chatila' festejan la muerte de Ariel Sharon
https://www.elvalleinformativo.com/2014/01/supervivientes-de-sabra-y-chatila.html
BEIRUT---------La comunidad
palestina refugiada desde hace décadas en el Líbano -en general-, y los campos de Sabra y
Chatila de Beirut -en particular-, no han dejado de celebrar en las últimas
horas la muerte del ex primer ministro israelí
Ariel Sharon. Aquí, las masacres de septiembre del 82 permanecen
grabadas a fuego.
Desde
el mismo momento en que se conoció la noticia este sábado, centenares de
supervivientes de aquellos trágicos acontecimientos fueron atropellándose en
las calles; muchos de ellos portaban banderas del Estado con el que sueñan
-Palestina- y casi todos coreaban consignas contra el que apodan como el
'Carnicero de Beirut'.
Llevaban 31 años esperando este
momento, pero aseguran que hubiesen preferido haberle visto antes encerrado en
una celda de por
vida.
"Me
sentí reconfortado al enterarme de que Sharon había muerto.
Creo que los [ocho] años que pasó en coma fueron un castigo de Dios por los
crímenes cometidos", declaraba Makki, un joven de 19 años, a la agencia
Afp.
"¿Queréis
saber cómo me siento? Quiero cantar y bailar, así es cómo me siento. [...] Querría haberle acuchillado
hasta la muerte. Habría sufrido mucho más", expresaba Umm
Ali, un hombre de 65 años de Sabra y enlutado desde el día en que perdió a su
hermano en las fatídicas matanzas.
En
declaraciones a 'The Daily Star', otro residente palestino del campo de
Chatila, Walid, reconocía que su primer sentimiento por el óbito de Sharon fue
de gozo: "Es un carnicero, un asesino, un homicida. Todos los palestinos están
felices de que haya fallecido.
Mi corazón late de alegría por
su deceso". Walid recuerda que todo comenzó con una muchedumbre de mujeres
corriendo calle abajo y gritando. Luego llegaron los cohetes y la ejecución de entre 800 y
3.500 civiles, entre ellos cuatro de sus hermanos. "El
exterminio siempre será una herida en nuestros corazones", añadía el
expatriado palestino.
Milana
Al-Burji, una libanesa de 70 años viviendo en Sabra, dudaba en el citado
rotativo de si la muerte del ministro de Defensa israelí durante la Operación
Paz para Galilea serviría de algo: "¿Debería estar contenta? ¿Acaso su
muerte traerá de nuevo a mis hijos? [...] Los milicianos de la Falange
asumieron que todos en el campo eran palestinos. [...] Fui la primera en entrar
a Sabra cuando terminó la masacre. Pasé por encima de los cuerpos de varias
personas sin vida, hasta que alcance los cadáveres de mis hijos y de mi
marido".Milana es uno de los rostros vivientes de aquella tragedia,
cuando un fotógrafo del periódico 'Al-Hawadith' quiso inmortalizar para la
Historia el instante de aquel macabro descubrimiento.
'El Carnicero de Beirut'
Prácticamente
durante tres días seguidos -comenzando el 16 de septiembre de 1982-, entre
centenares y miles de hombres, mujeres y niños fueron
aniquilados en los campos de Sabra y Chatila, en el suroeste de
Beirut. Eso sólo aquéllos que pudieron ser identificados y sepultados con los
honores que merecían. Alrededor
de 500 civiles continúan desaparecidos.
Por aquel entonces, estos campos de refugiados palestinos se
encontraban bajo control del ejército israelí. Tres meses antes -dirigidos en
última instancia por Ariel Sharon- este mismo ejército había invadido el
Líbano, supuestamente para expulsar a las milicias de la Organización para la
Liberación de Palestina (OLP) de aquel país y en respuesta al asesinato del
embajador de Tel Aviv en el Reino Unido, Shlomo Argov.
No existe discusión acerca de que el exterminio fue consumado
por las Fuerzas Libanesas (milicias cristianas), pero siempre pesará sobre el
ex primer ministro israelí el haber 'mirado hacia otro lado' cuando se
produjeron los asesinatos. Sharon, en condición de ministro de Defensa, fue
obligado a dimitir del cargo cuando fue hallado "culpable indirecto"
del holocausto de Sabra y Chatila por un tribunal de Israel.
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