La espiral de violencia y la muerte de Juancito
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https://www.elvalleinformativo.com/2015/12/la-espiral-de-violencia-y-la-muerte-de.html
Por José Danilo
“La
violencia jamás resuelve los conflictos,
Ni
siquiera disminuye sus consecuencias dramáticas
La espiral de la violencia sólo la frena el
milagro del perdón”
San Juan Pablo II
Desde tiempo incontable,
algunas voces han venido llamando a la conciencia con respecto a la
proliferación de armas de fuego en manos de la población civil, recibiendo
indiferencia o rechazo en torno al tema.
En esas campañas descuella
el padre Luis Rosario, coordinador general de la Pastoral Juvenil, quien ha
promovido como una voz que clama en el desierto, pregonándolo en todos los
foros a su alcance, su denuncia de la facilidad con que se otorga un instrumento
para matar, a cualquiera que reúna el mínimo requisito del dinero para
comprarlo.
El arma de fuego se ha
constituido en un criterio social, como los vehículos de lujo, los teléfonos
inteligentes con tecnología punta, entre otras vanidades.
La resonancia en torno a
las campañas que proponen el desarme civil, es de vitalidad variable, durante
algunos días, acaso semanas, hasta que el grito extingue por cansancio.
Y es que, al igual que para
algunas naciones poderosas, la venta de armas significa un filón de oro vil,
aunque esté manchado de sangre.
El país vive una espiral de
violencia. Baste (h) ojear, con hache y sin ella, la prensa, para espantarse de
los hechos de sangre que se generan en toda la geografía, en los que el
instrumento de agresión ha sido un arma de fuego.
Recién ha estremecido al
país consternando a la sociedad dominicana la muerte del síndico de Santo
Domingo Este, licenciado Juan de los Santos (RIPS).
Los detalles, las
especulaciones, los comentarios de tan diversa índole y perspectiva se
multiplican por doquier con el paso de los días. Para escandalizar aun más, ese
mismo día un señor resultó muerto a tiros por un desconocido, supuestamente
porque rozó con su vehículo al del matador.
Todo punto de vista es la
vista desde un punto, de tal suerte que, al caer un joven destacado como Juan
de los Santos (Juancito), síndico y empresario, ubicado en la perspectiva
privilegiada del poder, con un futuro promisorio, entretanto las razones se
dilucidan, la sociedad dominicana parece
reaccionar aun en los sectores con el criterio más inane, reacios en
torno al desarme, revisando su postura.
Se impone ponerle coto a la
gran cantidad de armas en manos de la población civil. Y no se trata únicamente
de las armas ilegales, también las otras, amparadas en un permiso casi siempre
burdo.
Es absurdo hablar de paz y
convivencia pacífica mientras abunden las armas en manos de cualquiera, como
tambien lo es en tanto subsistan las situaciones de injusticia social. La
sociedad se torna violencia tanto más cuanto se torne injusta e inicua.
Hoy, pidiendo, exigiendo,
implorando, gritando paz, nos hacemos eco de la propuesta del padre Luis
Rosario, y del proceso para que se haga realidad:
1- Declarar de utilidad pública el desarme.
2- Congelar los permisos de Interior y
Policía para el porte y tenencia de armas
3- Lanzar una campaña educativa contundente
a favor del respeto a la vida y en contra de las armas, solicitando la
colaboración de los distintos medios de comunicación
e instituciones públicas y privadas.
4- Prohibir la publicidad de las armas.
5- Detener la importación formal de armas
6- Prohibir la venta de armas
7- Comprar, por parte del Estado, las armas
existentes en el mercado formal y
entregarlas a las FFAA.
8- Realizar un inventario confiable de las
armas que posee la Policía y las FFAA.
9- Prohibir a veteranos el porte y tenencia
de armas
10- Exigir que policías y militares no porten
armas si no están en servicio y debidamente identificados y uniformados
11- Prohibir la exhibición de armas en público
12- Solicitar a Funcionarios Públicos y Legisladores realizar un gesto de valentía despojándose
de sus armas.
13- Implementar operativos de desarme en forma
conjunta por las FFAA y la Policía, dirigidos por el Ministerio Público.
De no reaccionar con la
energía y presteza que demanda la situación de violencia en aumento; de
continuar el rearme de la población civil, tan solo contribuiremos a replicar
el trágico drama de Caín y Abel, con nefastas consecuencias en las que
cualesquiera de nosotros, de los suyos...o usted, se convierta en víctima de
este torbellino de aflicción. Este tiempo de Adviento y pre-navidad es propicio para clamar y
reclamar:
¡No a las armas! ¡No a la
violencia!
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