Manuel Salazar: Un congreso para la revolución

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Hacia su noveno congreso,
la militancia del PCT ha sido convocada a discutir sobre cómo elevar el
espíritu revolucionario para cumplir mejor las tareas de la revolución
dominicana. Y en este sentido se le ha pedido reflexionar sobre cómo valora el partido
la revolución dominicana en particular.
El PCT y la Revolución
Dicho sea, tanto como se deba, la revolución y el socialismo son los
objetivos fundamentales del PCT. Las luchas populares, las tácticas y las
formas organizativas para la lucha social o política, procuran impulsar la
revolución y el socialismo.
Esto hay que tenerlo
siempre presente. Porque de lo contrario, las tácticas y los frentes se
convierten en fines en sí mismos y el partido y la revolución quedan como
elementos generales que sólo
sirven para cohesionar militancias sociales hacia un propósito inmediato
de cada frente. Consecuentes con ese ideal, desde el séptimo congreso, hemos
venido asumiendo la tarea general de que
“Dar solución práctica al Problema de la Revolución dominicana, es la
Tarea histórica y más Urgente de los Comunistas y Revolucionarios dominicanos”.
Estas ideas generales
sustentan una práctica política, incluida las alianzas que, por una parte, se
inscribe en la búsqueda de los objetivos y de la estrategia, y por la otra y en
relación directa con estos, se corresponden con las circunstancias que expresan
la vida política y social del país.
Es así que, con la
política al mando, y desde la política, y con el propósito de
potenciar su propia política y sus objetivos,
en ocasiones el partido ha desarrollado
relaciones y firmado compromisos políticos con otras fuerzas, incluso de
derecha; porque, como decía Lenin, el
Partido representa a la clase, no solo dentro de la clase, sino frente a todas
las clases de la sociedad, sin abandonar nunca sus propios intereses.
Es visión del partido que
se puede acceder al gobierno, o a porciones de gobierno, por la vía
electoral. Pero nunca ha coqueteado
siquiera con la idea de que por esta vía se podría tomar el poder político
total. El PCT asume la revolución como el camino hacia el poder.
Asentado en la ciencia
marxista leninista, considera que la revolución se construye día a día, y
ocurre cuando confluyen situaciones específicas, de orden objetivo y subjetivo.
Con el leninismo, ha comprendido que no bastan las crisis económicas y
políticas para que estalle la revolución, sino que es necesario que exista una
vanguardia dirigente y una disposición práctica de las masas a cambiar el
estado de cosas.
En el PCT
nunca hemos visto la revolución como algo parecido al asalto a un tren,
o a las diligencias, como ocurre en las películas de vaqueros. Ve la revolución
como una obra en diaria construcción, en el interés de que la militancia
trabaje penetrada del ideal de que la acerca en cada tarea bien cumplida, y no
como algo abstracto que sucederá “algún día”.
Nuestra idea de la
revolución está centrada en la convicción de que será el resultado de la lucha
política de las masas, la que generará elementos de guerra civil en la sociedad
y a partir de esa situación, y solo entonces, la política debería tomar una
línea y formas insurreccionales. Es lo que dice la historia dominicana.
Hace más de 100 años que
Lenin formuló las tres dimensiones que un militante
comunista lleva en sí mismo; tres en
uno, como el aceite aquel.
1.- El militante comunista
va a los trabajadores y las masas populares para educarlas, organizarlas,
llevarlas a las luchas callejeras, a las huelgas, y acompañarlas en estas y
otras jornadas.
2.-El militante comunista participa
como candidato, o vota (usa la papeleta electoral dice Lenin), para combatir de
esa manera al enemigo de clase, cuando
la lucha electoral es la impuesta por las circunstancias.
3.- El militante comunista
se arma del fusil, se convierte en comandante guerrillero o militar, cuando la
insurrección popular es la forma que asume la lucha de clases.
Este es el ideal del
militante que el PCT construye.
Por: Manuel Salazar
@LaHojaRD
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