El mito de las minas que “chupan el agua”

https://www.elvalleinformativo.com/2018/01/el-mito-de-las-minas-que-chupan-el-agua.html
Por Osiris de León
Desde la antigüedad la
imaginación ha construido mitos para todo aquello que la gente no conoce o no
entiende bien, porque un mito bien manipulado termina convirtiéndose en motivo
de terror para una población que teme a lo desconocido, especialmente si eso
nos pone en peligro, y fue así como desde niños escuchamos decir que el niño
que siempre estaba muy delgado era porque una bruja “se lo estaba chupando”, o
que en los bosques de Norteamérica habita un gigante de pies grandes, o que en
los mares vive una sirena, o que una luz extraña en los cielos es un ovni
tripulado por marcianos, o que la Rep. Dominicana se hundirá en la fosa de
Milwaukee, o que el 31 de diciembre del 2000 (Y2K) todo reloj y equipo
electrónico dejaría de funcionar, o que conforme al calendario maya el 21 de
diciembre 2012 se acabaría el mundo. Hay muchos mitos.
Y los mitos se extienden a
la minería, pues personas que no han trabajado en operaciones mineras, o que no
simpatizan con la minería, argumentan que las minas son como las brujas que “se
chupan” el agua de sus alrededores, por lo que toda región donde se ha de
ubicar cualquier operación minera se ha de quedar sin agua, y bajo ese terrible
y espantoso argumento de ficción se intimida a una parte importante de la
población para que objete las operaciones mineras porque las minas van a
“chupar” y a contaminar toda el agua que ellos necesitan para tomar, cocinar y
cultivar alimentos, y hasta algunos ministros terminan diciendo, de buena fe,
que “el agua vale más que el oro”, sin darse cuenta que una cosa no tiene
absolutamente nada que ver con la otra, y veamos dos ejemplos muy bien
conocidos.
1- Hay personas que dicen:
“Las mineras de agregados se chuparon toda el agua del río Nizao, y cuando
pasamos por el puente Lucas Días vemos la triste imagen del cauce seco y
recordamos que 40 años atrás ese río parecía un mar de agua dulce”, sin
ponderar que el río Nizao está represado en Jigüey, en Aguacate, en Valdesia y
en Las Barías, siendo el único río del país que tiene 4 represas, y que desde
la presa de Valdesia diariamente se envían 150 millones de galones de agua para
los acueductos de Santo Domingo y San Cristóbal, y que desde Las Barías se
envían diariamente 250 millones de galones de agua para el canal Marcos A.
Cabral y 180 millones de galones de agua para el canal Nizao-Najayo, es decir,
que al río Nizao se le sacan 580 millones de galones de agua diariamente para
usos domésticos y agrícolas; y que son los acueductos y la agricultura (no las
granceras) quienes “se están chupando el agua del Nizao”.
2- Otros dicen “la minería
consume toda el agua de la población y la que no consume la contamina” pero
usted puede ver que el río Yuna, que conforme a los datos hidrométricos del
Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos es el río más caudaloso del país
porque en promedio transita 91 metros cúbicos de agua por segundo, no obstante
atravesar la zona de las 3 grandes operaciones mineras localizadas en Bonao,
Maimón y Cotuí, y no obstante pasar justo al lado de los frentes mineros
niquelíferos de loma Caribe y de la planta de proceso metalúrgico de loma
Peguera, y recibir las aguas de los ríos que salen de las minas de cobre y oro
de Cerro Maimón y de las minas de oro, plata y cobre de Pueblo Viejo, cuando
usted muestrea el agua del río Yuna encuentra que de los grandes ríos
dominicanos es el menos contaminado (y su contaminación es bacterial cloacal
urbana, no minera), y el único que siempre transita un gran caudal, incluyendo
en épocas de sequía, al extremo de que durante la gran sequía de los años 2013,
2014 y 2015 fue el río que mantuvo el mayor caudal, y como el río Yuna está
represado en Hatillo, quedó evidenciado que mientras las presas de Tavera, Bao,
Monción, Jigüey, Aguacate, Valdesia, Las Barías, Sabaneta y Sabana Yegua
estaban casi secas, sumiendo al país en la mayor crisis de agua de esta
generación, la presa de Hatillo era la única presa del país que se mantenía
llena de agua, lo que contradice el mito de que las minas “se chupan” el agua
de los ríos vecinos, porque los ríos y las presas donde no hay minería estaban
secos, mientras el río Yuna y la presa de Hatillo, donde está toda la gran
minería metálica del país, tenían la mayor cantidad de agua.
El secretismo con que
siempre se han manejado las empresas mineras, sumado al famoso caso del arroyo
Margajita, han ayudado a generalizar esos mitos, pero ya es tiempo de abrir las
puertas de las empresas mineras e invitar con regularidad a miembros de la
prensa, a políticos, ambientalistas, profesores y estudiantes, alcaldes y
concejales, rotarios, iglesias, líderes empresariales y líderes de las
comunidades vecinas para que conozcan cómo se desarrollan las operaciones
mineras desde las canteras hasta la planta del proceso metalúrgico, pero muy
especialmente para que todo el mundo conozca la forma en que las aguas se
manejan en un circuito cerrado de reciclado para reutilización, y para que la
gente vea que las empresas mineras no son las “chupadoras” ni las
contaminadoras de las aguas vecinas.
http://elcaribe.com.do/2017/08/21/mito-las-minas-chupan-agua/
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