Cierran una aldea en China tras registrar muerte por peste bubónica

PEKIN-------Fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, malestar general, dolor muscular e inflamación de los ganglios linfáticos pueden ser no sólo síntomas de COVID-19, sino de una enfermedad más terrible aún que se propaga a través de los parásitos que portan las ratas y que se transmite muy fácilmente de humano a humano. Se trata de la peste bubónica.
Durante los últimos meses,
algunos casos de este padecimiento se han registrado en China; de hecho, las
autoridades acaban de cerrar una aldea tras registrar una muerte por peste
bubónica.
La ciudad de Baotou, en
Mongolia interior, confirmó que un residente del poblado de Suji Xincun que
murió el domingo pasado había contraído la enfermedad. Una falla del sistema
circulatorio provocó su deceso, aunque no especificaron cómo la adquirió.
En un comunicado, las
autoridades de la ciudad señalaron que la aldea fue cerrada y las casas están
siendo desinfectadas diariamente. Todos los residentes del poblado fueron
sometidos a pruebas para la enfermedad y, hasta el momento, sus resultados han
sido negativos. De hecho, nueve contactos cercanos y 26 contactos secundarios
del occiso fueron puestos en cuarentena aunque sus pruebas fueron negativas.
Damao Banner, el distrito
de la ciudad de Baotou donde se encuentra la aldea cerrada, se mantiene en un
Nivel 3 de alerta para la prevención de plagas hasta finales de este año.
No es el primer caso de
peste bubónica en Mongolia que se registra este año. A principios de julio se
detectó a un pastor enfermo en Bayannur, quien fue puesto en cuarentena y
atendido en un hospital. El hombre contrajo la enfermedad luego de consumir
carne de marmota.
La peste bubónica es
provocada por la bacteria Yersinia pestis y los roedores son sus principales
portadores. Puede infectar los ganglios linfáticos, los pulmones o la sangre.
Aunque es tratable, puede
ser altamente contagiosa, pues la bacteria puede moverse a través del aire en
las secreciones de una persona enferma. Sus síntomas pueden incluso causar
convulsiones y se presentan de uno a ocho días después del contacto con la
bacteria.
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