Ecuador declara estado excepción para hacer frente a la violencia

QUITO.- El Gobierno de Ecuador, agobiado por la inseguridad ciudadana, declaró el estado de excepción en todo el territorio nacional y blindó a la fuerza pública (policías y militares) para que ejerza las acciones contra la delincuencia.
El presidente ecuatoriano,
Guillermo Lasso, declaró este lunes el estado de excepción por sesenta días
ante lo que consideró «grave conmoción interna» debido al «aumento de la
actividad delictiva», especialmente en provincias donde las estadísticas
advierten de un repunte del crimen.
En provincias como El Oro,
Guayas, Santa Elena, Manabí, Los Ríos, Esmeraldas, Santo Domingo de los
Tsáchilas, Pichincha y Sucumbíos (fronteriza con Colombia) se dispuso la
movilización de militares para complementar las acciones policiales.
En esas localidades la
acción de las fuerzas del orden se sentirá «con fuerza en las calles», comentó
Lasso, que detalló acciones como controles de armas, de tráfico de drogas,
inspecciones y patrullas constantes de agentes de las fueras del orden.
El mandatario, que
complementó su decisión ejecutiva con un mensaje a la nación, anunció la
creación de una unidad de protección legal de la fuerza pública, encargada de
defender a policías o militares que puedan ser demandados en el marco de
acciones de seguridad.
La medida excepcional
«tiene como finalidad controlar las circunstancias que se han generado,
restablecer la conviven pacífica y el orden público», precisa el decreto
ejecutivo.
La orden gubernamental se
dio en medio de una oleada de delitos, resonada por los medios de comunicación,
que a diario informan sobre crímenes violentos, especialmente en la ciudad
costera de Guayaquil y otras zonas vecinas.
Los militares, según el
decreto, «en todo momento actuarán en coordinación con la Policía», encargada
de la seguridad ciudadana, bajo los principios de «excepcionalidad, necesidad,
proporcionalidad y humanidad», y con apego a las reglas del «uso progresivo de
la fuerza».
«En las calles del Ecuador
hay un solo enemigo, el narcotráfico», que es el motor de otras actividades
delictivas, dijo Lasso en su mensaje a la nación pronunciado en paralelo al
decreto ejecutivo.
El gobernante recordó que
Ecuador ha sido catalogado como un país de tránsito del narcotráfico, pero
señaló que esa actividad también ha generado un aumento del consumo interno de sustancias
estupefacientes.
Ese incremento del consumo
también apareja a gran cantidad de los crímenes que se denuncian a diario,
agregó el mandatario al poner como ejemplo que sólo en la provincia de Guayas,
cuya capital es Guayaquil, más del 70 por ciento de los crímenes violentos
están relacionados con el tráfico de drogas.
Por ello, el plan nacional
de seguridad que ha diseñado el Gobierno ha incluido el estado de excepción por
sesenta días, pero también supone medidas para proteger a los miembros de la
fuerza pública.
«Crearemos la Unida de
Defensa Legal de la fuerza pública, entidad que se dedicará exclusivamente a la
protección de todos aquellos miembros de la Policía o de las Fuerzas Armadas
que sean demandados por cumplir con su deber», explicó.
Según Lasso, «la ley debe
intimidar al delincuente no a la policía», y por ello su Gobierno indultará a
todos aquellos agentes que hayan sido «injustamente condenados» por este tipo
de acciones.
El Gobierno, en
consecuencia, enviará a la Asamblea Nacional (Parlamento) un nuevo proyecto de
ley para respaldar a los agentes del orden, añadió el gobernante.
El régimen quiere unir a
todas las fuerzas del orden con una sola misión, «devolver la seguridad a los
ciudadanos» y llevar «la batalla al hampa donde sea que se esconda».
Tras insistir en que la
falta de oportunidades en el país ha empujado a jóvenes al consumo de drogas,
dijo que se formará un comité interinstitucional de todos los ministerios del
frente social y la secretaría de derechos de humanos, para prevenir, detener la
adicción y reinsertar a los consumidores en la sociedad.
«Queremos un Ecuador
seguro para vivir tranquilos», ya que «sin seguridad no hay desarrollo» y para
alcanzar esa meta se requiere de un trabajo coordinado de toda la sociedad para
«vencer al enemigo común», subrayó Lasso.
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