Nancy Pelosi en China

J.C. Malone
La reciente visita de la presidenta de la Cámara de
Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán añadió un nuevo ingrediente al volátil
ambiente general de las relaciones internacionales. Ahora más que nunca la administración del
presidente Joe Biden debe evitar enojar al presidente chino Xi Jinping.
China es en extremo importante para la economía
estadounidense.
Jinping le prometió a Biden, y hasta ahora lo cumple, que
no le dará asistencia militar ni tecnológica a Rusia para su guerra con
Ucrania. Nada bueno o positivo para los intereses políticos estadounidenses
vendrá de la visita de Pelosi.
Así como Estados Unidos y Europa crearon una crisis en
torno a la invasión rusa a Ucrania, China puede aprovechar la visita de Pelosi
para crear crisis. Las razones chinas para crear una crisis serían muy
similares a las estadounidenses creando la crisis en torno a Ucrania.
Nosotros arrastrábamos una inflación galopante que ahora
se presenta como una consecuencia de la guerra de Ucrania, el presidente Biden
dice que la “inflación de Putin”. China tiene serios problemas inmobiliarios y
varios pequeños bancos colapsaron, Jinping podría tomar la visita de Pelosi
como un pretexto para resolver su problema interno.
Estados Unidos tiene un serio problema con China, produce
casi todos los bienes de la economía mundial que Washington lidera. El territorio
continental chino es la factoría mundial y la isla de Taiwán fabrica todos los
chips que usan las computadoras del mundo. Washington no gana enojando a China.
Jinping promueve el nacionalismo y de reunificación con
Taiwán, pronto tendrá el Congreso del Partido Comunista donde él buscará que o
reelijan para otro lustro. La respuesta inmediata de Jinping a la visita de
Pelosi fue disparar varios misiles durante unos ejercicios militares que
conducen en torno a Taiwán.
El único beneficio de la visita de Pelosi es que Estados
Unidos le venderá miles de millones en armas a Taiwán, para defenderse de un
ataque chino. Hasta ahora Estados Unidos mantiene una política de “ambigüedad
estratégica” con China, apoyando a Taiwán sin incomodar a Pekín, ahora pasamos
a la “confusión estratégica”.
Biden dirige la política exterior, pero la incursión de
Pelosi le añade muchísima confusión a esta complicada situación.
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments