La Masacre de My Lai

Durante la Guerra de Vietnam, el Ejército estadounidense
se enfrentó a una feroz resistencia de la guerrilla vietnamita que contaba con
el apoyo de la población local. Los altos mandos en Washington empezaron a
considerar cada aldea como un bastión guerrillero e hicieron la vista gorda
ante el empleo de tácticas de exterminio total.
La operación comenzó la mañana del 16 de marzo de 1968.
Tras un bombardeo de artillería preparatorio de cinco minutos, los militares
fueron desembarcados por helicópteros. Resultó que no había guerrilleros
vietnamitas en el pueblo. La pequeña unidad de milicianos instalada en My Lai,
en la provincia vietnamita de Quang Ngai, abandonó el pueblo poco antes del
desembarco estadounidense.
Al no encontrar lo que buscaban, los soldados abrieron
fuego contra los habitantes que trabajaban en los arrozales. Los militares
estadounidenses lanzaron un ataque contra el pueblo, disparando sin cesar.
Lanzaron granadas contra las casas y dispararon a los
habitantes con armas automáticas. El comandante de la operación era el teniente
William Calley, que ordenó bombardear My Lai para despejar una zona de
aterrizaje para los helicópteros y obligar a los residentes locales a
marcharse.
Los testigos de este atroz crimen contaron a Sputnik lo
que nadie más sabía.
"Por la mañana llegaron los estadounidenses a
nuestra casa, mi madre y yo nos asustamos y bajamos al sótano. Entonces los
soldados mataron a tres de nuestras vacas, persiguieron a mi madre y a
nosotros, cinco niños, hasta el patio, le prendieron fuego a la casa y al
granero. No nos mataron inmediatamente, sino que nos obligaron a volver al
sótano y lanzaron granadas, lo que hizo que mi familia se hiciera
pedazos", recordó uno de los testigos, Pham Thanh Cong.
Agregó que los soldados de EEUU estaban muy enfadados,
rudos y con brutalidad disparaban sin pensar dos veces, así mataron a niños de
6 y 7 años.
"Los soldados masticaron un chicle y tranquilamente
apretaron el gatillo, disparando a personas y animales", recordó el
testigo.
Otro superviviente de la masacre Vo Cao Loi compartió con
Sputnik que "los que dirigían esta guerra en el Pentágono, en la Casa
Blanca, deberían haber rendido cuentas".
"Llevaron a juicio al teniente [William] Calley,
pero él solo era un pez pequeño. Toda la responsabilidad de esto no recae en
Calley sino en los hombres que dirigieron la guerra", declaró el testigo.
El encubrimiento de la masacre continuó hasta que Ron
Ridenhour, un piloto de helicóptero de la 11ª Brigada que conocía la masacre,
pero no participó en ella, inició una campaña para descubrir los hechos.
Él escribió cartas a Nixon, al Pentágono, al Departamento
de Estado, a la Junta de Jefes de Estado Mayor y a varios congresistas, pero al
no obtener respuesta Ridenhour concedió finalmente una entrevista al periodista
de investigación Seymour Hersh, que publicó la historia en 1969. El reportaje
de Hersh sobre el "asesinato a quemarropa" en My Lai, ganador del
Premio Pulitzer en 1970, apareció en los periódicos junto con fotografías que
conmocionaron al mundo.
Varios oficiales fueron acusados de delitos relacionados
con la masacre de My Lai, entre ellos fue el teniente Calley, el capitán Ernest
Medina y varios soldados más. Con la excepción de Calley, todos los acusados
fueron absueltos o se retiraron los cargos contra ellos antes del juicio,
alegando que simplemente cumplían órdenes. Tras un consejo de guerra celebrado
en marzo de 1971, Culley fue declarado culpable de matar a 22 civiles
vietnamitas y condenado a cadena perpetua, pero fue puesto en libertad
condicional en 1974.
El My Lai Memorial está construido en el emplazamiento
del pueblo donde tuvo lugar la masacre y recibe turistas todos los días. En
este lugar la gente puede sentir con más claridad el dolor sufrido por 504
civiles inocentes y comprender el valor de la paz.
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