DesOTANicemos el conflicto

14 de agosto 2023.-
Poco después de finalizada la segunda guerra mundial,
doce países, con los EE. UU. a la cabeza, crearon la Organización del Tratado
del Atlántico Norte con el fin de establecer un sistema de defensa colectiva y
de esta manera protegerse de la Unión Soviética. Vale la pena destacar que en
sus 74 años de existencia ningún país de la OTAN ha sido atacado ni por Rusia
ni por ninguna otra nación. Todo lo contrario.
En el 1949, fecha de su creación, de esa docena de
naciones solo una, Noruega, tiene frontera terrestre con Rusia y esta línea
divisoria es una pequeña porción de menos de 200 kilómetros localizada en la
parte más septentrional de este país escandinavo.
Hoy, con la adición de nuevos afiliados, esa frontera
entre Rusia y la OTAN ha crecido sobre los 2500 kilómetros y corre desde el mar
de Barens en el norte hasta Odesa en el sur, algo tan extenso se hace muy
difícil de vigilar o defender en caso de una conflagración.
Aun así, occidente insiste en cercar totalmente al
plantígrado soviético añadiendo a Ucrania dejándole a los rusos solo una brecha
de alrededor de 600 millas en Bielorrusia la cual le permitiría el paso hacia
Europa occidental. A todo esto, debemos agregar que la totalidad de la costa
meridional del mar negro, única salida rusa al mediterráneo, la controla
Turquía, otro de los países miembros.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte ha venido
tendiendo ese cerco alrededor del suroeste de Rusia a pesar de la promesa de
James Baker en 1990 a la sazón secretario de Estado de los Estados Unidos a
Mijaíl Gorbachov, último jefe de Estado de la Unión soviética, de que la OTAN
no avanzaría ni una pulgada hacia el este, si los soviéticos permitían a la
Alemania unificada permanecer en esa entidad militar multinacional.
Esa promesa se rompió El 12 de marzo de 1999 cuando la
República Checa, Hungría y Polonia se unieron a la OTAN. De ahí en adelante ha
sido como un efecto dominó atrayendo a los países del desaparecido pacto de
Varsovia para integrarlos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Los dos últimos fueron Suecia y Finlandia.
De Europa continental solo Suiza y Austria no pertenecen a esa belicosa
estructura plurinacional.
La invitación de los Estados Unidos a Ucrania para unirse
a occidente colmó la paciencia del oso y este decidió detener el avance por la
fuerza, invadiendo a la que ellos consideran “la madre patria”.
Este conflicto, el cual afecta a todo el planeta, puede
detenerse si occidente desiste de incluir al granero del mundo en la OTAN. Con más razón ahora que el presidente Joe
Biden acaba sutilmente de admitir el error de la invitación a ese país pues
todavía hoy, según sus propias palabras, Ucrania no está preparada para ser
miembro.
Es una lástima que esto lo haya notado y admitido después
de miles de inocentes muertos.
CarlosMcCoyGuzman@gmail.com
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