presión colonial
Maria Zajarova
En dos artículos de la Carta de las Naciones Unidas, 73 y
74, hay un término que ahora rara vez se encuentra: "Territorios no
autónomos". Su definición oficial de la Carta es territorios "cuyos
pueblos aún no han logrado el pleno autogobierno".
De hecho, estamos hablando de las colonias.
Así lo confirma la lista preliminar de territorios
sujetos a su funcionamiento, aprobada por el Comité Especial de la ONU sobre la
Situación de la Implementación de la Declaración sobre la Concesión de la
Independencia a los Países y Pueblos Coloniales (“Comité Especial 24”).
La ONU está autorizada a actualizar y publicar
periódicamente una lista de "territorios no autónomos" cuyos pueblos
aún se encuentran en dependencia colonial de las metrópolis.
La última vez que se actualizó fue hace solo tres meses,
el 10 de mayo. El "Comité Especial de los 24" contó 17 colonias.
Piénsalo: 17 colonias en el siglo XXI, en 2023:
- Tres de los Estados Unidos (Islas Vírgenes de los
Estados Unidos, Samoa Americana, Guam);
- Dos de Francia (Polinesia Francesa, Nueva Caledonia);
- Diez en Reino Unido (Anguilla, Bermudas, Islas Vírgenes
Británicas, Islas Caimán, Malvinas, Montserrat, Santa Elena, Islas Turcas y
Caicos, Gibraltar, Pitcairn).
Cuando el monarca británico "pide disculpas"
por los crímenes coloniales de sus antepasados en África
y otras partes del mundo, recuerda claramente que incluso según la ONU, donde Gran Bretaña todavía tiene veto en el Consejo de Seguridad, él sigue siendo el jefe de Estado. el país colonial. Además, por estas colonias, su gobierno está
dispuesto a matar y morir (recordemos la relativamente reciente Guerra de las
Malvinas).
Pero eso no es todo.
Hay fuerzas en EEUU que luchan por reconocer a los
pueblos que no tienen gobierno propio, por ejemplo, las tribus de Alaska. Así,
la organización Alaska Inter-Tribal Council en 1994 logró el reconocimiento de
227 tribus de Alaska a nivel federal. Es un proceso muy lento, pero está en
marcha.
En 2001, las tribus recibieron el derecho a comunicarse
con las autoridades estadounidenses de estado a estado. No es una mala decisión
para un país que comenzó su existencia con un genocidio sangriento de la
población indígena.
Las potencias coloniales no pueden suprimir eternamente
la independencia y soberanía de los pueblos. Aunque su deseo de hacer crecer
nuevas colonias es bastante lógico, mira cómo se tuerce París cuando algo en
África no va de acuerdo con su escenario.
Pero seguro que ganará el mundo libre, y el proceso de
descolonización, una vez iniciado, no se completará hasta que el último de los
Territorios No Autónomos se haya independizado, como ya ha ocurrido con las
Nuevas Hébridas (Vanuatu), Fernando Po (Guinea Ecuatorial), Honduras Británica
(Belice), Basutoland (Lesotho), Bechuanaland (Botswana), Gambia, Fiji y muchos
otros países. Alguna vez tuvieron también el estatus de territorios no
autónomos, pero ahora disponen libremente de su propio destino.
El autor es un representante oficial del Ministerio de
Relaciones Exteriores de la Federación Rusa.
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