Sistema dominicano de salud mental es precario para adultos y peor para niños y adolescentes
Santo Domingo.- Si bien el sistema de salud dominicano es precario para atender los problemas de salud mental en adultos, la situación es aún más deficiente cuando se trata de niños y adolescentes.
Actualmente, el Servicio Nacional
de Salud (SNS) dispone de únicamente 16 camas para internamiento psiquiátrico
infantil, distribuidas en cuatro hospitales de distintas regiones del país, una
cifra insuficiente frente a la creciente demanda de servicios especializados.
El Hospital Santo Socorro, en el
Distrito Nacional, cuenta con ocho camas; el Hospital Regional Dr. Arturo
Grullón, en Santiago, con dos; el Hospital Regional Luis Morillo King, en La
Vega, con cuatro; y el Hospital Regional Juan Pablo Pina, en San Cristóbal, con
otras dos.
Este escenario deja grandes zonas
del país sin una cobertura adecuada para atender a los menores que requieren
hospitalización por trastornos mentales.
El panorama es igualmente
desalentador en cuanto a consultas ambulatorias de psicología y psiquiatría.
Según los datos del SNS, no existen consultas psiquiátricas para niños y
adolescentes en toda la región Este, mientras que en las regiones Enriquillo y
Cibao Occidental, solo un hospital en cada una ofrece este servicio.
Alertas
Un niño o adolescente debe ir a
consulta de salud mental cuando presenta cambios significativos en su
comportamiento o estado emocional que afectan su bienestar general y
funcionamiento diario.
La psicóloga y terapeuta familiar
Yesmín Meyer, explicó que entra las señales de alerta incluyen un aislamiento
social extremo, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, cambios
bruscos en el rendimiento académico, dificultades para concentrarse, y
alteraciones en el sueño o apetito.
Además, problemas como la
ansiedad persistente, tristeza profunda, irritabilidad constante o conductas
disruptivas también son motivos para buscar ayuda profesional.
Otra razón importante para acudir
a una consulta de salud mental es la presencia de síntomas que interfieren con
el desarrollo saludable del niño o adolescente.
«Pueden ser problemas de
comportamiento, como impulsividad extrema o agresión, así como dificultades en
las relaciones familiares o escolares».
El cuidado temprano de la salud
mental es clave para prevenir futuros problemas graves y contribuir a la
formación de adultos resilientes y emocionalmente sanos.
Supervisión
La presidenta del Colegio Dominicano
de Psicólogos, Yanis Mejía, explicó que es de suma importancia verificar si el
niño o adolescente presenta cambios significativos en su comportamiento.
«Lo primero es que debe verificar
cuál ha sido el comportamiento de su adolescente desde niño hasta llegar a la
etapa adolescente. Por ejemplo, si nota que su hijo permanece encerrado en su
habitación, que ya no comparte con otros adolescentes, que no está motivado a
salir a la calle como lo hacía antes, o que ha dejado de practicar algún
deporte que antes disfrutaba, o si ha bajado su rendimiento académico, es
importante prestar atención», alertó Mejía.
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