¿El retorno del Cóndor? Las señales de una América Latina bajo asedio
Carmen Parejo Rondon
Argentina despertó el 2 de
septiembre con la Universidad de las Madres (UNMA) vallada y rodeada por
efectivos de la policía nacional, que impedían el acceso de los trabajadores al
centro.
El presidente argentino,
Javier Milei, desde su llegada al Gobierno, inició una cruzada en contra de la
educación pública —a la que acusa de 'adoctrinar'—, que implicó duros recortes
a los medios económicos para su propio desarrollo, entre otras muchas medidas
coercitivas. Mientras, favorece la enseñanza en centros privados, a su parecer,
mucho más 'objetivos' en sus programas de estudios.
La Universidad de la Madres,
antigua Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo, es fundada por la
asociación homónima que nació el 30 de abril de 1977, cuando 14 mujeres
marcharon frente a la sede del Ejecutivo para exigir al dictador Jorge Rafael
Videla conocer el paradero de sus hijos desaparecidos.
Más allá de la guerra contra
lo público del actual presidente argentino, debemos sumar el combate contra la
memoria. En ese sentido, la persecución contra las Madres de Plaza de Mayo no
solo se ha limitado a tratar de destruir instituciones académicas.
A finales de febrero de
2024, las nuevas autoridades de la televisión pública argentina excluyeron de
su programación a 'Madres de la Plaza', un programa emitido desde 2008, que
servía para denunciar los casos de desapariciones forzosas de la dictadura.
En este proceso de
desmemoria, además, tras los actos de conmemoración del Día por la Memoria, por
la verdad y la Justicia, el pasado 24 de marzo, se llevaron a cabo acciones de
respuesta por parte de las autoridades. Así, se taparon pañuelos pintados de las
Madres, ubicados frente a la sede del Comando Monte XII, en Misiones; y se
procedió a retirar el monumento de homenaje a esas mismas mujeres, en el
municipio de Marcos Juárez en Córdoba.
La estampa del pasado lunes
sirve para visualizar, en su expresión simbólica y también práctica, algo aún
más aterrador.
La dictadura argentina se
enmarcó dentro de lo que se conoce como el Plan Cóndor, que llevó a la creación
de regímenes dictatoriales —bajo el paraguas de Washington y de las oligarquías
nacionales latinoamericanas— en países como Argentina, Chile, Bolivia,
Paraguay, Brasil y Uruguay, así como la persecución y el asesinato de más de
100.000 personas.
La dictadura argentina se
enmarcó dentro de lo que se conoce como el Plan Cóndor, que llevó a la creación
de regímenes dictatoriales —bajo el paraguas de Washington— en países como
Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay.
El contexto era la Guerra
Fría y, bajo el amparo de la anticomunista Doctrina Truman —una actualización
coyuntural de la Doctrina Monroe—, EE.UU. justificaba su injerencia en lo que
considera todavía su "patio trasero".
La consecución de distintos
golpes de Estado, la financiación de grupos armados contrarrevolucionarios, la
persecución de izquierdistas e incluso la desaparición física de sus
militantes, así como la creación de regímenes afines a sus intereses, fueron
parte de las consecuencias. A su vez, también sirvió como un laboratorio de
pruebas para la implementación del modelo neoliberal, cuyo principal referente
será el Chile de Augusto Pinochet.
Las oligarquías
latinoamericanas y sus manifestaciones político-partidarias, se han
desarrollado con base en un modelo de dependencia, donde ellas actúan como
'virreyes' al servicio de la metrópoli y a costa de sus pueblos. El carácter
fuertemente reaccionario y lacayo a intereses externos de estas oligarquías
entra en conflicto, de forma natural, con cualquier proceso de emancipación
popular y nacional en la región.
Sin embargo, son
fundamentales en un escenario general de pugna geopolítica, donde EE.UU.
necesita mantener el control en América Latina. Todo ello, favorecido, a su
vez, por un avance organizativo de la extrema derecha a nivel internacional que
atiende, igualmente, a este conflicto en ascenso.
El carácter fuertemente
reaccionario y lacayo a intereses externos de las oligarquías entra en
conflicto, de forma natural, con cualquier proceso de emancipación popular y
nacional en la región.
En el año 2021, el
expresidente de Bolivia Evo Morales denunció la puesta en marcha de un 'Plan
Cóndor 2' en la región, tras hacerse público el envío de armas, material bélico
y antidisturbios, por parte del gobierno argentino, entonces liderado por
Mauricio Macri, durante el golpe de Estado en Bolivia, en el año 2019.
En las últimas semanas hemos
asistido a una nueva ofensiva contra la República Bolivariana de Venezuela, que
se ha manifestado en distintas esferas: el no reconocimiento de su sistema
político, sus instituciones y su soberanía; ataques cibernéticos y cortes
eléctricos; y el secuestro, en connivencia con las autoridades de República
Dominicana, de un avión presidencial venezolano.
De forma paralela, la
presión contra otros Estados ha quedado manifiesta en los intentos
injerencistas de los diplomáticos estadounidenses en México y Honduras, que,
finalmente, han resultado un fracaso por la respuesta contundente de defensa
soberana que han implementado sus dirigentes.
La presión contra otros
Estados ha quedado manifiesta en los intentos injerencistas de los diplomáticos
estadounidenses en México y Honduras, que, finalmente, han resultado un fracaso
por la respuesta contundente de defensa soberana que han implementado sus
dirigentes.
Mientras, el gobierno de
Ecuador, que vulneró la soberanía de México con el secuestro ilegal de Jorge
Glas en la Embajada mexicana hace unos meses, en una escenificación macabra de
la ironía, firmaba nuevos acuerdos con el Comando Sur de EE.UU. centrados en
"la implementación y fomento de los derechos humanos".
Del mismo modo, Gabriel
Boric, quien se ha destacado como un líder contra la soberanía venezolana en
las últimas semanas, seguía este mismo guion. El Comando Sur y la Armada de
Chile daban inicio, el pasado 2 de septiembre, al Ejercicio Naval Multinacional
UNITAS 2024, siendo esta la segunda vez, en menos de un mes, que el gobierno
chileno participa en unos ejercicios navales en el océano Pacífico junto a
EE.UU.
"¿Por qué es tan
importante esta región? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras
raras, tienes el triángulo del litio, que es necesario para la tecnología
actual. El 60 % del litio del mundo está en el triángulo del litio: Argentina,
Bolivia, Chile. Tienes las reservas de petróleo más grandes, crudo ligero y
dulce descubierto en Guyana hace más de un año. Tienes los recursos de
Venezuela también, con petróleo, cobre, oro. Tenemos los pulmones del mundo, el
Amazonas. También tenemos el 31 % del agua dulce del mundo en esta región. Quiero
decir, es fuera de lo común. Tenemos mucho que hacer. Esta región importa.
Tiene mucho que ver con nuestra seguridad nacional y tenemos que intensificar
nuestro juego", declaraba Laura Richardson, jefa del Comando Sur, a
finales de enero de 2023.
Sin embargo, Richardson se
equivoca: no tienen, ni van a tener asegurados todos esos recursos. Por eso,
los nuevos Videla, Banzer o Pinochet caminan por América Latina, del brazo, una
vez más, de los Estados Unidos de América.
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