San Juan de la Maguana tiene confrontación irracional entre dos sectores
Por NATANAEL SANTOS
Fecha: 13/11/2024
Todas las actividades
humanas causan un efecto o impacto en el medio ambiente, unas son positivas,
como la reforestación por ejemplo y otras pueden ser muy perjudiciales para la
conservación y protección de los recursos naturales, sean estos renovables o no
renovables.
Podemos precisar de manera
sencilla que técnicamente, el impacto ambiental es la alteración ambiental
causada por la implementación de un proyecto. Donde se cuantifica dicha
alteración y se identifican las posibles actividades de mitigación de las
mismas.
El propósito de un estudio
de impacto ambiental es identificar e interpretar las consecuencias o los
efectos que las acciones o los proyectos puedan causarle al medio ambiente
natural o social. Es decir, el estudio permite
que las instituciones dedicadas a la protección ambiental y la sociedad en
general, dispongan de informaciones reales y rigurosas sobre los impactos y los
efectos que determinados proyectos pueden causar al ambiente.
En la República Dominicana
existe una abundante normativa legal y reglamentaria en materia ambiental, ya
que, además, de la Ley 64-00 que regula la materia, existe un sinnúmero de
normas ambientales que reglamentan para evitar la contaminación del medio ambiente,
y asegurar la conservación y protección de los recursos naturales de que
disponemos.
Ahora bien, al conocer la
naturaleza y la dimensión de un impacto, es posible planificar y tomar una
decisión sobre la forma de evitarlo, de minimizarlo o de mitigarlo si fuera
necesario permitir que este ocurra.
La identificación de un
impacto abre tres oportunidades, que son: diseñar medidas de atenuación,
estudiar otras alternativas que representan menores riesgos ambientales o
rechazarlo por representar costos ambientales demasiado grandes e
irreversibles.
San juan asiste a una
confrontación irracional entre dos sectores, uno que, debido a los altos
índices de pobreza que se registran en la zona y la falta de oportunidades, ve
factible la realización de un estudio de impacto ambiental para determinar si
es factible la explotación de la mina Romero, por parte de la empresa
Goldquest, y otros que de manera rabiosa se niegan a que se realice dicho
estudio.
La empresa propone un
sistema de explotación soterrado y con impactos mínimos, según ellos, al tiempo
de prometer la realización de un amplio plan de repoblación forestal, ya que
esas lomas están deforestadas y con sus suelos altamente degradados, llenando
el reservorio de la presa de Sabaneta que le da vida agrícola y económica al
valle de San Juan y a parte de la región.
Negarnos a la realización
del estudio es negarles la oportunidad a los sanjuaneros, para identificar si
puede diversificar su matriz de producción y contribuir a elevar los niveles de
empleo y la calidad de vida de las personas que la habitan, así como el
desarrollo de sus comunidades.
Porque una vez hecho el
estudio y entregado al Ministerio de Medio Ambiente, esta es información
pública, y nos pertenece a los ciudadanos, que tenemos el derecho a saber, pues
la gente informada toma decisiones razonadas, no apasionadas.
La realidad es que, un
senador dueño de grancera, y un liderazgo en decadencia, no es quien debe
dirigir o manipular a un grupo, para impedir el posible Estudio de Impacto
Ambiental, que podría dar al traste con el desarrollo económico y social de San
Juan.
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