Europa arropa a Ucrania, “obligada a mirar a China

 




Angel Lockward

Tras la bronca en el despacho oval de la Casa Blanca, entre los presidentes Trump y Zelensky, la Unión Europea, Inglaterra y Canadá – excepto Hungría- arroparon a Ucrania este domingo en Londres en una cumbre inédita, con el objeto de apoyar a Ucrania – suministrándole fondos de inmediato y de elaborar un plan de paz para presentarlo a USA, siempre que sea posible reencauzar la relación de los dos mandatarios en disputa.

La reunión concluyó con un “serrucho que reunió fondos inmediatos” para suplir la posible suspensión de ayuda americana, mientras se formaliza y conoce el posible plan de paz, pero con apoyo inmediato de los más dispuestos a favor de Kiev.

Sin embargo el daño está hecho, la confianza en el artículo 5 de la OTAN fundada en 1949 para enfrentar a Rusia, conforme al cual la agresión a cualesquiera de los 32 miembros se considera a todos, ya no tiene sostén, aunque el secretario General estuvo presente en Londres; Europa confió sus defensas continentales a USA a través de dicha organización y hoy no parece que el socio principal, en control de las armas estratégicas, tenga la disposición de confrontar a Rusia por ningún socio europeo, por lo que pertenecer a ella, según algunos, carece de objeto.

De hecho Elon Musk, con gran influencia y algunos senadores, en esta parte sugieren que USA se retire de dicho organismo.

El otro aspecto fundamental, más allá de la guerra en Ucrania es que Trump considera – y así lo ha declarado - que la Unión Europea, un proceso que el viejo continente inició en 1956 con la Liga del Acero, pasando por la Comunidad Económica, se organizó para “fastidiar a Estados Unidos”, en materia de comercio generando en contra de este un saldo comercial desfavorable.

Los europeos con sus 27 asociados constituyeron el mercado más importante, de 449.2 millones de personas sin aranceles internos y, a través de tratados, se asociaron a países de Asia, el Caribe, el Pacifico y, hace unas semanas con el Mercosur que tiene 295 millones de personas – creando el mayor mercado del mundo -; hace pocos días, en el marco de la crisis actual, empezaron a discutir TLC con La India - la nación y democracia – más poblada con 1,438 millones de personas; Inglaterra que en ocasión del Brexit salió de la Unión, inexorablemente volverá con sus 68 millones de habitantes a asociarse con Europa continental, en defensa y en comercio.

Su influencia a través del Rey Carlos III, cabeza de una mancomunidad de 56 países y que recibió a Zelensky este domingo después de la Cumbre, incide en 2,585 millones de personas.

Previendo la entrada de China a la OMC, en el 2001, tras 15 años de negociaciones y, en vista de la dimensión del mercado europeo, Estados Unidos, tardíamente, intentó replicar una alianza continental en América y fracasó por eso hubo recomponerse – inicialmente- solo con Canadá y México en 1994, tratado que en cierta forma la actual Administración está denunciando al imponer aranceles, igual que los otros catorce firmados.

Actualmente sobre una óptica mercantil toda la política de cooperación, ayuda al desarrollo e integración, así como la multilateralidad, está siendo denunciada como incorrecta y, se plantea una nueva visión, tanto de defensa que abandona a Europa a sus medios mirando a Asia como de comercio sobre la base de intercambio recíproco, en el vuelco más importante desde que terminó la última guerra mundial.

Aquella foto emblemática en Yalta – ciudad ucraniana de Crimea- de Churchill, Rosevelt y Stalin dividiéndose el mundo en ausencia de Charles de Gaulle y de Mao Tse Tun, se está borrando por una con de Trump, Xi Jinping y Putin, sin Europa y, es por eso que la Canciller de la Unión Europea, Kaja Kallas declara que “el mundo libre necesita un nuevo líder” y, llama a los europeos a asumir el desafío.

Europa, luego de dos guerras se acomodó al bienestar y creyó que eternamente USA financiaría su seguridad; hoy sabe que esa etapa terminó, es rica, pero es militarmente débil. Eso y su determinación, es lo que analizaron en Londres, el fin de la guerra en Ucrania, es solo una cortina para ver la realidad.

Allí hubo dos invitados inmateriales en ánimo de mutuo reproche, CHURCHILL, el Premier primo de USA seguro de una relación especial y CHARLES DE GAULLE, que no dejó la defensa de Francia en manos extranjeras y por esa previsión hoy es quien está llamado a través de Macron a asumir, por el momento, la cabeza de la defensa continental pues es el único que tiene autonomía nuclear disuasoria propia al margen de la Otan; aunque tiene mayor poderío Inglaterra, está limitada en su acción por estar ensamblado al órgano que controla el norteamericano.

Aunque se organicen tropas europeas para garantizar la paz, una vez se logre un cese al fuego, a cargo de tropas francesas e inglesas, en el fondo ya nadie discute dos cuestiones impensables propuestas por MACRO hace meses, la primera, que es urgente el rearme europeo, tesis en la que ya hasta Alemania esta y el segundo, que hace falta un ejército europeo autónomo.

Actualmente el primer exportador mundial de armas es USA, le siguen Francia, Rusia, Alemania y Reino Unido por lo que teniendo tecnología y dinero, los europeos juntos, pronto estarán a la altura de Rusia en términos ofensivos; quedaría pendiente el material humano porque algunos países tienen una población mayoritariamente madura poco acta, pero otros muchos de los recién incorporados a la Unión, no; en consecuencia, también es cuestión de poco tiempo y de dinero.

Ucrania, según el Vicepresidente Vince tiene problemas para reclutar soldados – que con euros puede traer de naciones amigas vecinas-, igual que hizo Rusia que también se vio precisada a traer soldados de Corea del Norte.

La Paz que Europa busca es distinta a la que procura USA y a la que quiere Rusia. Estados Unidos quiere salir de esa guerra para – restarle entusiasmo a la alianza Rusa y China- y dedicarse a la guerra comercial con la potencia asiática.

Es la apuesta de un jugador de cartas inteligente, pero podría no lograr distanciarlos y además, perder el mercado preferente de Europa. Peor, podría acercar a Xi Jinping a Europa y ayudarle – gratis - a completar hasta Portugal la Ruta de la Ceda, pues China no representa peligro bélico para el viejo continente y Rusia sí.

Contrario a los antiguos imperios – hasta la primera y segunda guerra mundial- que se basaron en el control territorial militar para asegurar su comercio, el norteamericano se basó en la venta de un patrón cultural – y de consumo - y el liderazgo de ideas que se impusieron o apoyaron militarmente, aspirar a comerciar en este mundo interconectado en la red en tiempo real, contrariando los lazos culturales y las ideas, puede dar malos resultados, solo debe observarse como el valor de Tesla, sin que medie ninguna cuestión propia del producto, ha perdido el 30% de su valor en un mes.

Europa formó el mundo occidental, incluido Estados Unidos y dominó Asia, África y Australia por ello su relación histórica, a pesar de cualquier consideración chauvinista, durante siglos se impondrá como factor a su favor en las relaciones de comercio; nadie duda, por ejemplo que Estados Unidos como líder de los valores occidentales, como potencia económica y militar que impone patrones de consumo es un destino deseado por miles de millones de personas para ir a Disney o ver la Estatua de la Libertad, pero todavía cada año van más a países europeos “pequeños” como Francia, España, Italia e Inglaterra, primeros en el ranking del turismo.

La Paz en Ucrania le daría tiempo a Rusia para reordenarse, pero entre los convidados a la Cumbre en Londres estará presente la imagen de cuando esa oportunidad de rearmarse se le concedió a Hitler y sabemos lo que pasó; el riesgo de la tercera guerra mundial que indicó el Trump, existe, pero no porque Ucrania no firme un acuerdo económico, sino porque Europa no se rearme a tiempo, pues hoy, con su economía devastada el Oso ruso no puede iniciarla, pero dentro de un tiempo sí; aunque en algo tiene razón el mandatario estadounidense: El no puede insultarlo en la mañana para llamarlo a negociar en la tardecita, pues el ruso que no salva la cara, históricamente, es destituido. Pero tampoco es inteligente destruir la confianza de sus aliados en dos guerras mundiales y socios en los valores de la democracia y el comercio.

El mundo está a expensa del sueño de tres hombres sueñan: Trump con la grandeza de Estados Unidos con poco interés por el resto; Putin con reestablecer el territorio imperial de la URSS y Xi Jinping con convertir a China en el 2049 en la primera potencia económica y militar: Ninguno habla de un mundo mejor ni de valores democráticos, por eso sin querer los dos primeros podrían estar trabajando para el tercero sobre todo si comparamos la foto del Salón Oval de Trump y Zelensky, con la de Londres de este último y todos los líderes europeos y Canadá.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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