La ley de aguas, compromiso para la vida y el desarrollo

Por Emiliano Reyes Espejo
Escuché por primera vez a un
conferencista venezolano advertir a un grupo de periodistas de diferentes
países de Latinoamérica, España y el Caribe, en Sartenejas, Caracas, que “las
guerras del futuro se producirán por el agua”. En principio fuimos escépticos,
pero el tiempo dio la razón al reputado disertador venezolano.
Aunque no todas las guerras
de estos últimos años se producen por el agua, los enfrentamientos entre países
por el vital líquido, e incluso al interior de los pueblos, lejos de atenuarse
se agravan a causa, mayormente, de la crisis climática. El periodista de Data,
Erick Antonio Burgueno Salas, refirió que Asia ha sido la región del mundo en
la que más conflictos se han escenificados por problemas acuíferos.
Citó datos del Pacific
Institute que establecen que entre el 2020 y 2023 “se reportaron 543 conflictos
a nivel mundial en los que el agua se utilizó como un arma o fue la causa o el
objetivo de la violencia”.
“Los conflictos hídricos en
los últimos cuatro años –agrega-casi alcanzan el total de la década pasada, que
fue de 629 casos, indicando una alarmante alza en las confrontaciones”. Apuntó
que, “Del 2000 al 2009 se reportaron sólo 213 conflictos, alrededor de la
tercera parte de los registrados en la década posterior”.
A los conflictos entre
países por las aguas, se suman las controversias internas en las naciones por
el control y comercialización privada del vital líquido. En el marco de
políticas de privatizaciones que se discuten-a nivel global-, existe un
entramado neoliberal que anhela asirse de la privatización del agua.
Este marcado interés por el
control del agua en los países, no es fortuita, esto parte del afán de lucro
incubados en grandes intereses globales, y por eso se entiende porque se busca,
primero su privatización y luego convertir este producto de la naturaleza en
una mercancía más, que monopolizada, podrá lograr precios inusitados como los
niveles de la onza de oro.
Los conflictos con Haití
Las guerras por el agua son
enfrentamientos armados entre comunidades, ciudades, regiones o países por el
control de recursos hídricos. El cambio climático y la escasez de agua son
algunas de las principales causas de estos conflictos”, según resumen de IA
(Inteligencia Artificial).
Un ejemplo de estos
señalamientos se verificó con el conflicto que se suscitó en septiembre de 2023
en la frontera entre Haití y República Dominicana por la construcción de un
canal en el río Masacre.
Los haitianos insistieron en
realizar la obra en violación a acuerdos entre los dos países, y pese, además,
que expertos del país y extranjeros la consideraron inviable en el lugar donde
lo construyeron los haitianos. El tiempo ha dado la razón a la parte
dominicana.
La situación dio lugar al
cierre de la frontera por parte del Presidente Luis Abinader y creó un clima de
tensión de una magnitud que se temió que terminara una confrontación bélica.
“Esa obra fue afectada por
las lluvias y se encuentra –a poco más de un año- abandonada y sedimentada”,
expresó el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI)
Olmedo Caba al periódico Diario Libre durante una visita al proyecto de construcción
de la presa de Monte Grande, la cual, según el funcionario, será el mayor
reservorio de agua de República Dominicana y del Caribe.
Día Mundial del Agua
Precisamente, este 22 de
marzo se celebra el Día Mundial del Agua. La efeméride tiene “la finalidad de
destacar la importancia de los recursos de agua dulce en nuestro planeta”.
La fecha se conmemora desde
1993 y en 2024 enarboló como lema principal el “Agua para la paz”. Y eso
ocurrió el año pasado cuando teníamos los conflictos con Haití y esa evocación
resaltó cómo los recursos hídricos sirven de alternativa para “crear paz pero a
la vez desencadenar conflictos cuando el agua escasea o está contaminada”.
Este día encontrará a la
República Dominicana librando una lucha tenaz a nivel de gobierno con miras a
resolver el problema de suministro de agua potable y regadío a poblaciones
urbanas y rurales del país. Al respecto, el presidente Luis Abinader ha proclamado
como logros de su gestión la multiplicación casi por cuatro la inversión en el
sector del agua, el cual dijo tenía muchos años abandonado.
“Nosotros hemos multiplicado
casi por cuatro la inversión que hemos hecho en agua, en este gobierno. Y
cuando me dicen que eso no se ve, digo, no se ve, pero se siente. Se siente, y
eso es salud”, expresó el mandatario durante el acto de inauguración de la
ampliación del acueducto en Maimón.
Ese esfuerzo es loable, pero
según nuestro parecer no ha sido suficiente, es necesario reenfocar la política
para que sirva para incentivar la producción de agua, acudir a las cuencas y a
las montañas, motivar la siembra de café y cacao como forma de impulsar la
reforestación en las lomas.
La ley de aguas
El gobierno debe abrazar
como un compromiso insoslayable, asimismo, la aprobación de una nueva Ley de
Aguas. Recuerdo que en el año 2003 mientras laborábamos en el Banco Agrícola se
introdujo una moderna Ley de Aguas para la época.
Esa vez el Bagrícola me
encargó de editar una revista y la portada la dedicamos a promover ese texto
con un titular destacado: “Ley de aguas, compromiso para la vida y el
desarrollo”. Había una gran expectativa en el sector para la aprobación de
dicha ley, pero parece que entonces “todo se derrumbó”.
Muchos debates precedieron
la presentación de dicho proyecto en el Congreso de la República. En esa
oportunidad se habló mucho de sectores, incluso dentro de la propia
agropecuaria, que estaban interesados en frenar el mismo. Se especuló también
que existían intereses que querían una ley que privatice el control del agua,
incluyendo el manejo de las hidroeléctricas. ¿Será verdad tanta belleza?
Fue el ingeniero Silvio
Carrasco, entonces director del INDRHI, y el administrador del Banco Agrícola,
ingeniero Radhamés Rodríguez Valerio (fenecido) entre otros funcionarios
agropecuarios de la época, los principales propulsores de la Ley de Aguas.
Fondo para siembra en
montañas y producir agua
Dicho texto contempló entre
otros beneficios, la creación del Consejo Nacional de Seguridad de Presas,
adscrito al INDRHI. Actualmente existe en el Congreso Nacional otro proyecto de
Ley que ha sido prácticamente archivado y que urge su reactivación ante la
realidad que se presenta en nuestras ciudades y pueblos respecto a la demanda
de los servicios de agua potable y de regadío.
En esta nueva etapa del agua
nos atrevemos a sugerir algunas ideas que esperamos el gobierno y los expertos
del sector, que aunque no son nuevas, puedan
sospesarlas para aplicarlas, en razón de que la demanda del vital
producto de vida va “in crescendo” por diversas razones, como son el
crecimiento del turismo, aumento de las zonas de producción agrícola y del
consumo por parte de la población.
Ya el organismo
internacional Visión Mundial se preguntó el año pasado si se agota el agua en
la República Dominicana, en tanto el renunciante ministro de Economía,
Planificación y Desarrollo (MEPYD), Pavel Isa Contreras, garantizó que la nueva
ley de aguas preservará el recurso como uno de dominio público y que “en ningún
caso transfiere su propiedad a particulares”, en razón de que se busca ordenar
su uso, regularlo, aprovecharlo, protegerlo y valorizarlo”.
En tal razón, planteamos:
1) Crear un Fondo para producir agua,
especializado en el fomento de la siembra masiva de árboles en cuencas
hidrográficas y montañas.
2) Promover nueva vez la siembra de plantas
de cafetos y cacao en zonas montañosas.
3) Crear herramientas para una mayor
supervisión de la calidad del agua potable que se destina al consumo de la
población.
4) Celebrar un foro a través de la entidad
multisectorial existente debatir sobre la deforestación, el crecimiento urbano
y la captación de agua, la contaminación de agua que se atribuye a bacterias,
virus, parásitos, fertilizantes, pesticidas, fármacos, nitratos, fosfatos,
plásticos, desechos fecales y sustancias radioactivas, así como los impactos
del cambio climático en el sector agua.
La celebración del Día
Mundial del Agua este 22 de marzo podrá servir de acicate para que el Señor
Presidente de la República, Luis Rodolfo Abinader, no solo airee logros del
sector, sino que también anuncie una gran inversión para la producción de agua,
la construcción de nuevas presas y terminar la Presa de Monte Grande que será
de mucho provecho para el desarrollo de toda la región Sur del país.
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