‘”No me quiero ir de aquí’
Lo que empezó como un “party de marquesina” terminó siendo la estrategia cultural y de entretenimiento más poderosa que Puerto Rico ha mostrado en décadas.
Por: Vilmania Oviedo López.
Periodista – Locutora
24 septiembre 2025
Recientemente se dio por
terminada la residencia del “Conejo Malo” Bad Bunny en su natal Puerto Rico.
Fueron 31 conciertos con el Choliseo a máxima capacidad, donde fanáticos de
todas partes del mundo viajaron a la isla del encanto para presenciar lo que él
mismo llamó el “party de marquesina” más grande de la historia. En cada
función, el anfitrión no solo hizo historia en la música, también proyectó su
país al mundo.
Para entrar en contexto:
Artistas de distintos géneros musicales, influencers, actores, periodistas,
modelos, productores, empresarios y un sinfín de personalidades, fueron
invitados a “La Casita de Bad Bunny”, un escenario diseñado como las casas
típicas boricuas.
Desde allí compartían con
Benito y vivían el concierto como una auténtica fiesta de marquesina,
recordando los orígenes del reguetón en los 90 hasta su gran revolución en el
2000.
El público, por su parte,
disfrutaba un show completo: Los grandes hits del reguetonero y la aparición de
leyendas como Ricky Martin, Gilberto Santa Rosa y, en la noche final, el
majestuoso Marc Anthony interpretando la plena borinqueña. Esto sin contar que
el emblemático Gran Combo de Puerto Rico fue parte del after party.
En medio de tanta euforia, una
frase en pantalla gigante atrapó la atención: “No me quiero ir de aquí ”
Parecía simple, pero encerraba un mensaje poderoso.
Bad Bunny quiso mostrar que
Puerto Rico no es solo música, sino también calidez, fraternidad y comunidad.
Con su puesta en escena recordó la belleza de lo simple: reunirse con tu gente,
celebrar la vida sin necesidad de exhibirlo en redes, valorar el momento
presente, tal y como vivíamos antes, para que no tengas que decir #DTMF. Con
ese “no me quiero ir de aquí” motivó a los suyos a trabajar por el progreso del
país y, al mismo tiempo, envió un recordatorio a la diáspora: Donde quiera que
estés, tu casa siempre será tu bandera y volver a ella siempre traerá
bienestar.
La hazaña de mantener durante
31 funciones la atención del planeta entero, mostrando arquitectura, folklore y
cultura, e invitando a personalidades de distintas latitudes, trasciende la
música.
Fue una estrategia magistral
de promoción turística, cultural y económica, que generó miles de empleos,
millones de dólares y un orgullo renovado en su gente.

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