Campaña militar de Estados Unidos en el Caribe y divergencias seria motivo posposicion cumbre
Santo Domingo-----El Gobierno de República Dominicana decidió aplazar hasta 2026 la celebración de la Cumbre de las Américas, en un contexto de discrepancias en la región caribeña por la agresiva campaña militar de EE.UU. en la zona.
Según la cancillería
dominicana, la resolución se tomó por "consenso", luego de un
"cuidadoso análisis de la situación en la región", sin hacer mención
explícita a las operaciones letales del ejército estadounidense, que han dejado
más de 60 muertes en el Caribe y el Pacífico, con el supuesto pretexto de la
lucha contra las drogas.
"Esta medida ha sido
consensuada con nuestros socios más cercanos, incluyendo Estados Unidos,
impulsor original de este foro, y otros países clave", admitió la
Administración de Luis Abinader, que también habría consultado al respecto al
secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el
presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El texto de la Cancillería
asegura que "todos los recursos invertidos hasta la fecha" servirán
para las reuniones previstas para el próximo año. Por ahora, la decisión ha
sido aplaudida por Washington y otros Gobiernos de la región, como el de Ecuador.
"Apoyamos completamente
la decisión de posponer la cumbre y seguiremos colaborando con República
Dominicana y otros países de la región para planificar un evento productivo en
2026 que se centre en fortalecer alianzas y mejorar la seguridad de nuestros
ciudadanos", expresó al respecto el secretario de Estado de EE.UU., Marco
Rubio.
En su comunicación oficial, el
Gobierno dominicano admite que hoy existen "profundas divergencias"
entre los países de la región, que eran "imprevisibles" en 2022 y
que, en su criterio de la gestión de Abinader, podría impedir un "diálogo
productivo en las Américas".
"A esta situación se suma
el impacto causado por los recientes eventos climáticos que han afectado
gravemente a varios países del Caribe", indican en el comunicado, en
alusión no explícita al reciente paso del huracán Melissa, que causó devastación
en Jamaica y Cuba.
Por ahora solo se sabe que la
cumbre será en 2026. Aunque no hay más detalles, Santo Domingo ya prevé que
tendrá que ampliar las consultas para incluir "a los nuevos gobiernos
democráticamente electos que surjan" de los comicios presidenciales que se
celebrarán próximamente en la región.
La polémica ha caracterizado
la víspera de la cumbre, que iba a celebrarse en diciembre. El mes pasado, el
presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió que no asistiría a la reunión
porque el Gobierno de República Dominicana había decidido excluir a Venezuela,
Cuba y Nicaragua.
Ante ello, Cuba manifestó
"su profunda preocupación y rechazo" por la decisión del Gobierno de
Abinader. "Esta decisión constituye una evidente claudicación ante las
brutales presiones unilaterales del secretario de Estado estadounidense [Marco
Rubio]", afirmaron desde la isla.
Por su parte, desde Caracas,
el ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, tachó de
"mafioso" al mandatario dominicano. "Con un país que falte, ya
no es Cumbre de las Américas. Y no es que falte porque quiere, sino es que ellos
consideran, el comité de honor de Abinader [cree que no debe estar]",
sostuvo.
La presidenta de México,
Claudia Sheinbaum, también había dicho que no asistirá a la cumbre, tras
expresar su desacuerdo con la política excluyente de la reunión.Las deserciones
antes de la cita se unen a un ambiente político de alto voltaje por la
amenazadora presencia militar de EE.UU. Washington no solo ha desplegado a
marines, sino que ha vuelto regulares las ejecuciones extrajudiciales en opacos
operativos en las aguas del Caribe y, más recientemente, en el Pacífico.
EE.UU. desplegó en agosto
frente a las costas de Venezuela buques de guerra, un submarino, aviones de
combate y tropas, con el supuesto cometido de luchar contra el narcotráfico.
Desde entonces, se llevaron a cabo varios bombardeos contra presuntas lanchas
con drogas en el mar Caribe y el océano Pacífico, que han dejado decenas de
muertos.
En paralelo, Washington acusó
a Maduro, sin pruebas ni sustento, de liderar un supuesto cartel narco. Por
ello, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, duplicó la recompensa por
información que condujera a su arresto.
A mediados de octubre, el
presidente estadounidense, Donald Trump, admitió haber autorizado a la CIA a
realizar operaciones encubiertas en territorio venezolano. En respuesta, Maduro
preguntó: "¿Alguien se puede creer que la CIA no está operando en Venezuela
desde hace 60 años? ¿Alguien se puede creer que la CIA no ha conspirado desde
hace 26 años contra el comandante [Hugo] Chávez y contra mí?".
Las acciones y presiones de
Washington han sido calificadas por Caracas como una agresión, al cuestionar la
verdadera razón de los operativos.
El alto comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, condenó los bombardeos
perpetrados por EE.UU. sobre pequeñas embarcaciones, con el alegato declarado
de luchar contra el narcotráfico, que han dejado como saldo más de 60 personas
asesinadas y que han sido calificados por expertos y gobiernos como ejecuciones
extrajudiciales.
Los bombardeos contra pequeñas
embarcaciones también han sido criticados por los gobiernos de naciones como
Colombia, México y Brasil, así como por expertos de las Naciones Unidas, que
han señalado que se trata de "ejecuciones sumarias" contrarias a lo
que consagra el derecho internacional.

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