AM. - Ellas ¿no? trabajan

Las sufragistas que pedían el voto a principio del siglo XX o las que quemaron brasieres impulsando la revolución sexual, seguramente pensaban que para el año 2000 este asunto de la igualdad estaría resuelto.

Y sí... pero no. El voto no se discute (en el mundo occidental) y la libertad llegó con los anticonceptivos, aunque la educación sexual sea todavía escasa, mojigata y tardía. El campo de batalla, o (mejor no usemos lenguaje bélico) la meta de este siglo es la conciliación.

Además, la crisis mundial ha castigado más el empleo masculino que el femenino, por lo que la mujer ya no "elige" trabajar o "quedarse" en casa. Hay mujeres que trabajan porque quieren, otras porque lo necesitan y la mayoría porque quieren desarrollar su profesión y además necesitan el sueldo.

Sea cual sea el caso, la conciliación de la vida personal y profesional -que es la que da la independencia- es la clave, y la doble jornada (oficina y hogar) el mayor obstáculo. Pero además, ¿cuánto vale el trabajo que las mujeres hacen en casa? ¿Y por qué sólo ellas deben trabajar dos veces?

Una abogada española, que decidió, de acuerdo con su pareja, posponer su carrera y dedicarse al cuidado de su familia, acaba de ganar un juicio que marcará jurisprudencia: tras su divorcio, recibirá 108,000 euros, el valor que el juez reconoce al trabajo doméstico que ella aportó a la economía familiar ese tiempo.

Admitir el valor económico de estas tareas es un paso de gigante para llegar a una igualdad real.


Related

opinion 6497128992680072884

Publicar un comentarioDefault Comments

emo-but-icon

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD




LAS MÁS DESTACADAS

EL TIEMPO

item