Jurado necesitó sólo horas para veredicto contra boricua condenado por asesinar dominicana

NUEVA YORK._ José Pabón, un puertorriqueño que fue declarado culpable por un jurado de asesinar por estrangulamiento a la madre dominicana Eridania Rodríguez el 7 de julio del 2009, fue condenado este martes a una sentencia mínima de 25 y máxima de 28 en la cárcel. En esa fecha, el jurado sólo necesitó horas para emitir el veredicto de culpable en dos cargos de asesinato en segundo grado y secuestro en primer grado contra el sentenciado. Pabón, quien trabajaba en un edificio en el que la dominicana laboraba para una compañía de limpieza, resultó convicto el 2 de abril de este año, tras un juicio que duró tres semanas en la Corte Suprema del Estado de Nueva York. El puertorriqueño, que nunca admitió la culpabilidad en el crimen, asfixió a la mujer colocándole cinta adhesiva en la boca, la ató de pies y manos, la violó y luego escondió el cadáver en el conducto principal del aire acondicionado central del edificio 2 en la calle Rector. Pabón, se desempeñaba como conductor de un montacargas en el edificio y el día del asesinato, siguió a la víctima hasta el octavo piso, donde la asesinó. El cadáver lo transportó en el ascensor de carga que también operaba él y llevó el cuerpo de Rodríguez al piso 12 para ocultar el cuerpo, descubierto cuatro días después. Pabón fue declarado culpable de asesinato en segundo grado y secuestro en primer grado. El jurado que sólo necesitó horas para llegar al veredicto y se enfrenta a una condena de cadena perpetua como pena adicional por el segundo delito, en ocasiones considerado por la justicia estadounidense más grave que asesinar. Será sentenciado el 11 de mayo. Pabón, de 27 años de edad y quien trabajaba como encargado de mantenimiento en el edificio, donde asesinó a la dominicana, tapándole la boca con tape, amarrándole las manos y poniéndole un trapo en la cara para asfixiarla, fue el principal sospechoso desde el primer día del crimen. El cadáver de la madre de tres, fue hallado en el conducto del aire acondicionado central del edificio #2 de la calle Rector en el Bajo Manhattan, donde la víctima también trabajaba en limpieza. Tras su desaparición, denunciada por sus parientes a la policía, más de 100 agentes iniciaron la búsqueda de la mujer, que concluyó luego de varios días. Pabón fue captado por una cámara de seguridad saliendo del edificio horas después de haber matado a la mujer. Ella había expresado temor ante sus familias por el acoso sexual de un compañero de trabajo, pero nunca identificó a Pabón. El crimen fue perpetrado el 7 de julio del 2009, cuando Pabón que también manejaba un monta cargas de la empresa de limpieza y mantenimiento, siguió a la dominicana hasta el octavo piso, donde consumó el asesinato. Transportó el cadáver en el ascensor de cargas que él utilizaba para sus labores y llevó el cuerpo hasta el piso 12, escondiéndole en el conducto principal del aire acondicionado. “El Fiscal del Distrito de Manhattan, Cyrus R. Vance Junior, al celebrar la decisión del jurado, declaró en un comunicado que “fue un asesinato sin sentido en el que el señor Pabón, trató el cadáver de la víctima como una basura”. Indicó que “nuestros corazones están con la familia de la víctima y esperamos que esta sentencia sea el cierre del caso. Agradeció a los fiscales adjuntos el trabajo realizado y a los investigadores de la policía y otras agencias de la ley. El padre del acusado, Neftalí Pabón señaló que crió a su hijo, “pero no lo crié para que fuera un criminal y miren lo que ha pasado, pero Dios es grande…” El cuerpo de la dominicana fue hallado a los cuatro días después del asesinato y luego que parientes de la víctima reportaran su desaparición a la policía. Docenas de uniformados y detectives, usando perros amaestrados hicieron una intensa búsqueda en distintos sectores de la ciudad, incluyendo vertederos de Filadelfia. “Fue un crimen brutal, mi tía era una persona buena que se dedicaba sólo a trabajar y no le hacía daño a nadie. Nunca nos imaginamos que algo así le iba a pasar a ella”, añadió la sobrina. Los fiscales dicen que en las uñas de Pabón, los investigadores hallaron partículas de la piel de la dominicana, lo que es un indicio de que trató de defenderse y lo arañó. Pabón se ha declarado no culpable. Está siendo juzgado por homicidio y secuestro y de ser hallado responsable por el crimen, encara cadena perpetua. La madre dominicana de 46 años de edad, con tres hijos y casada, pudo haber sobrevivido, si la búsqueda de la policía de Nueva York hubiera sido más rápida, revelaba en su momento el tabloide NY Daily News. La dominicana, que desapareció martes y su cuerpo fue encontrado el sábado en la mañana. El asesino cubrió por completo la cabeza y la boca de la víctima con cintas pegantes de color negro y amarillo y la forzó a meterse en un espacio de 3 ½ pies por 2 ½ de ancho, donde no cabía, quedando prácticamente de rodillas y con la cabeza apretujada. La medida es la del conducto del aire acondicionado situado entre los pisos 12 y 13 del edificio 2 de la calle Rector, donde ella, por años trabajó como empleada de una compañía de limpieza. La policía, se despistó en los primeros días de la búsqueda, ya que sus investigadores elaboraron la tesis de que como la occisa no aparecía registrada saliendo del edificio en la cámara de seguridad, pudo haber sido “descuartizada” por su matador y sus restos embasados en bolsas plásticas de basura. Los desperdicios de ese inmueble se depositan en un vertedero situado en Pensilvania. Eso, llevó a los sabuesos policiales a concentrarse por dos días en el referido basurero con la creencia de que encontrarían los restos del cadáver de Eridania. Mientras ello ocurría, el cuerpo sin vida de la dominicana se descomponía a consecuencia del tiempo que ya llevaba muerta. Generis Figueroa de 26 años de edad e hija de la señora Rodríguez reportó la desaparición de su madre desde el martes después de la medianoche Transcurrieron cinco días y fue el sábado que utilizando a unos 100 agentes y perros amaestrados, la policía hizo el macabro hallazgo. Una versión indicaba que probablemente, un crucifijo de oro que el cadáver tenía metido en la boca, pudo contribuir a la asfixia pero también presentaba un golpe en la cabeza. Pabón amarró la cabeza de la víctima y le tapó la boca con cinta adhesiva (tape), El diagnóstico de la Oficina Forense fue que ella murió de asfixia debido a la obstrucción de las vías respiratorias por las cintas que se aplicaron a su boca y la cabeza. El asesino la llevó a ese lugar con la esperanza de que el cadáver nunca fuera encontrado. El conducto de aire acondicionado iba a ser cerrado y sellado con cemento por completo después que se terminara una remodelación en el piso 12, lo que llevó a pensar al victimario que podría “desaparecer” por siempre el cuerpo y no dejar ninguna evidencia. “Todo lo hizo deliberadamente”, sostienen los investigadores. La sangre del cadáver de la dominicana se filtraba a través de una pequeña abertura, lo que posibilitó que los perros especializados, localizaran el cuerpo en la escena donde ella fue ultimada. Los forenses calificaron oficialmente el hecho como un homicidio. Residía en el 109 de la avenida Elwood, apartamento 2 H en el Alto Manhattan, fue sepultada en su natal San Francisco de Macorís.

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