Debate político: una práctica a emular





Félix Bautista

El miércoles 3 de octubre de este año (2012), fue celebrado el primer debate presidencial entre el actual presidente de los Estados Unidos, el demócrata Barack Obama, y el aspirante al cargo por el partido republicano, Mitt Romney.
Por un espacio de una hora y treinta minutos estos dos políticos estadounidenses discutieron puntos importantes de la vida de ese país y plantearon sus posiciones.
Este tipo de debate tuvo su inicio el 26 de septiembre del año 1960, cuando participaron para las elecciones de ese año, Richard Nixon y John F. Kennedy.
La historia recoge que cerca de 80 millones de personas presenciaron el debate por televisión.
Todos los analistas coinciden que ese momento fue decisivo, no sólo para la práctica política de los Estados Unidos, sino para la definición de quién ganaría las elecciones ese año. Sin embargo, se pueden citar otros antecedentes de gran relevancia respecto de los debates políticos en la nación norteamericana. En el año 1858, Abraham Lincoln y Stephen A.
Douglas sostuvieron siete debates en los siete distritos congresionales del Estado de Illinois en la carrera por formar parte de la Cámara de Representantes. Otros debates previos (radiales) fueron los del año 1948 entre Thomas Dewey y Harold Stassen en las primarias presidenciales del partido republicano, y del año 1956 entre Adlai Stevenson y Estes Kefauver en las primarias presidenciales del partido demócrata.
El impacto del debate del año 1960 radicó en el uso de la nueva tecnología que llegó a las masas: la Televisión. En ese debate, se dice que la apariencia demacrada y cansada de Nixon, quien había acudido a otras actividades previas a la discusión, y el estado relajado y confi ado de Kennedy, quien se preparó con antelación, fueron factores infl uyentes a la hora de la votación.
A partir de entonces, se entiende que los debates entre los candidatos marcan la pauta sobre quién es el posible ganador del proceso electoral.
Donald S. Hewitt (Don), fenecido productor de informativos estadounidense y creador del programa “60 minutos”, dijo tras este histórico debate: “Cuando todo terminó, un hombre salió caminando del estudio como presidente de Estados Unidos; no tuvo que esperar el día de las elecciones”.
El siguiente debate de relevancia fue el protagonizado por Jimmy Carter frente a Gerald Ford en 1976 y desde entonces en todos los años electorales los candidatos ofrecen al electorado estadounidense sus propuestas sobre los grandes temas nacionales.
A los fi nes de promover, patrocinar y producir los debates, fue creada en 1987 la Comisión de Debates Presidenciales (CPD por sus siglas en inglés), una organización sin fi nes de lucro y no partidista, la cual forma parte permanente en todas las elecciones para proveer la mejor información posible a los votantes a través de investigaciones y actividades educativas sobre los debates. La CPD ha patrocinado los debates presidenciales de EEUU de los años 1988, 1992, 1996, 2000, 2004, 2008, y los actuales. Esta organización también provee asistencia técnica a otros países en el establecimiento de la tradición del debate como medio para afi anzar la democracia.
En años recientes, ha trabajado con grupos de Bosnia, Burundi, Colombia, Ghana, Haití, Jamaica, Líbano, Nigeria, Perú, Rumania, Trinidad y Tobago, Uganda y Ucrania.
La importancia de los debates para el fortalecimiento de la democracia radica en la infl uencia, más o menos marcada, que ellos ejercen sobre la opinión pública.
Giovanni Sartori, eminente sociólogo italiano, expresa esta idea de manera muy clara y sencilla en su libro “La democracia en 30 lecciones”, al decir que “la democracia es gobierno de opinión”.
Y esto se hace más cierto a medida que se genera la transición desde una democracia puramente electoral hacia una democracia realmente participativa, en donde las masas formen parte activa en la toma de decisiones. Los debates presidenciales tienen sus beneficios: son una herramienta educativa. Permite igualar la balanza de los candidatos al acceso de los medios masivos de comunicación.
Plantean una alternativa a las formas tradicionales de hacer política y permite que la población pueda evaluar la capacidad real de los candidatos y las bonanzas de sus propuestas.
En nuestro país, un importante debate fue el que sostuvieron el Prof. Juan Bosch y el sacerdote jesuita Láutico García, en donde el primero enfrentó las acusaciones que lo tildaban de comunista por supuestamente estar a favor de los pensamientos marxistas y leninistas.
Este debate de carácter político-filosófico y transmitido por la televisora estatal de ese entonces La Voz Dominicana, finalizó cuando el sacerdote García admitió que Bosch no era comunista, lo cual favoreció su triunfo en las elecciones presidenciales de 1962.
Más recientemente, se recuerda el intento de debate entre el Dr. Leonel Fernández y el Dr. José Fco. Peña Gómez previo a las elecciones presidenciales del año 1996, al cual el candidato perredeísta no asistió por considerar que su contiende no estaba a su nivel. Todos conocemos los resultados de las elecciones de ese año.
En el proceso de campaña de 2012, se propuso la realización de un debate entre los principales candidatos a la presidencia, Hipólito Mejía y Danilo Medina, organizado por la Asociación de Industrias de República Dominicana (AIRD).
Pero este encuentro no tuvo las características propias de un debate, toda vez que los candidatos se limitaron a presentar sus programas de gobierno y no se enfrentaron de manera conjunta a cuestionamientos que requirieran réplicas y contrarréplicas.
Obama y Romney tienen por delante dos debates más: uno el 16 de octubre, que tiene la particularidad de que se hará bajo la forma de una especie de pleno municipal en donde un grupo de votantes indecisos podrán hacer las preguntas directamente a los candidatos; y otro el 22 de octubre, en donde el tema a tratar será la política exterior.
Es importante que todos observemos estos interesantes debates, como una forma de ir creando conciencia para cambiar nuestra forma de ver, hacer y vivir la política.
La propuesta de Ley de Partidos Políticos en debate en el congreso, contempla la figura del debate presidencial, cuando se convierta en ley de la nación nuestros futuros candidatos tendrán que debatir sus propuestas y convencer a la sociedad de sus bondades. Trabajaremos para que esta ley se apruebe cuanto antes.


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