Ana Josefa Gil acusa a Manuel Matos de vasallo del obispo



por  PEDRO  A. SEGURA
ppedrosegura@hotmail.es, 13.02.013

SAN JUAN------- Monseñor José Dolores Grullón Estrella, obispo de la Diócesis de San Juan sigue confundiendo a los sureños y cibaeños, y para eso utiliza los aliados  que tiene a su alrededor; entre ellos hay feligreses, empresarios, periodistas, políticos y dirigentes agrícolas;  tal el caso de Manuel Matos Pérez, presidente del Comité Agropecuario Unitario de San Juan, Inc. (CAU) y, a la vez presidente del Comité de Rescate de San Juan, quien en sus declaraciones  alega ignorar los efectos de la explotación minera en los ríos que nutren la Presa de Sabaneta. Manuel Matos ¿nos engaña o nos miente?

No hay dudas que Manuel Matos custodia sus intereses propios y los del obispo. Y actúa en nombre del CAU, una organización que agrupa más de veinticinco asociaciones agrícolas, en la cual él funge como presidente, vocero y coordinador; desde donde se supone, que debería procurar salvaguardar los recursos naturales del Valle de San Juan de La Maguana.  Hoy esos recursos se ven amenazados por la componenda de estos Judas de San Juan que han elegido ocultarse tras la sotana.

Es inconcebible como este dirigente agropecuario se nos presenta como desconocedor de la zona donde se va a explotar el oro, cuando en el año 2008, señaló que el CAU que él preside, posee una finca de 2000 tareas en la zona alta de la Presa de Sabaneta.

Yo conozco muy bien el camino que hizo la fundación que preside monseñor Grullón, Fundasep, para el cual increíblemente contó con un aporte económico de la Junta de Regantes del Valle de San Juan.

Pero es obvio que monseñor Grullón y Manuel Matos, conocen muy bien la zona de exploración: y todo parece indicar que, cual metástasis, las explotaciones de oro se extenderán hasta los linderos del Parque Nacional, José Armando Bermúdez; pues ya invitaron a su amigo sanjuanero, el   Ing. César Paniagua, presidente de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), a que le conduzca hasta ellos. Todo como para llevarse los dos grandes parques nacionales en las garras de buitres insaciables.

Ante la voracidad minera que se ha desatado en las sagradas montañas de Liborio Mateo es preciso saber quién esta con Dios y quien está al servicio del diablo. Quién es leal y quien es traidor. Y hasta qué punto la sotana y los Judas de San Juan van a entregar las riquezas naturales de la Cordillera Central.

He aquí las tropelías de Manuel Matos, y ¡aunque me ha costado creerlo!, el año pasado leí  en torno a  la Carretera Cibao-Sur, que olvidando los anhelos del ilustre y extinto Ing. Sinencio Ramírez, el presidente del CAU y del Comité de Rescate por San Juan, enfatizó que debía hacerse por San José de Ocoa-Constanza; y esto ocurrió  justamente cuando monseñor Grullón declaró que la mejor vía es por Padre Las Casas-Constanza.

Después de los hallazgos de oro y cobre en El Romero, como buenos socios, apurados coincidieron: la Carretera Cibao-Sur es por San Juan de La Maguana-San José de Las Matas.

Si bien es cierto que tenemos que apoyar dicha carretera, también tenemos que actuar con precaución. Dado un hoyo fiscal tan profundo en el país y los hechos planteados, estoy obligada a reconocer que es una coartada para la explotación del oro de Las Tres Palmas y El Romero.  Por eso hay que exigir una condición: ¡La Carretera Cibao-Sur se debe iniciar por San José de Las Matas!

He aquí cómo se pierde un pueblo, cómo se puede perder el Valle de San Juan de La Maguana.  Si no defendemos el Parque Nacional José del Carmen Ramírez; esas sagradas montañas de Liborio, sin piedad serán destrozadas.

Y, finalmente, respecto al oro de Caonabo,   unos llenarán sus macutos; mientras otros se lo llevarán en la sotana.


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