El bidé de Paulina



Por Anulfo Mateo Pérez

República Dominicana, Puerto Rico y Cuba tienen en común, más que el mismo idioma, la identidad cultural, idiosincrasia e historia que los hace diferentes a otros pueblos.

La poetiza puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió recreó las relaciones afectivas entre la Patria de Betances y Martí, cuando inmortalizó el soneto: “Cuba y Puerto Rico son, de un pájaro las dos alas; reciben flores y balas sobre el mismo corazón”.

Por esa famosa cuarteta, el gobernador español en Puerto Rico le acusó de “brindar contra España”, por lo que fue deportada junto a su familia a la Mayor de las Antillas, que se convirtió luego en su segunda Patria.

Por sus aportes a la literatura, en 1910 fue nombrada “Individuo de Número” de la entonces recién fundada Academia de las Artes y las Letras de Cuba.

Debemos recordar las relaciones históricas, culturales y políticas entre los tres países antillanos, pese a que sus enemigos siempre han querido separarlos.
Fuertes lazos se crearon entre nuestros pueblos en las letras y en las luchas libertarias a través de Máximo Gómez, José Martí, Eugenio María de Hostos, Francisco Henríquez y Carvajal, Betances, Emilio Prod’ Homme y Luperon…
No obstante, creo que hay mayor similitud en la jocosidad y picardía de cubanos y dominicanos.

(Hace algunas décadas descubrí con sorpresa la malicia nuestra en unos amigos vietnamitas: la curiosidad me llevó a preguntarles por qué a esa distancia, tal coincidencia. Me hicieron recordar que tanto Hanoi como Santo Domingo están en los 20 grados de ecuador).

¿Y a que vienen estas disquisiciones? Bueno, sería conveniente traer a colación lo que sucedió en Cuba durante el gobierno de Ramón Grau San Martín (1944-48), que gozó de cierta simpatía por la prosperidad económica y el otorgamiento de la cuota azucarera por Estados Unidos. Condiciones en parte heredadas del primer gobierno de Fulgencio Batista (1940-44).
Tras cuatro años de gobierno corrupto e ineficiente de Grau, éste construyó obras suntuarias, mientras se desatendían las necesidades básicas de los cubanos.

La Fuente Luminosa, fue una  de esas obras objeto de la burla popular, construida en 1944-48 en la rotonda formada por la calle 26 y avenida Independencia, hoy Rancho Boyeros, que es la que conduce del aeropuerto internacional José Martí hasta la ciudad de La Habana.

Esa majestuosa obra fue bautizada por los habaneros como “El bidé de Paulina”. La jocosidad era gastada a Paulina Alsina viuda de Grau, cuñada del presidente y quien fungía como primera dama de la República, por ser el mandatario soltero.

No salgo de mi extrañeza, que siendo los dominicanos tan pícaros como los cubanos, al punto de llamar “Huacal” a yb edificación de oficinas públicas y “Quitagusto” a los que prohibieron ingerir alcohol en lugares públicos a partir de una determinada hora, no hayan inventado un nombre “exótico” para el “vilipendiado” y moderno Metro de Santo Domingo.

23/marzo/2008.

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