. Y punto y pelota



César Medina 
lobarnechea1@Hotmail.com

Era tiempo de que Miguel Vargas dijera todas las verdades que se ocultaron por años sobre las trapacerías que provocaron la crisis interna en el PRD.
Que pusiera en evidencia las maldades ocultas de algunos líderes de ese partido, las negociaciones oscuras “con el enemigo” para abortar las posibilidades partidarias.
Se hacía impostergable que los propios perredeístas supieran de qué lado está la traición y conocieran a los que se han beneficiado de ella.
Era necesario que el país escuchara del propio presidente del PRD cómo se refieren algunos líderes de ese partido a sus propios “compañeros”... 
En el caso particular del doctor Guido Gómez Mazara, era tiempo ya de que se quitaran el antifaz quienes lo cortejan en la mañana para desacreditarlo y llenarlo de oprobios en la tarde.
Porque el PRD debe tener otra suerte. Ese no es el liderazgo que se merece el partido fundado por Bosch en 1939 y heredado por Peña Gómez, el que desafió valientemente la dictadura de Trujillo... Y los 12 años de Balaguer. 
El partido que llamó a la revuelta armada del ‘65; el que derrotó aquella maquinaria represiva del ‘78; el que despolitizó los cuarteles; el que enrumbó el país por una nueva democracia...
Ese PRD de negocios ocultos, que vende elecciones, que hace derrotar a sus propios candidatos... Ese no es el PRD que dejó Peña Gómez cuando se fue en 1998. 
Guido Gómez Mazara

Guido tiene la buena fortuna de que en él no hay doble personalidad... 
Si lo sabré yo que lo conozco desde que nació, que lo quise y lo mimé desde niño, y que abominé de él y le critiqué hasta lo indecible cuando se encumbró en el poder y se estaba llevando el mundo a su paso.
En Guido pueden hallarse rasgos de nobleza no comunes en esta fauna política, que van a la par con su origen... 
¿Qué puede esperarse sino grandeza de alma en un hijo de Carmen y El Moreno?
Cuando las circunstancias lo exigieron, estuvo al lado de Hipólito Mejía hasta el final, y con toda su vehemencia le fue leal hasta en el despropósito reeleccionista. Continuó a su lado en los tiempos malos, y así se ha mantenido a pesar de todas las locuras...
Mucho valor político tiene que tener Guido cuando Hipólito lo corteja llenando de elogios fingidos a su madre, a su mujer, a sus hijos y a él mismo.
Para luego denostarlo atribuyéndole una traición impropia y confundiendo su vieja amistad con Leonel con una tratativa política que jamás ha existido... Una actitud canallesca. 

...Y Soto Jiménez

Hipólito Mejía utilizó al general Soto Jiménez para propiciar un encuentro engañoso con Miguel Vargas. Con ese propósito fue a visitarle a su oficina política del Partido V República.
Soto le transmitió a su amigo Miguel Vargas el deseo de Mejía. Y Miguel siempre se negó a celebrar ese encuentro consciente de que no había sinceridad del otro lado. En eso transcurrieron unos dos meses.
Hasta que el general y el expresidente coincidieron en una boda de la hija de un amigo común. Mejía le volvió a hablar de la reunión con Miguel, y Soto le prometió que insistiría con su amigo Vargas.
Fue en ese escenario que Vargas dijo que sólo iría a una reunión con Hipólito si Hipólito se comprometía a apoyar su candidatura presidencial, y que a partir de ahí él contemplaría cualquier arreglo político.
Hipólito aceptó... Y vino el almuerzo del 3 de mayo en la casa campestre de Soto Jiménez. 
Ahí hablaron de que Carolina sería la candidata a la vice, Díaz Morfa el ministro de las Fuerzas Armadas, medio gobierno para ti... Y el resto para mí...
¡Eso ocurrió exactamente así. Y punto y pelota...! 






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