Sobre la Restauración

La restauración no es un acontecimiento cualquiera.  Es el resultado de un anhelo de la pequeña burguesía liberal del siglo XIX por lograr la libertad y la independencia del pueblo dominicano, tronchada aquel fatídico 18 de marzo de 1861, cuando Santana, argumentando supuestas manifestaciones de adhesión basadas en la posibilidad de una también supuesta libertad natural y protección  bajo la cubierta de su pabellón y la garantía de sus armas, postró la nación a los pies del colonialismo que habían negado los otrora seguidores de España en 1821 cuando proclamaron la independencia efímera bajo la conducción del ilustrado, doctor José Núñez de Cáceres.

De los acontecimientos ocurridos en el país, la restauración ocupa un lugar preponderante, debido a la importancia de tal acontecimiento y, porque recobra el carácter de Republica en base a los ideales concebidos por Duarte al fundar la trinitaria el 16 de julio de 1838.

Es importante en razón del rechazo generalizado a la anexión protagonizada por Santana en 1861, provocando que amplios sectores de la sociedad se unieran en un solo bloque para expulsar a los españoles definitivamente del territorio dominicano.

El fervor dominicano se manifestó en la protesta de Sánchez cuando catalogó a Santana de “déspota”, “enemigo de vuestras libertades”, “plagiario de los tiranos”, “el escándalo de la civilización”, y de haber cometido un crimen que provoco la “muerte de la patria”.

Este manifiesto se convirtió en la bujía que encendió la chispa del pueblo dominicano, que imbuidos por el deber fueron ganando terreno hasta crear la fuerza que sirvió de soporte para realmente romper las cadenas del despotismo tal y como lo planteo Sánchez en el referido manifiesto.

Los acontecimientos  ocurridos de 1863 a 1865 demuestran  la disposición del pueblo de no seguir soportando la presencia de una potencia como España que vino al país a servirse de sus riquezas sin aportar nada para su desarrollo.
La pequeña burguesía liberal portadora de la idea del liberalismo, a la cabeza de la cual estaban figuras como Ulises Francisco Espaillat, Filomeno de Rojas Lucas Evangelista de peña, Fernando de Meriño, Santiago Rodríguez, Gaspar Polanco, José A. Salcedo,  Gregorio Luperón, Mella, etc. estableció toda una estrategia de guerra que desestabilizo las huestes españolas provocando su derrota y su posterior salida del  territorio dominicano.

De 1863 a 1865 este pueblo demostró que no importa el tamaño del país, ni el número de su ejército, si existe la disposición de derrotar la opresión que desata, por poderoso y fuerte que este sea.

En la restauración se demostró que es posible vencer  y que una táctica de ataque por sorpresa vence al más grande de los ejércitos.

Recodar este acontecimiento es, a más de refrescar la memoria histórica, revivir aquellos que tenían la patria por encima de sus apetencias personales y lo colectivo formaba parte consustancial de su diario vivir.

Más que recordar, debemos colocar a estos héroes  en el sitial que le corresponde por la proeza que desarrollaron para devolvernos lo que Santana y su grupo entrego como chivos en el corral.

Los profesores en las aulas tenemos la misión de realizar esta honrosa tarea para que permanezca viva nuestra memoria histórica, y, nuestros héroes formen parte siempre de nuestro presente.


Roberto Rosado Fernández 
Profesor UASD San Juan de la Maguana
                                                                                                         

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