Día Internacional para la Tolerancia

Félix Bautista

El 16 de noviembre se celebra el Día Internacional para la Tolerancia, y en esta ocasión, resulta una trágica coincidencia su conmemoración con los actos terroristas en París del 13 de noviembre, con un saldo de al menos 128 personas muertas y 325 heridas.

En 1995, la Asamblea General de la ONU, lo declaró como “Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia”, decisión que coincidía con el 50 aniversario de la Organización mundial. 

Un año antes los estados miembros de la UNESCO se reúnen en París y aprueban la Declaración de Principios sobre la Tolerancia, preocupados por la “intensificación actual de los actos de intolerancia, violencia, terrorismo, xenofobia, nacionalismo agresivo, racismo, antisemitismo, exclusión, marginación y discriminación perpetrados contra minorías nacionales, étnicas, religiosas y lingüísticas, refugiados, trabajadores migrantes, inmigrantes y grupos vulnerables de la sociedad, así como por los actos de violencia e intimidación contra personas que ejercen su derecho de libre opinión y expresión”.

En esta declaración, la UNESCO define la tolerancia como la armonía dentro de la diversidad. Es a través de la apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión que se fomenta la tolerancia y el reconocimiento de la pluralidad,  como elementos indispensables para la democracia y la paz.

Respecto a la tolerancia los estados tienen una responsabilidad dual: son responsables de que a lo interno de los países, la misma se traduzca en una justicia imparcial con igualdad de trato, y que todas las personas puedan disfrutar de oportunidades económicas y sociales sin ninguna discriminación; a lo externo, es esencial que los individuos, las comunidades y las naciones acepten y respeten el carácter multicultural de la humanidad y que se adopten las convenciones internacionales en materia de respeto y protección de los derechos humanos.

La Declaración de Principios sobre la Tolerancia dispuso igualmente que “La educación es el medio más eficaz de prevenir la intolerancia” y “ha de tener por objetivo contrarrestar las influencias que conducen al temor y la exclusión de los demás” y proclamó el 16 de noviembre de cada año, como el Día Internacional para la Tolerancia.

El secretario general de Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, resalta en su mensaje alusivo a esta conmemoración que hoy día “las personas están más conectadas; sin embargo, ello no significa que exista un mayor entendimiento. Las sociedades son cada vez más diversas, pero la intolerancia está aumentando en muchos lugares.”

De manera puntual, Ban Ki-moon subraya en su mensaje, que la tolerancia no es solo “la aceptación pasiva del ´otroª”, sino que implica la obligación de actuar y tomar iniciativas positivas para revertir el ciclo violento de la intolerancia y la discriminación por razones de género, color, nacionalidad o religión.

Como parte de las acciones tomadas por la ONU para reforzar la lucha por la tolerancia a nivel mundial y en ocasión del 125 aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi, se creó en el año 1995,  a través de la UNESCO, el premio UNESCO-Madanjeet Singh para promover la tolerancia y la no-violencia.  Este reconocimiento se entrega cada dos años.

Singh (1924-2013) fue un artista, escritor, embajador y filántropo de la India, y desde el año 2000 fue Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO. El galardón que lleva su nombre y el cual patrocinó conjuntamente con la UNESCO.  Se entrega desde el año 1996 a personas instituciones u organizaciones que han contribuido a fomentar la tolerancia y la no violencia.

Desde su primera entrega, se han reconocido organizaciones y personas de todo el mundo: por ejemplo, en 1996 lo ganó la asociación de 32 organizaciones no gubernamentales para las mujeres “Pro-femmes Twese Hamwe” de la República de Ruanda; en el año 2004, se galardona  la  escritora Taslima Nasreen de Bangladesh; y en su última entrega en el año 2014, fueron reconocidos Ibrahim Ag Idbaltanat de Mali y Francisco Javier Estévez Valencia de Chile, este último un activista social, historiador y profesor universitario reconocido por su trabajo investigativo y de denuncia de violaciones de derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile.

En el país, el preámbulo de la Constitución dominicana, afirma que la dignidad humana, la libertad, la igualdad, el imperio de la ley, la justicia, la solidaridad, la convivencia fraterna y la paz son elementos necesarios para la configuración efectiva del Estado Social y Democrático de Derecho.

De manera ampliatoria, la Ley 1-12 que establece la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 (END) se refiere a la paz como parte de los objetivos clave para lograr una convivencia segura en donde impere la ley y la seguridad ciudadana. En este sentido, la END habla de institucionalizar y fortalecer mecanismos que promuevan formas alternativas de resolución de conflictos, como el arbitraje, la conciliación y la mediación para contribuir a la paz social; articular mecanismos para concienciar a las familias, comunidades y organizaciones sociales sobre la importancia de la educación en valores para la convivencia social y la paz; y fortalecer la participación proactiva del país en iniciativas a favor de la paz, el desarrollo regional, nacional  y global, así como el respeto de los derechos humanos.

Hoy día, el mundo es cada vez más pequeño, más interdependiente, más interconectado.

Las fronteras se abren e interactuamos con multiplicidad de personas de distintas nacionalidades, culturas o creencias.

Hoy más que nunca, la tolerancia es crucial para la convivencia democrática y el fomento del respeto y la aceptación de las diferencias. 

Los actos terroristas que tuvieron lugar en París, Francia, nos indican que la intolerancia puede dañar al mundo y nos recuerda las palabras de Mahatma Gandhi: la paz es el camino. También el Papa Francisco, quien ha expresado que la humanidad puede lograr una era sin precedentes de paz, “todo lo que necesitamos para alcanzar tal estado es el respeto de las demás creencias, porque todos somos hijos de Dios sin importar el nombre que elijamos para dirigirnos a él.” 

Diseñar e implementar una cultura de paz en los hogares y en las escuelas es fundamental para el desarrollo de las naciones. 


Related

opinion 2220588868981916069

Publicar un comentarioDefault Comments

emo-but-icon

Publicidad

Publicidad





LAS MÁS DESTACADAS

EL TIEMPO

item