Periodistas dominicanos en Nueva York se quejan porque no fueron incluidos en pensiones
https://www.elvalleinformativo.com/2017/08/periodistas-dominicanos-en-nueva-york.html
17 de agosto 2017.-
NUEVA YORK………Desazón y
pesar ha provocado entre veteranos periodistas de Nueva York, el que ni uno
sólo haya sido incluido entre las pensiones recientes otorgadas por el Poder
Ejecutivo a unos 36 colegas, entre los que se incluyen, auxiliares y técnicos
de varios medios de comunicación.
Parecería que, si no
estamos apandillados, muchos de nosotros estamos condenados al ostracismo. La
ley de Pensión Especial 379 del 11 de diciembre del 1981, aquí en Nueva York,
sólo obra para beneficiar amiguitos, clientelas y otros tipos de aliados. No queremos
pensar que, necesariamente debemos ser gobiernistas.
Freddy P. Galarza nos ha
dicho que necesita esa pensión para retornar a su natal Barahona. Ese es un
caso más; sucede que el que no es “simpático”, ni está alineado en claques
específicas a lo interno del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), no
merece, ni tiene mérito alguno.
Sin embargo, hemos visto
cómo en los últimos tiempos han sido pensionados apresuradamente algunos
comunicadores neoyorquinos, aunque no tengan la trayectoria de un trabajo
sostenido como periodistas, y mucho menos la edad ni ninguna comprobable
enfermedad; esto, además de que nunca calificaron para estar matriculados en el
CDP.
De otro lado, muchos en
República Dominicana, entienden que los periodistas neoyorquinos del CDP en
Nueva York no necesitan de ese amparo. Craso error.
Se fundamentan en la
bonanza que exhiben las denominadas “bocinas” que defienden al gobierno de
turno, y nos referimos a cuál que sea, en cualquier época. Resulta que éstos son muy pocos; por demás
está decir que los exiguos dólares que devengamos en esta urbe, ellos se los
pasan por donde no les da el sol. Ellos si que no necesitan de una pensión.
Los verdaderos periodistas
de trayectoria comprobada en Nueva York y en el país, que hemos sido obreros de
la prensa; que no hemos vivido de mamandurrias, es decir, cobrar sin hacer nada
y sólo por sinecuras; lamentablemente, necesitamos de ese beneficio.
Al menos así podríamos
retornar a nuestro terruño y llevar una existencia más o menos aceptable. Ojalá
este mensaje se haya entendido, y rinda los que deben ser sus frutos.

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