Santome y sus Enseñanzas
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Por Roberto Rosado
Fernández, Educador
Lo que ocurrió en las
campañas militares entre 1844 y 1855 fue
la decisión del pueblo dominicano, recién creado, de no permitir la presencia
haitiana, nueva vez, aunque para evitarlo tuviera que derramar hasta la última
gota de sangre del cuerpo de los patriotas que se dispusieron a organizar la
resistencia y triunfar en las confrontaciones acaecidas durante el señalado
periodo, principalmente los que estaban influenciados por el pensamiento liberal y habían asumido
el compromiso de la defensa de la patria desde el juramento Trinitario de 1838.
Desde Azua, el 19 de marzo
de 1844, hasta Santomé y Cambronal el 22 de diciembre de 1855, en San Juan y
Neyba respectivamente ,entre dominicanos
y haitianos se desarrolló una lucha sin cuartel ,unos, los haitianos, por
recuperar la supremacía que tuvieron durante 22 años en la que aplicaron
mecanismos diversos para mantenerse, basados en la aplicación del Código
Agrario que , a su vez, originó el nacimiento de una pequeña Burguesia Agraria
Rural y, por vía de consecuencia, una Burguesia Comercial Urbana que luego
asimiló la idea de la creación de un estado libre y soberano, además de su
fortaleza militar, otros, los dominicanos, quienes fundamentados en el ideal
de república prohijado, mediante un
proceso en que los esclavos, liberados por Toussaint Louverture en 1801, se
negaron a volver a ser esclavos ante la proclamación del estado haitiano y la
aplicación del Tratado de Basilea por Jean Louis Ferrand en 1804, crearon,
liderados por Ciriaco Ramírez y Cristóbal Huber en la denominada Era de Francia
en Santo Domingo , la idea y necesidad de la independencia política.
La actitud de Núñez de
Cáceres, ilustrado por demás, de pensar en una independencia y ejecutar, en
alianza con un sector de los hateros, disgustados por el abandono a que nos
sometió España durante el periodo de La España Boba, de crear un Estado
Independiente, no impidió que Boyer, empeñado en resolver problemas de
intereses económicos y políticos de su nación y, aprovechando que los esclavos
no fueron favorecidos con el proyecto de Cáceres, facilitando así el éxito del
proyecto Boyerista y la inserción de los ex esclavos al ejército y participar
de la pequeña propiedad territorial convirtiendo así la Isla en una sola nación
manillada por Haití.
Las diferencias culturales
y religiosas hacían inviable un proyecto de nación única por lo que, el
desarrollo de una burguesia agraria y urbana preparó las condiciones para que
las ideas liberales traídas por Juan Pablo Duarte, desde Europa principalmente,
encontraran asiento en la juventud desde su Escuela Política, la creación de la
Trinitaria, su inserción en el ejército y la promoción de estos nuevos valores
a través del arte y la cultura.
El compromiso contraído
desde la fundación de la Trinitaria de crear una patria libre, soberana e
independiente de toda potencia extranjera se convirtió en un ente motivador
para que sus integrantes impulsaran este
ideal y dieran pasos para lograr el propósito final de crear una nación que
llevaría por nombre República Dominicana.
Este ideal se impulsó
aprovechando coyunturas, estableciendo alianzas con el movimiento opositor a
Boyer y, cuando las circunstancias a lo interno se mostraban desfavorables a la
causa de la independencia, se acude tácticamente a establecer acuerdo con el
sector conservador, que lo representaba los hateros, para lograr finalmente
proclamar la República el 27 de febrero de 1844. Esta es la razón por la que al
manifiesto de enero de 1844 se le suprime la palabra independencia por la de
separación.
Era lógico entender que el
gobierno haitiano no se quedaría de brazos cruzados. Se sabía que volvería a
intentar ocupar por la fuerza y recobrar la dirección de esta parte de la Isla.
Esta razón hizo que los Trinitarios utilizaran la estrategia de guerra aprendida
desde su ingreso al ejército haitiano para enfrentarlo en ese escenario en el
que se creían superiores.
El 19 y 30 de marzo, en
Azua y Santiago respectivamente, luego Bani, Las Matas de Farfán entre otras,
el ejército dominicano mostró sus habilidades infligiéndole varias derrotas que
hacía más dificultoso al haitiano recobrar el territorio perdido.
Santomé y Cambronal
finiquitan su aspiración representando la gloria que da un respiro a la
naciente república fortaleciendo de esa manera el concepto de nación que se
había concebido.
Es Santomé, en San Juan y
Cambronal, en Neyba, el fin de la aspiración de los haitianos de pisar y salir
victoriosos en territorio dominicano y querer convertirnos en su colonia y
volver a unificar el territorio de la Isla a pesar de que su credo religioso,
su cultura y su lengua no hacía ni hará posible que eso ocurra alguna vez
aunque haya grupos fuera y dentro del
país empeñados en que así sea.
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