De Pilatos a los obispos

https://www.elvalleinformativo.com/2018/01/de-pilatos-los-obispos.html
Por ANULFO MATEO PÉREZ
Ahora resulta que no hay
responsables de la corrupción y la impunidad que asfixian al país; que el
desastre en el orden ético-moral, social, económico y administrativo no tiene
autores intelectuales ni materiales; que nuestra desgracia ha sido signada por el
“destino” al que estamos condenados todos.
El Gobierno dice compartir
la preocupación externada por la Iglesia Católica en su Carta Pastoral sobre la
corrupción e impunidad que afectan a la nación, mientras propicia y trata de
encubrir esos males.
Lo expresado por el
ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, se inscribe en
el “cinismo político”, compartido por quienes profesan una conducta aberrante
desde un Estado delincuente.
En sus inicios era “sotto
voce” la corrupción del peledeismo, que inició su acumulación primaria con
cierta timidez, para terminar de forma descarada enriqueciendo a su cúpula y a
otros próximos a ella.
La Carta de los obispos dio
en la diana al criticar “…el apego al poder por el poder, del robo al erario
nacional a expensas de la nación, de la apropiación inescrupulosa de ahorros
ajenos para beneficio propio…”.
La pieza de los prelados
puso el dedo en la llaga al denunciar sin tapujos “…la evasión de impuestos, de
tanto crimen y robo, de la creciente violencia, de la impunidad de tantos
delincuentes públicos…”.
Esa triste realidad es la
que ha provocado que la sociedad dominicana se estremezca y haya constituido la
Marcha Verde, para demandar el cese de tantos abusos, que se cometen desde un
poder usurpado.
La marcha que se realizará
el próximo 28 de enero hacia el Palacio Nacional, para demandar el cese de la
corrupción y la impunidad, debe ser el aldabonazo que permita el definitivo
despertar de esta pesadilla.
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