RD, 40 años de libertad y democracia
https://www.elvalleinformativo.com/2018/01/rd-40-anos-de-libertad-y-democracia.html
Por Rubén Moreta
Este año 2018, la República
Dominicana conmemora el cuadragésimo aniversario de su Era Democrática,
período, como ningún otro de nuestra historia, caracterizado por elecciones
libres cada cuatro años, respeto a los derechos fundamentales y las libertades
públicas (sin asesinatos, ni presos políticos, sin persecución ni destierros a
opositores, con libertad de expresión del pensamiento, de prensa, de reunión, a
la libre empresa, entre otros privilegios libertarios).
Este inhabitual periodo se
inició el 16 de agosto del 1978, con la ascensión al poder del hacendado Antonio Guzmán Fernández,
quien, de manos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), inició un
admirable período de cambios sociopolíticos que se extienden cuarenta años
después.
Estas cuatro décadas han
sido de gran provecho político, porque se ha robustecido el modelo
democrático. En sentido general, se han
destronado contundentemente los moldes opresivos de gobierno, que inauguraron
en el siglo XIX los grandes caudillos Pedro Santana, Buenaventura Báez y Ulises
Heureaux.
La subyugación política
durante el siglo XX anego de sangre esta
media isla. El tirano Rafael Leónidas
Trujillo flageló al pueblo, imponiendo un prototipo omnímodo, negador de todas
las formas democráticas. Joaquín Balaguer
fue el gran continuador de ese esquema autoritario. Construyó una dictadura ilustrada, que
simulaba y hacía aspavientos de señales libertarias, pero en el fondo su
absolutismo y totalitarismo eran los acordes sonoros de una triste melodía.
Pero, objetivamente, el
gran protagonista político del siglo XX fue Joaquín Balaguer, no Trujillo,
porque el intelectual navarrense supo servirle al déspota sancristobalense,
heredarlo, y a posteriori camuflarse con traje de demócrata.
La gran hazaña de Balaguer
fue lograr, post mortem, una laudatoria declaratoria de Padre de la Democracia
Dominicana, que confundirá a los historiadores de la posterioridad en torno a
quien fue –objetivamente- dicho personaje, porque al estudiarlo detectarán sus
manchas de sangre, pero también, sus aciertos en la conducción de la nación, su
tino, frugalidad, nacionalismo y pactos con el
entorno liberal, no obstante sus escuálidas raíces y convicciones
conservadoras.
No hay dudas de que Joaquín
Balaguer fue un político astuto, inteligente y con claro sentido de la
historia, porque supo adaptarse a las nuevas situaciones que se les presentaron en su larga vecindad al
poder. Pero la historia tendrá que
juzgarlo críticamente, porque sus manos están manchadas de sangre.
El autor es Profesor UASD.
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