Virtudes y Cualidades de Juan Pablo Duarte

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Por Roberto Rosado
Fernández, Educador
Dentro de las virtudes y cualidades que
adornan al padre de la Patria Juan Pablo Duarte están, el amor, el estudio, la
diligencia, la valentía, el don de dirigir, el tacto político, el don de
realización, el nacionalismo puro, la honestidad y la modestia.
Estas virtudes expresadas
en todo el transcurrir de su vida se ha recogido como el Decálogo de Duarte con
la intención de convertirlo en guía para el trabajo que habrá de desarrollarse
en los centros educativos para inculcar a los discentes valores y cualidades
que le sirvan para su diario vivir y
que, a su vez, los convierta en hombres de bien.
Hablando de estos ejemplos
dejados por Duarte en “Apuntes para la Historia de los Trinitarios”, Boletín
del Instituto Duartiano número 4 se lee-“Trasladados estos ejemplos dejados por
Duarte, a fórmulas preceptivas, es como si excepcional paradigma hubiera dejado
estos diez mandamientos
Para quienes aspiran a ser verdaderos
patriotas.
1 - Amarás a tu pueblo.
2 – Prepararás tu mente para servirle.
3 –Trabajarás sin desmayo por el bien de la Patria.
4 – Serás valeroso en el servicio de la Patria.
5 - Enseñarás y dirigirás
a los compatriotas necesitados de orientación.
6 –Actuarás con justicia y tacto.
7 –Pasarás de la idea de bien a su realización.
8 – Defenderás la absoluta soberanía de tu pueblo.
9 –Serás honesto en el manejo de bienes públicos.
10 – Pondrás siempre tu persona al servicio de la Patria y no
viceversa”.
En cada cualidad se
describe a un Duarte capaz de amar a la Patria por encima de su propia familia
y de hacer cualquier tipo de sacrificio
en aras de conseguir una patria libre, soberana e independiente de toda
dominación extranjera.
Capaz de estudiar, una
virtud que reflejó desde niño que lo impulsaba a buscar constantemente el
conocimiento. Sus resultados en la escuela demostraron las condiciones
excepcionales para el estudio, los que volcó a la causa de la Patria cuando
descubrió que era posible crear una nación libre a pesar de las adversidades de
la época.
Un Duarte diligente capaz
de prever cada actividad que conllevara al impulso del ideal concebido. Esta
cualidad la demostró desde la creación
de la Escuela Política, la fundación de La Trinitaria, a su regreso,
luego de proclamada la República, durante su estadía en Venezuela y su
disposición durante el proceso restaurador de contribuir a la expulsión del
invasor Español.
Sus dotes de líder estaban
presentes cada vez que las circunstancias lo ameritaran y por ello se ganó el
respeto de sus seguidores, acción que le ha permitido ocupar el sitial con el
que se le distingue a diario.
Hombre de tacto político
con respuesta adecuada para cada circunstancia, con ideas preconcebidas
reveladoras de que estaba dotado del referido tacto.
Siempre dispuesto a mostrar
en la práctica todo aquello que expresaba en sus ideas, así lo mostró siempre hasta
su muerte.
Nacionalismo del que él
mismo decía era la garantía de las libertades patrias, la ley suprema del
pueblo dominicano y su existencia política.
De una extraordinaria honestidad la que
demostró desde el principio y la que hoy debería ser el puntal del
funcionariado gubernamental, el que lamentablemente la ambición personal y
desmedida lo ha llevado al derroche de las instituciones llamadas a ser ejemplo
para la sociedad.
Finalmente a Duarte le
adorna como virtud la MODESTIA. Un hombre sencillo, carente de vanidad, carente
de ambición, enemigo de la búsqueda de privilegios, sin orgullo y sin afán de
poder, solo le interesa la justicia. “Sed justo lo primero, si queréis ser
felices”.
El gran reto de la Escuela
Dominicana del presente es enseñar el Decálogo Duartiano donde están recogidas
todas las virtudes del padre indiscutible
de la República Dominicana.
El desafío de cada
profesor, sobre todo de Ciencias Sociales, es hacer de este Decálogo una parte
de su diario enseñar, en el aula, en el recreo, en la cancha y más de modo que
estos valores se proyecten a la sociedad y podamos de esa manera contribuir a
disminuir la ola de incomprensiones generadoras de tantos desequilibrios que
adornan la maltrecha sociedad de hoy.
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