Una buena memoria
https://www.elvalleinformativo.com/2018/06/una-buena-memoria.html
Por ANULFO MATEO PÉREZ
I
Las investigaciones más
acabadas y de más bagaje científico determinan que la memoria y la inteligencia
se complementan mutuamente para garantizar el rendimiento intelectual; así como
hay correspondencia entre ambas, también existe entre la atención y el fenómeno
mnésico (de la conciencia).
Una alteración en la
atención tendrá una repercusión desfavorable en el proceso que permite una
adecuada fijación de la información y evocación de los recuerdos, lo que exige
un nivel óptimo de la conciencia.
Esta última es la expresión
más alta del desarrollo integral de la materia viviente y que como un todo,
junto a la orientación (en tiempo, espacio y
persona) conforman las funciones de integración psíquica.
La atención es una
focalización de la conciencia; la orientación selectiva de la percepción de los
estímulos. La hipervigilancia, la distractibilidad y la hiperconcentración son
alteraciones graves de la atención.
Estas condiciones anormales
gravitan negativamente sobre el complejo proceso de la memoria y se aprecian en
situaciones emocionales menores y en ocasiones son parte del cortejo
sintomático de enfermedades.
En cuanto a cuadros
psicopatológicos, puede citarse el síndrome maníaco (integrante del conocido
trastorno bipolar); el delirio agudo, el delirante paranoide; los síndromes asténico,
depresivo y demencial.
Las personas se preocupan
cuando advierten alguna alteración de la memoria, sin embargo, existen
condiciones en que la excitación de la corteza cerebral es débil para ciertas
informaciones recibidas.
Este bajo rendimiento puede
ser por inatención, o por el abuso de la práctica de la memorización, es el
caso de estudiantes que en horas pretenden fijar y evocar informaciones que
debían procesar en meses.
II
Los trastornos de la
memoria pueden ser resultado de la “desorganización” personal, y en
consecuencia se dificultará la evocación de los hechos o experiencias, sin
embargo hay que tener en cuenta que existen enfermedades que pueden afectar una
buena memoria, las relaciones consigo mismo y los demás.
Entre ellas la Enfermedad
de Alzheimer, Epilepsia, Diabetes, Hipotiroidismo… Hay estados en que también
pueden suceder tales trastornos como embriaguez, uso de sustancias, tensión
emocional, hipoglicemia.
Son muy frecuentes las
quejas de olvidos de nombres, números telefónicos, cifras, citas, lugares donde
se han dejado objetos o conocido personas, etcétera, pero en realidad no se
trata de nada grave.
Algunos consejos prácticos:
Organice siempre sus
actividades, por menudas que sean; no las deje a su “memoria, prodigiosa”. No
abuse de esta. Use la agenda de actividades; anote en orden todo lo que
considere importante.
Los nombres de personas
recién conocidas, con las que usted debe relacionarse, así como sus generales,
funciones, números telefónicos… deben ser anotados con precisión. Revise su agenda la noche anterior.
Recuerde que “pasar
revista” muy exhaustivamente al momento de dormir, podría crearle muchas
tensiones e insomnio. Debe tener lugares fijos para guardar cada cosa, no dejarlas
tiradas en cualquier lugar.
No establezca compromisos
laborales o sociales más allá de lo razonable; esto crea excesivo estrés, un
factor que afecta la atención y de esa forma la memoria; tanto la fase de
fijación como de evocación.
Realice ejercicios físicos
ordenados: mejora la actividad cardíaca y la irrigación cerebral; mantenga una
alimentación balaceada; garantice un sueño reparador; si es necesario visite al
psiquiatra o al neurólogo.
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