La Guerra Danilo-Leonel



Por Rubén Moreta

El Presidente Danilo Medina representa la continuidad del caudillismo político por su interés en mantenerse en la jefatura del Estado por cuatro años más.  El mandatario parece aferrarse al poder.  No quiere jubilarse e irse a su casa a jugar con los nietos, a leer, a escribir sus memorias, a ver sus series de televisión favoritas en Netflix (que confesó gustarle mucho).

La evidencia de las pretensiones continuistas de Medina la encontramos en la activa carpintería política que desarrollan sus cuadros, quienes están construyendo el edificio que buscaría extender su mandato durante cuatro años más, enfilando el congreso a una reforma constitucional que liquide el vigésimo artículo transitorio de la Constitución, el cual lo inhabilita.

De Medina lograr la relección se convertiría en el primer presidente dominicano que logra tres períodos consecutivos en la conducción del Estado en el bisoño siglo XXI.

Danilo Medina, con su estilo silencioso, de mirada perdida que nunca apunta a la cara de interlocutores, mantuvo muy bien escondido tres elementos claves de su personalidad: su perfil zampón político, su egolatría desproporcionada y un narcisismo más alto que el Pico Duarte.

Hoy el Presidente Medina va por más.  Aún está hambriento de poder.  Pretende obstruirle el paso a Leonel Fernández a cualquier precio.

El Presidente Danilo Medina y sus visires prefieren imponer la re-postulación a un tercer período de gobierno a que el hijo de Doña Yolanda se reinstale en la Casona de la Calle doctor Delgado.

Desde 2012, con una potente artillería darwinista, el jefe de Estado nativo de San Juan, ha sido implacable con Leonel Fernández.  Lo ha hostilizado hasta el clímax.  Con el Quirinazo  en 2015 creyó haberlo liquidado.  Pero Fernández ha resultado “duro de matar”, y de forma vigorosa reimpulsa en 2019 un proyecto presidencial con gran aceptación popular.

Hoy Leonel Fernández es puntero en todas las encuestas y sondeos de preferencia política.  Si el Presidente Danilo Medina logra la reforma constitucional para propiciar su relección, habrá un cisma en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).  El sanjuanero será el culpable. No hay dudas.

El autor es Profesor UASD.


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