UN ANALISIS…..La caldera de los peledeístas muestra algunos borbollones
https://www.elvalleinformativo.com/2019/02/un-analisisla-caldera-de-los.html
En el ámbito de la
política, la última semana de enero comenzó con un gemido lastimero del
leonelismo: la rueda de prensa urgente del pasado domingo en la tarde para
denunciar que funcionarios del gobierno de Danilo Medina preparan una campaña
sucia contra el expresidente Leonel Fernández para enlodar el camino por donde
busca retornar al poder.
El único “dato” que aportaron los leonelistas
para sustentar su denuncia, fue decir que el danilismo había colocado al frente
de la orquestación para el supuesto denuesto a Leonel, a Juan José Rendón, un
estratega venezolano con sobrada experiencia en lograr ascensos y victorias
electorales, que invariablemente son posibles si se derrota a los contrarios.
No tengo forma de saber “a
ciencia cierta” si existe plan alguno del danilismo para cortar las alas a
Leonel porque no comparto conversaciones políticas y mucho menos confidencias
con ninguno de los dos sectores en que está dividido el Partido de la
Liberación Dominicana (PLD), pero no estoy ciego ni metido en un calabozo como
para no ver con claridad que Danilo no necesita usar este tipo de armas para
maniatar a ese líder político y a toda su cuadra.
En el caso de Rendón, usó
las redes sociales para desmentir de inmediato que participara en campaña
alguna contra Leonel, porque en el caso que fuera cierto, lo haría de frente.
Pero si fuera cierto que
existiera un plan para lanzar una campaña sucia del danilismo contra Leonel, la
respuesta del leonelismo augura un soberano fracaso porque hasta hoy solo ha
reaccionado con una denuncia digna de lástima.
¿Conoce alguien a algún
líder político o militar que haya ganado batalla alguna solo
defendiéndose? Yo no.
A través de la historia lo
que se registra es que las victorias pertenecen a quienes practican un
pensamiento de ofensiva y ocasionalmente de contraofensiva, porque la defensiva
estratégica ni siquiera permite conservar las fuerzas propias.
Si Leonel y sus “estrategas
virtuales” conocen de un plan para desprestigiarlo, cualquier denuncia debía
sustentarse en elementos probatorios, con un desmonte de argumentos y luego con
una contraofensiva política firme que exprese la determinación de que “no hay
marcha atrás”.
Hasta hoy, lo que yo he
visto, que siempre es limitado porque no soy omnipotente ni omnipresente, es
una denuncia general en los medios y mensajes en las redes para manifestar
defensa, respaldo y confianza en Leonel, lo que a su vez encuentra reacciones
de sus contrarios exponiendo el lado débil de su liderazgo.
Es decir: denuncia,
denuncia... y cero acción afirmativa, en los hechos, para conservar las fuerzas
propias y debilitar las del contrario.
Danilo golpea de frente y
fuerte
He dicho que cuando Danilo
manifieste al país su determinación de buscar nuevamente la candidatura
presidencial por el PLD -como lo va hacer si está vivo y en salud- Leonel y sus
seguidores no tendrán fuerza de ningún tipo para obstruir ese camino y la mayoría
de ellos, con el mismo Leonel a la cabeza, se van a entregar sin batalla.
¿Por qué hablo en forma tan
categórica? Porque si Leonel y el leonelismo hasta hoy solo han puesto su
esperanza en que pueden convencer a Danilo de que no le conviene modificar la
Constitución para volver a postularse, están desarmados para oponerse a ella
cuando aquel dispare el pistoletazo de salida.
El leonelismo ya no tiene
opción dentro del PLD y tengo las más serias dudas de que una vez neutralizado
dentro de ese partido, Leonel se arriesgue a tratar de hacer que Danilo pierda
las elecciones si es el candidato presidencial para mayo de 2020, como hizo con
éxito relativo, Miguel Vargas con Hipólito Mejía en 2012.
Y el éxito de Vargas fue
relativo porque Mejía, con su repentismo campechano, sería muy bueno para hacer
“una tumba” rodeado de hacheros capaces de derribar ceibas de tres metros de
diámetro en poco tiempo, pero muy malo para conservar porcentajes electorales,
incluso frente a un candidato en desventaja, como era Danilo en esa
competición.
¡Leonel no se atreve a
salir a obstruir la reelección de Danilo una vez este sea el candidato del PLD
y es muy improbable que lo intente ni siquiera en forma encubierta!
Creo que el danilismo está
consciente de esta constante en el comportamiento de Leonel y por eso cada vez
que tiene la necesidad, le aprieta el nudo en el cuello, pero no lo ahorca
porque sabe que el resultado es idéntico y por tanto es innecesario hacerlo
saltar la baranda como hacen los gallos manilos cuando los corta uno fino cerca
de “la raya”.
¡Un buen general no manda
un batallón a cazar a un hombre que huye sin rumbo aunque hubiese prometido ir
hasta el final!
Hablan los hechos
Aporto la última prueba.
Cuando el danilismo le pasó la Ley de Partidos por el Congreso Nacional con la
sola oposición de los legisladores leonelistas y Leonel trató de retrasar, con
palabras y no con acciones, la aplicación del aspecto de las primarias abiertas
en el PLD, bastó con que el danilismo le mostrara dientes (solo los caninos, no
los molares) para que se rindiera ante el asombro de sus seguidores, a quienes
trató de deleitar con una narrativa de que “el partido salió unido y no volaron
las sillas” como supuestamente querían sus enemigos.
Otra vez le pregunto al
leonelismo... ¿y quién iba a hacer volar las sillas si el que se oponía a la
decisión que finalmente se aprobó (Leonel) fue quien presentó y votó a favor de
sus contrarios?
Quienes en este país están
esperando que las encuestas que ubican a Leonel como favorito para ser el
próximo presidente “en todos los escenarios”, que los consejos que da este
sector al danilismo para que no modifique la Constitución en la búsqueda de la
reelección tendrán algún eco al interior de los partidarios del continuismo,
vivirán en Helsinki, no aquí en el Caribe revuelto y brutal.
Lo de Gedeón Santos es otra
cosa
Desde que leí el artículo
publicado por Gedeón Santos en Listín Diario el pasado 16 de enero, me di
cuenta que este dirigente connotado del danilismo se sintió menospreciado y no
aceptó dar un giro de 180 grados en las posiciones sobre política internacional
que estaba impulsando el gobierno en la Organización de Estados Americanos
(OEA).
Me resultó más que obvio
que Gedeón no fue consultado ni escuchado sobre el cambio brusco e inesperado
que dio el gobierno de Medina sobre su relación con Venezuela.
Gedeón -sobra decir que no
he hablado con él porque no lo veo personalmente desde el año 1984, siendo él
un jovencito peledeísta que activaba en la zona norte de la capital y en los
movimientos sociales- merecía ser consultado y escuchado en ese cambio de rumbo
del gobierno al pasar de pro-chavista a anti-chavista y todo apunta a creer que
él (Gedeón) no quiso prestarse a actuar como un simple mensajero, si no
embajador.
El gobierno no tenía
necesidad de abandonar a Venezuela -una fiel aliada de los gobiernos
peledeístas cuando el petróleo estaba a 145 dólares el barril- y eso debió
avergonzar a Gedeón, quien quizá había asegurado a Venezuela que República
Dominicana estaría a su lado.
No hay dudas de que el
proyecto reeleccionista -como lo he estado diciendo por meses- tenía necesidad
de encantar al gobierno de Donald Trump y al poder norteamericano. Por eso
rindió su acompañamiento a Venezuela, en un acto repudiable por inmerecido, y
ahí no quiso caer Gedeón.
Eso es lo que explica que
Gedeón, que desde que está en Washington como embajador permanente ante la OEA,
había mantenido un discreto perfil político, salta reaccionando frente a su
líder con una advertencia de que terceros períodos y segundas reelecciones son
sinónimo de Estado fallido.
Dijo Gedeón más: consideró
que cuando se está en reelección se hace “de todo” para lograr ese objetivo,
insinuando con razón, que el giro pro-Trump y anti-Venezuela, solo se explica
por la necesidad de aceptación del poder norteamericano a las aspiraciones
continuistas de Danilo.
Gedeón tuvo razón de
criticar por la tangente el cambio político del gobierno de Danilo frente a
Venezuela, pero al hacerlo desde la posición de embajador, cualquier locuaz
puede pensar que a Gedeón no le gustó que ese barco fuese abandonado cuando el
aliado (el chavismo) más lo necesitaba, pero Danilo debe pensar que uno de sus
pupilos (Gedeón) también lo abandonó -por la prensa- cuando se apresta a echar
una gran batalla.
Una deslealtad no se
enmienda con otra, si es que ambas lo son.
https://listindiario.com/Felipe
Ciprián
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