¿Tenemos un Gobierno Autoritario en RD?



Por Rubén Moreta

Dicen los creyentes, que en su ejercicio gubernamental el Presidente Danilo Medina, quizás por ser sanjuanero, ha estado cubierto de un “manto mágico”. Todo le sonríe.  La economía bien.  La paz social, bien.  La inflación, bien, controlada.  Los ciclones se alejan.  Surge una sequía y aparece una vaguada con mucha lluvia, y un largo etcétera.

A nivel internacional, al Presidente Medina la coyuntura le ha favorecido, en especial la rebaja en el precio del petróleo, lo cual ha permitido que la economía fluya con relativa estabilidad y control inflacionario.  A nivel interno, la atomización de la oposición y el control absoluto del congreso, han permitido a Medina un ejercicio gubernamental sin tropiezos.

El Jefe de Estado solo confrontó dificultades con el escándalo del caso Odebrecht, porque la oposición, en especial la izquierda, configuraron la “Marcha Verde”, que puso contra la pared al gobierno, reclamando castigo a los corruptos.

Hábilmente, Danilo Medina repartió la carga de la corrupción en este escuálido timo al fisco: apresó a gentes del PLD (un ministro, un exministro y un senador de su entorno), pero también metió a la cárcel a cuadros del PRM, entre ellos, nada más y nada menos que el Presidente y el Secretario General de ese bisoño partido, con lo cual le dio un nocaut fulminante a Marcha Verde, que nunca más ha logrado sobreponerse a tan aplastante golpe.

El Presidente Danilo Medina ha sido obsesivamente rudo debilitando a las fuerzas opositoras.  Fue el mandatario quien se engulló al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), forzándolo a un pacto que ha permitido la incorporación al gobierno de una parte del liderazgo del viejo partido blanco.  Asimismo, tiene en su entorno a un pedazo grande del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).  Igualmente, el Presidente atrajo a su entorno a cuadros importantes de la llamada “sociedad civil”, especialmente del grupo Participación Ciudadana, lo cual ha debilitado a esos colectivos de presión social.

Me dicen que al Presidente Medina los protegen un azabache para el mal de ojo; un amuleto para la buena suerte que oculta en el bolsillo: una virgencita de la Altagracia en la cartera; cada día se tira de la cama con el pie derecho; se persigna antes de salir de su casa; guarda en el cajón de su escritorio una imagen del Dios Liborio; y antes de tomarse un trago, echa un chin en el suelo para los santos.

Todos estos elementos misteriosos se los proporcionó –me contaron- su hermana Lucía Medina, una creyente en seres misteriosos.

Seriamente: el nacido en Arroyo Cano no juega, ni lo protege la brujería.  Los juegos pesados del Presidente Danilo Medina son evidencias inequívocas de autoritarismo, de que usa el poder para aplastar a sus contrarios.  No relajemos con eso.

El autor es Periodista. 


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