Modificar la Constitución


La Constitución no está al
margen de los intereses de clases, por el contrario, es un instrumento de
dominación de un grupo sobre los demás.
El Estado, lo explican muy
bien Juan Bosch y Federico Engels, es el instrumento de explotación y
dominación de la burguesía y la oligarquía sobre los trabajadores, campesinos y
empleados. Es por eso que Engels sentenció: “Mientras exista el Estado no habrá
libertad”.
El poder de la violencia
(Fuerzas Armadas, Policía Nacional, etc.) permite que un sector reducido se
imponga sobre las grandes mayorías. El pueblo no reprime, al pueblo lo
reprimen. Es por eso que Mao Tse-Tung decía acertadamente que “el poder nace
del fusil”.
El “cambio” supone una
ruptura con el orden jurídico establecido que le da legitimidad al sistema
imperante. No es cambiar para que todo siga igual, no, es dotar al país de una
nueva legislación, que no tiene que ser comunista, ni socialista, como pudiera
pensarse, diciéndolo yo, pero si plural, participativa y equitativa donde todos
los ciudadanos de un modo u otro estén representados y garantizados sus
derechos fundamentales como el derecho a la vida, la educación, la salud, el
empleo digno y de calidad, la vivienda, la seguridad social, etc.
En nuestro país es
necesario una modificación de la Constitución, acorde con estos tiempos, donde
todos estemos representados, no un grupo hegemónico dueño de los medios de
producción y de toda la estructura del Estado.
El PRM es un partido del
sistema, no es un partido socialista, ni mucho menos comunista. No llega al poder
tras una revolución armada.
Luis Abinader no es
Salvador Allende que pretendió establecer el socialismo mediante unas
elecciones. El resultado fue obvio: Un golpe de Estado y centenares de miles de
muertos y desaparecidos.
El presidente electo Luís
Abinader es un burgués, un demócrata lleno de sueños e ilusiones, con valores
éticos, morales y religiosos como la honestidad y el trabajo, que quiere que el
país avance, que prospere junto a la gente. Y es bueno. Pocas veces hemos
tenido un presidente con esas intenciones. Los que creyeron que podían producir
cambios en la estructura de dominación y explotación terminaron desterrados,
encarcelados o muertos.
La elección de Luis
representa un cambio, ciertamente, pero no radical, no barrerá los cimientos de
un Estado donde el clientelismo, la corrupción, el tráfico de influencias, han
primado por décadas, sin cambiar el orden jurídico.
Juan Taveras Hernandez
JUANTH04@hotmail.com
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments