MATROMONIO INFANTIL, UNA REALIDAD SOCIAL

En los últimos días, hemos oído muchos pronunciamientos sobre el matrimonio infantil, en los cuales han incidido e intervenido organizaciones internacionales con presencia en nuestra nación, pero todo indica que entre las recientes medidas para frenar el matrimonio infantil y nuestra realidad psicosocial hay algunos detalles se han escapado en toda esta planificación a favor de nuestros adolescentes.
La ley 1-21 en su artículo
uno establece que “tiene por objeto prohibir que las personas menores de
dieciocho años contraigan matrimonio, mediante la modificación y derogación de
varias disposiciones del Código Civil de la ley 659, del 17 de julio de 1994,
sobre actos del Estado Civil”.
La nueva ley establece que
“las personas menores de dieciocho años no podrán contraer matrimonio en
ninguna circunstancia”.
Viendo los factores que
rodean a una muy alta parte de la población adolescente, que se casan entre
ellos, y también con adultos mayores probamente como solución a una situación
familiar, miremos estos datos.
Seis de cada diez niñas se
casan (o unen) con hombres cinco o más años mayores que ellas. Conforme con la
ENHOGAR 2014, el 35% de las adolescentes, de 15 a 19 años, actualmente casadas
o unidas, tienen parejas entre 5 y 9 años mayores que ellas. Asimismo, el 23%
lo están con hombres 10 o más años mayores.
Ojalá que el legislador
haya pensado en una serie de factores, que intervienen en una realidad
innegable que no la soluciona una ley para prohibir el matrimonio infantil, se
llama realidad socioeconómica.
Es el conjunto de todos
los factores sociales y económicos de un país); analizados en un todo como
causa y a la vez consecuencia uno del otro.
Imagine usted a una
familia con varias hijas y que físicamente se vean bien y de provecho, aunque
sean menores de edad y que se les presente una viajero o extranjero retirado de
su país en el nuestro con dinero.
Al mirar una realidad como
la que refiero en el párrafo anterior, reflexiono en la actitud de esos padres
con hijas entre los 14-18 años que inician sus vida sexual y que en algunas
ocasiones, se encuentran con personas que le duplicas y a veces le triplican la
edad comienzan a llegar esas cosas que sus padres hace un tiempo anhelaban pero
no habían podido obtener, lavadora, motor, muebles nuevos, televisión, entre
otras, la chica con una pasola, ropa y zapatos nuevos, celulares, resorts y
muchas cosas más.
Quiero dejar claro que no
soy pesimista, todo lo contrario pienso que ante todo hay que ser realista,
sabiendo que para lograr lo que el legislador con esta ley contra el matrimonio
infantil desea; se necesita de un mayor impacto en esa clase más empobrecida.
En donde un bono para
salir de la pobreza es tener una hija o hijo que se case con alguien mucho
mayor que el o ella y regularmente extranjero, claro sin dejar de lado los
grupos que de manera oculta prostituyen a estos menores en muchas zonas de
nuestros país y en otras naciones.
Siendo que existen medios
para medir en números, y proyectarlos estadísticamente sobre cada tema que se
aborda, imagino que habrá algún plan que dará al traste con la disminución del
matrimonio infantil, porque la solución de este tópico no está en aumentar el
castigo con la cárcel a los infractores, eso solo sería como un analgésico para
un dolor que lo calma en el momento, pero si no se ataca la raíz del dolor
volverá en cualquier momento, se necesita un enfoque distinto respecto a este
tema.
Se hace necesarios programas
más agresivos, porque en nuestro país cada día hay más ricos, pero mucha más
pobreza, deben llegar más oportunidades a las comunidades y que estas no estén
sujetan a la política o a un padrino o madrina en la misma, si se construyen
empresas, universidades, zonas francas, se establecen programas de becas e
intercambios con otras naciones, se incentiva la producción local y se motiva a
los habitantes de sus comunidades a estar siempre en desarrollo, las cosas
pudieran cambiar progresivamente.
Esta iniciativa legal,
esta correcta y muy bien intencionada, sin embargo, tenemos todos como
sociedad, gobierno, iglesias, sector salud, la familia, los empresarios y demás
actores de todo el aparato productivo nacional avocarnos a la reducción de los
factores de riesgo a nivel socioeconómico que incitan al matrimonio infantil en
nuestro país y muy específicamente en las comunidades más empobrecidas. Dios
nos ayude y nos continúe bendiciendo a todos.
Jorge Wilian Díaz Pérez,
M.A psicólogo clínico, es el actual encargado de intervenciones, del centro
integral para la discapacidad CAID que dirige el despacho de la primera dama de
San Juan de la Maguana, República Dominicana. Además, es
pastor evangélico de la iglesia Asamblea de Dios “Cristo el camino de luz” en
el mirador norte, detrás del campito, próximo a la unidad de atención primaria
del sector.
Facebook: Jorge Wilian Díaz Pérez
Articulista de los
periódicos: www.arcodelsur.net www.elvalleinformativo.info www.elsurinforma.com y https://www.elportavozdelsur.com
www.informateahora.net y la revista
arco.
Jorge Wilian Díaz Pérez,
M.A, está ofreciendo sus servicios en su consultorio en el Centro Médico
Evangelista, que son: violencia intrafamiliar, intervención en crisis, manejo
de duelo, terapia sexual, manejo de conflictos, terapia familiar, asistencia
pre- matrimonial y matrimonial, asistencia para adolescentes y algo más...
lunes, miércoles y viernes a partir de las 4:00 de la tarde. Capotillo 105,
Tel. 809-557:2029. Tel.: 829: 455-9285 (WhatsApp) 809-705-6353
Instagram: Jorge Wilian
Díaz Pérez
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