Diabetes e hipertensión arterial

Por HUMBERTO CONTRERAS VIDAL
La alta incidencia de personas que padecen de diabetes e
hipertensión arterial en la República Dominicana sigue progresando de forma
alarmante. Más temprano que tarde algún especialista en epidemiología que le
duela nuestro país debería declarar una alerta de epidemia.
Desde un punto de vista químico estoy convencido de que
una de las causas esenciales para este descontrol está asociado a la variación
en las costumbres alimenticias que ha venido experimentado la República
Dominicana.
Es tiempo de que los profesionales de la nutrición
adviertan a las autoridades pertinentes del aumento del número de personas
obesas en todos los rangos de edades. Es urgente que se diseñe e implemente un
plan educativo que permita a la población dominicana aprender a comer
equilibrando las cantidades de proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y
minerales.
Las autoridades del gobierno central y sus instituciones
correspondientes deben reunirse con el sector de la industria alimentaria para
reformular todos los productos industrializados. Hay que reducir el contenido
de sacarosa (azúcar) y de cloruro de sodio (NaCl) en la formulación de todo lo
que consumimos.
Se debe ser más exigente con los tipos de aditivos
alimentarios que se están utilizando para mejorar los sabores y colores. Los
conservantes con conocidos efectos nocivos deben ser eliminados o reducidos a
su más mínima expresión. En pocas palabras, se ha madurado lo suficiente para
poder elevar la calidad nutritiva de los productos que se comercializan en la
República Dominicana.
La recuperación de la salud pública dominicana por medio
de la alimentación tendrá efectos trascendentales en la reducción del presupuesto
nacional. Y en las familias dominicanas, habrá madres, padres e hijos que se
liberarán de estar comprando pastillas que no necesitan para mantener
controlados sus niveles de presión arterial y de glucosa en sangre.
Desde ya se puede iniciar con la planificación de este
proceso. Y en los próximos meses se podrá dar a conocer los primeros liberados
de la esclavitud que supone tomar pastillas diarias.
En síntesis, si mejoramos la composición química de los
productos industrializados y corregimos la forma en que nos alimentamos; desde
la química se puede garantizar una mejora significativa en la salud pública de
la República Dominicana.
Muchos diabéticos sanados y muchos hipertensos curados.
Reducción significativa del promedio de la población obesa. Más felicidad
porque el dinero no invertido en salud podrá ser destinado para comprar activos
y la diversión de la familia.
huco71@gmail.com
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