Montón de millones a manos de Gonzalo

Santo Domingo, RD-----El nombre de Ramón Emilio Jiménez Collie, alias “Mimilo”, se repite unas 289 veces en el documento de solicitud de medida de coerción elaborado por el Ministerio Público en contra de los imputados en la Operación Calamar.
Este caso anticorrupción compromete a importantes
exfuncionarios de la pasada gestión de gobierno de Danilo Medina como a los
exministros José Ramón Peralta, Donald Guerrero y Gonzalo Castillo, como
miembros de una presunta estructura que desfalcaba y estafaba al Estado
dominicano.
De acuerdo con la solicitud, Guerrero utilizó una
estructura no gubernamental compuesta por Ramón Emilio Jiménez, alias “Mimilo”,
Fernando Crisóstomo, José Arturo Ureña y José Pablo Ortiz Giraldo, para
ejecutar sus operaciones ilícitas.
El órgano persecutor señala que, a través del Ministerio
de Hacienda, tanto Mimilo como el resto de este grupo realizaban “procesos de
pagos ilegales con la Dirección de Casino y Juego de Azar”, una institución de
esa dependencia entre los años 2016 y 2020.
Jiménez Collie hizo, junto a los otros encartados, “un
esquema de distribución de esos pagos”.
El papel de “Mimilo” Aunque Mimilo no ostentaba un cargo
dentro del tren gubernamental, es uno de los tantos imputados que realizaron
acciones en favor de la estructura criminal liderada por los entonces
funcionarios de alto rango.
El documento expone que, Donald Guerrero y José Ramón
Peralta, recibían sumas millonarias producto de sus actividades fraudulentas y
organizaron un esquema de entrega conocido como “La Casita”
El nombre hace referencia al lugar donde, según el
MP, los imputados recibían el dinero en
efectivo y se lo entregaban al excandidato a la presidencia por el Partido de
la Liberación Dominicana (PLD), Gonzalo Castillo.
En la solicitud se indica que era Mimilo quien realizaba
la mayoría de las entregas.
De hecho, para la campaña política interna del partido
morado, en 2019, “persistía la necesidad de obtener más fondos”, por lo que
para el financiamiento ilícito de la campaña, Gonzalo Castillo recibió de manos
de Jiménez Collie una suma aproximada de RD$3, 812 millones.
“El imputado Ángel Donald Guerrero Ortiz fue quien dio
instrucciones a Ramón Emilio Jiménez Collie para que entregara el indicado
capital ilícito en efectivo al investigado Gonzalo Castillo Terrero, y el mismo
siempre confirmaba las entregas”, dictó la solicitud.
Acciones similares se repitieron en la campaña
presidencial de 2020, cuando el entramado empezó a identificar los expedientes
en los que “se podían adquirir los fondos públicos que requería para
destinarlos al financiamiento político”, y a su vez, lucrarse personalmente.
Mimilo fue también quien presentó al exministro de
Hacienda al imputado Fernando Crisóstomo Herrera, quién a solicitud de Guerrero
pasó a “captar e identificar casos que pudieran servir de base para hacer
reclamos de pagos de Deuda Administrativa al Estado, en particular por casos de
expropiaciones de inmuebles o adquisiciones de terrenos”.
En ese mismo orden, el MP subraya que el imputado fungió
como el contacto directo entre Crisóstomo, quien pasó a ser la cabeza de la
estructura criminal no gubernamental y Donald Guerrero, cabecilla de la parte
gubernamental del entramado.
Solo por servir como intermediario entre ambas
estructuras, Mimilo recibió aproximadamente 700 millones de pesos.
Modalidad fraudulenta
El Ministerio Público señala en el documento que se cambió
la modalidad de entrega del dinero recaudado por las acciones de desfalco de
fondos públicos y estafa contra el Estado.
En el nuevo esquema, los dineros procedentes de las
transacciones realizadas por Hacienda se llevaban en un camión blindado del
Banco de Reservas hasta el parqueo de la oficina de Mimilo, ubicada en el
Distrito Nacional, usualmente alrededor de las 6:00 de la tarde.
Desde allí, era llevado por Jiménez Collie a la oficina
de Gonzalo Castillo o a la denominada “Casita”, como se refiere anteriormente.
Según el MP, Mimilo reportaba cada una de las entregas a
Donald Guerrero, quien en ocasiones estaba presente. De todas estas operaciones
ilícitas, el imputado se adjudicaba el 4% de los exorbitantes fondos
sustraídos.
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