Correlación entre las dinámicas de crecimiento de Estados Unidos y China

 



Eduardo Klinger Pevida

Uno de los acontecimientos económicos más impresionantes e, incluso, espectaculares, en lo que va de siglo XXI lo constituye, sin dudas, la dinámica de crecimiento que está registrando la economía china. A la vez, ha devenido en el sustento de una confrontación geopolítica con los Estados Unidos dado que Washington lo percibe como una amenaza a su hegemonía y “excepcionalidad”.

China se ha convertido en un actor de primer plano en el escenario de una nueva era, donde representa cerca del 20% de la economía mundial y es responsable del 30% de su crecimiento.

En 1978, al iniciar su proceso de reforma y apertura, la economía china apenas equivalía al 9,25% de la estadounidense. Con una estrategia de desarrollo pujante y una audaz inserción internacional, 22 años más tarde, en el 2000, se había multiplicado por 5 y representaba un 11,7% de la economía norteamericana ascendiendo en el ranking económico global a la sexta posición.

Con las revoluciones de sus motores a todo dar fue rebasando a uno tras otro; en 2005 sustituyó a Berlín como líder exportador y en 2010 a Japón como segunda economía. Tokio, sin trauma, asimiló la realidad y ha seguido trabajando en la solución de sus problemas. Hoy, la economía china mas que duplica la japonesa y se acerca a la cúspide económica global.

Se trata de un proceso natural e inevitable que en Washington no logran digerir y pretenden frenar a un gigante cuya maquinaria quema todas las bandas de frenos.

La economía china se acerca al nivel del 80% de la norteamericana registrando un ritmo de crecimiento que la aproxima a superarla. Mientras que EEUU duplicó su economía entre 2000 y 2020, China la multiplicó por 13.

En 2020, el año de la pandemia, aunque su crecimiento fue de 2,3% resultó la única gran economía que se expandió; en 2022 su PIB aumentó 3%, mucho más que EEUU y el resto del mundo. El pronóstico para 2023 es un crecimiento superior al 5% mientras que EEUU posiblemente no llegue al 1%. Consecuentemente, las proyecciones del FMI y Banco Mundial apuntan a que entre 2021 y 2027 el PIB norteamericano podría crecer un 35% pero el de China un 67% para representar entonces un 94,1% de la estadounidense. Definitiva e inevitablemente China, más temprano que tarde, ocupará el podio de oro en la economía mundial.

 

 


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