Asalto del capital

Por NARCISO ISA CONDE
El gran capital privado, fusionado con la dirección
política partidista y estatal, ha entrado en una nueva fase que, desde sus
ejecutorias directas de gobierno, procura privatizar y desnacionalizar
completamente el patrimonio público y natural del país. Las modalidades de ese
asalto, comandadas por el Dios Dinero, son variadas, pero con el mismo fin.
Ciertos «turpenes» capitalistas se meten en los partidos
para apropiarse de su conducción y de las funciones públicas, desde su
condición de herederos de fortunas privadas o representantes de nuevos
capitales. Otros/as van al gobierno, sin pasar por partidos, a base de su
inversión en el negocio de la política, de sus liderazgos empresariales o de la
amistad con los presidentes de turno.
Los hay que ejercen la política y se convierten, vía
corrupción, en nuevos ricos; con fortunas conocidas o encubiertas, en manos
propias o de testaferros y alcancías humanas. En fin, disponen de grandes sumas
de dinero obtenido en corruptelas gubernamentales y se las ingenian para
lavarlas.
Los hay también propietarios de enormes fortunas al
vapor, procedentes del narcotráfico (lavadas o no); que invierten porciones de
ellas en sus candidaturas, financian otras y aportan a la campaña presidencial.
Y mientras la narco-economía crece, el Estado delincuente deviene en
Narco-Estado; fenómeno que acompaña el referido proceso de amalgama del Estado
con el capital privado.
Todos/as, al transformar su ser social, colocan en el
centro de su vida y funciones el propósito de ampliar sus negocios y multiplicar
sus ganancias. Su mente se torna cada vez más egoísta, y más vorazmente
capitalista y más conservadora. En las votaciones del 2020, su viciado producto
gubernamental y congresual alcanzó niveles perniciosos.
Así hemos entrado de lleno a esta fase de endurecimiento
de la recolonización neoliberal, de APPS, fideicomisos, mayor endeudamiento
atado a ese derrotero, gobierno privatizado y dedicado a privatizar más aun el
patrimonio público y natural, y a completar la desnacionalización institucional
tutelada por USAID, Comando Sur, MAAG, MOSSAD, CIA, FBI….
Una fase devastadora del ambiente y la vida, dado que el
imperialismo occidental (encabezado por EEUU) sufre una crisis de decadencia y
hegemonía, que tiende a elevar su voracidad y ferocidad y nos obliga a
rebelamos para acabar con esto, crear lo nuevo y evitar que nos trituren como
isla y sociedad.
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