Muere Alberto Fujimori, el expresidente de Perú
Lima, Peru…….El expresidente de Perú Alberto Fujimori (1990-2000) murió este miércoles a los 86 años de edad, tras un deterioro en su salud durante las últimas jornadas asociado al cáncer que padecía.
"Después de una larga
batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al
encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una
oración por el eterno descanso de su alma. ¡Gracias por tanto, papá!",
reza el mensaje que publicara su hija Keiko en las redes sociales.
El exmandatario, quien
estuvo en la cárcel al ser condenado por delitos de lesa humanidad y
posteriormente fue excarcelado en diciembre de 2023, falleció rodeado de sus
familiares.
Poco antes, fuentes cercanas
a la familia manifestaron que su estado de salud se agravó y, por tanto, se
esperaba "lo peor". El hombre tenía cáncer en la lengua.
Hasta su deceso, el
exmandatario estuvo rodeado de polémicas. Siempre negó los delitos que se le
imputaron, aunque, en la mayor parte de los casos, quedaron probados.
Figura polémica
Nacido en Lima en 1938, en
una familia de clase media integrada por una pareja de inmigrantes japoneses,
Fujimori supo convertirse en una de las figuras políticas más importantes y
poderosas en la historia del país.
Y de las más polarizantes,
ya que todavía hoy existe un sector de la población que lo defiende y respalda
su década de gestión, a pesar de los múltiples casos de corrupción y de las
violaciones a los derechos humanos que se llevaron a cabo en esa época.
El argumento que suelen dar
a su favor es que "puso orden" y terminó con la violencia política
que arrastraba Perú en la década de los 80 con las guerrillas Sendero Luminoso
y Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA)comoprotagonistas. Pero, a
cambio, Fujimori encabezó un régimen que se extendió gracias a un autogolpe de
Estado y en el que las autoridades impusieron sus propias tácticas de terror.
Nada de ello podía
anticiparse en el joven que en los años 50 se graduó de ingeniero agrónomo y
que después se convirtió en profesor de la Universidad Nacional Agraria, luego
en rector y, ya en 1987, en presidente de la Asamblea Nacional de Rectores.
Parecía que la vida académica sería su destino.
Pero faltaban solo tres años
para las elecciones que, contra todos los pronósticos, lo convertirían en
presidente.
De las elecciones al
autogolpe
En 1990, Fujimori se postuló
por primera vez a la Presidencia de Perú. Era un candidato marginal, desconocido.
La contienda la protagonizaban el escritor Mario Vargas Llosa, que era el
amplio favorito, y Luis Alva, el abanderado del oficialismo que tenía todas las
de perder, dado el desprestigio del entonces presidente Alan García
Pero el rector universitario
se erigió como el candidato sorpresa. En la primera vuelta, Vargas Llosa obtuvo
el 32,5 % de los votos y Fujimori, el 29 %. Por primera vez en la historia de
Perú, se tuvo que realizar un balotaje que se llevó a cabo el 10 de junio.
Fujimori arrasó con el 62 %.
No tenía experiencia de Gobierno, ni en la política, ni un programa, ni equipo.
Había ganado con la promesa de combatir al neoliberalismo, aunque de inmediato
se convirtió en uno de sus representantes más fieles. Ofreció combatir la
pobreza y la corrupción y terminar con los privilegios, pero hizo todo lo
contrario.
A las mentiras de su campaña
le sumó el autoritarismo. El 5 de abril de 1992, apenas dos años después de
haberse colocado la banda presidencial, Fujimori encabezó un autogolpe de Estado
al disolver, con el uso de las Fuerzas Armadas, el Congreso e intervenir el
Poder Judicial. Dejó de ser un presidente para ejercer como dictador con plenos
poderes.
Aunque en 1993 se emitió una
nueva Constitución, la democracia peruana quedó herida de muerte.
Además, desde el inicio de
su mandato, Fujimori contaba con el auxilio de Vladimiro Montesinos, su jefe
del Servicio de Inteligencia Nacional, una de las figuras políticas más oscuras
de América Latina y quien operó el entramado de corrupción y persecución a todo
tipo de opositores. Hoy cumple una pena de 25 años de prisión, desde donde
jamás ha dejado de ofrecer sobornos.
En 1992, el Gobierno tuvo
dos hitos que dispararon una popularidad en favor de Fujimori que pervive hasta
hoy: capturó a Víctor Polay Campos y a Abimael Guzmán, líderes del MRTA y
Sendero Luminoso.
Gracias en parte a estas
detenciones, el presidente se reeligió en 1995 con el 64 % de los votos. Es
decir, más de los que había recibido apenas cinco años antes.
Poder perpetuo
En la cúspide de su poder,
Fujimori impulsó una ley de amnistía que beneficiaba a todos los representantes
del Estado involucrados en violaciones de derechos humanos.
Aún contaba con el apoyo
mayoritario de la población, que se fortaleció en diciembre de 1996 con la
crisis que desató la toma de más de 800 rehenes que el MRTA secuestró en la
Embajada de Japón en Lima y a los que, gracias a la intervención del Vaticano,
fue liberando en las semanas siguientes.
Cuatro meses después, con la
mirada internacional puesta en Perú, una operación militar, que se transmitió
en vivo por televisión, rescató a las decenas de rehenes que quedaban en la sede
diplomática. Fue el último fracaso de la guerrilla.
La crisis económica y los
frecuentes casos de corrupción ya afectaban al Gobierno. En plena debacle,
Fujimori comenzó a maniobrar para alargar su permanencia en la silla
presidencial. Con el pretexto de que la nueva Constitución se había aprobado en
1993, afirmó que la de 1995 había sido su "primera" elección. La de
1990 no contaba, así que volvería a postularse en 2000.
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