Doctor, ¿cómo sé que tengo hipertensión arterial? ¿Cuáles son los síntomas?
Doctor, ¿cómo sé que tengo hipertensión arterial? ¿Cuáles son los síntomas? Estas son las preguntas más frecuentes que recibo en la consulta. Bueno, me gustaría reforzar la teoría de que un dolor de cabeza, náuseas, mareos o malestar general son las respuestas.
Sin embargo, lo cierto es
que, en su mayoría, si no se presenta como una emergencia hipertensiva con
mayores síntomas, la hipertensión arterial es silenciosa.
Normalmente, uno no tiene
ninguna manifestación hasta que va al médico y le dan la noticia que “sus
riñones no están funcionando correctamente, tiene nefropatía hipertensiva” o
“sus ojos no están funcionando correctamente, tiene retinopatía hipertensiva”.
Entonces, ¿cómo puedo
prevenir algo que no siento o que no veo? Los Servicios de Guías de Prevención
de los Estados Unidos (United States Preventive Services Task Force, USPSTF)
recomienda una revisión en todos aquellos mayores de 18 años por lo menos una
vez en la oficina del médico y una corroboración de la medida de presión
arterial antes de iniciar algún tratamiento farmacológico.
¿Entonces? Entonces, tenemos
que visitar a nuestro médico primario al menos una vez luego de cumplir 18
años, sin olvidar que antes de ello un pediatra debió vernos de niños.
En líneas generales,
comencemos a normalizar que debemos acudir al médico incluso si “somos sanos”;
existen varias medidas de prevención que nuestro médico puede recomendar,
incluso si es que estamos completamente sanos.
Mi papá, mi mamá, mi tío y
hasta mi perro tiene hipertensión ¿Estoy condenado a tener hipertensión?
Pues, su riesgo es más
elevado que la población general. Sin embargo, esta enfermedad es
multifactorial. ¿Qué significa esto? Significa que la presión arterial alta o
hipertensión arterial no solo depende de la carga genética, sino también de lo
que hagamos. “Mi vecina me recomendó ajo para la hipertensión” o “Mi tía me
recomendó chicha morada para la hipertensión arterial”. Lo entiendo, todos
buscamos una planta, una pastilla, un milagro para que sin esfuerzo nada nos
pase.
Sí, las pastillas, las
plantas o los milagros existen, pero les voy a decir un secreto, nada de esto
va a funcionar si no tenemos una alimentación sana, actividad física y una vida
libre de vicios (cigarrillo, alcohol o drogas).
¿Qué es una dieta
balanceada?
Pues existen varias dietas:
dieta DASH, dieta mediterránea, dieta TLC, dieta Flexerian etc. Les diré
algunas reglas generales para seguir en su plato:
Arcoíris en la mitad de su
plato (50%): podemos incluir frijoles, brócoli, pepino, tomate, aguacate o
palta, lechuga, elote o choclo, etc.
Carbohidratos complejos
(25%): se puede incluir papa, yuca, camote o batata, arroz o fideos integrales
si es posible (con cáscara).
Proteínas (25%): en esta
sección de nuestro plato incluiremos la carne, las carnes de origen avícola
como el pollo, pavo u otra carne blanca, pescado y carne de cerdo. Se debe
hacer énfasis en que el consumo de pescado debe limitarse a dos veces a la semana,
la de la carne debe ser menos de dos veces por semana y en mayor medida la de
las aves.
Pero doctor, seguramente me
va a mandar a correr y yo tengo artritis, ¿qué hago? Le diré que la actividad
física es vital para una vida saludable.
Podemos comer perfectamente,
pero si no nos movemos esos músculos, no harán que la sangre en nuestras venas
circule, principal forma en que nuestra sangre regresa a ser oxigenada en los
pulmones, y por ende también forma parte importante de nuestro sistema
cardiovascular.
Bueno, pero doctor, le he
dicho que tengo artritis, que mis rodillas sufren trotando. Es verdad, no todos
estamos hechos para trotar o no a todos nos agrada o nos hace bien. No
obstante, nadar, hacer bicicleta, bailar, hacer yoga, hacer tai-chi o bailar una
buena salsa es también hacer actividad física.
La American Heart
Association recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada a la
semana, ¿No me diga que no ha pasado más de una hora bailando en una buena
fiesta? (claro que sin alcohol o cigarrillo) o que una hora en bicicleta a
través de la ciclovía del Zoológico del Bronx (Bronx Zoo) o cerca al Jardín
Botánico de Nueva York no es factible.
Peligros del tabaco y el
alcohol
No me voy a olvidar de
mencionarles lo dañino que es el cigarrillo. Es decir, los componentes del
mismo por sí solos, significan casi una fábrica entera de productos químicos
que entran en nuestro cuerpo, sin contar el humo caliente que los transporta y que
daña directamente los alvéolos, pequeños sacos rosados que componen nuestro
pulmón y que nos permite respirar.
Asimismo, como no dejar de
mencionar el alcohol que daña la forma en que el corazón se contrae por medio
de la acumulación de toxinas producto de un hígado deficiente y del mismo
alcohol que hace que el corazón deje de ser ese músculo fuerte, para convertirse
en un tejido tristemente dilatado que con duras penas puede contraerse.
Entonces, tendremos dos
desenlaces para nuestra historia. Podemos sufrir de presión alta, dañar
nuestros órganos, incluyendo una ceguera temprana, riñones que no funcionan de
forma adecuada y que rápidamente pueden terminar en diálisis. Si no somos ciegos
y con los riñones dañados, podríamos despedirnos de este mundo de forma rápida
y súbita con un infarto al corazón, tal vez lo más temido y lamentablemente
conocido entre nuestra población.
Hay algo que retrata muy
bien esto, los griegos tenían la historia de Asclepio (el padre de la
medicina), con sus hijas Hygea y Panacea. Hygea, la diosa de la prevención que
nadie le hacía caso y Panacea, la diosa del remedio universal, a las cuales
todos buscaban cuando estaban enfermos.
Los humanos desde esa época
seguimos buscando una panacea, algo que milagrosamente nos cure, mientras que
la higiene (Hygea) y de la prevención sigue gritándonos desde una esquina. Yo
elijo seguir una vida basada en la higiene y prevención, es más barato, no
necesariamente más fácil, pero con mejores resultados que buscar una panacea
cuando caemos enfermos.
Sobre el autor
Carlos Alberto Espiche
Salazar es médico internista en formación en St. Barnabas Hospital, Bronx (NY).
Se graduó con honores en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC),
ejerció como médico rural en la selva peruana durante la pandemia y fue distinguido
como Residente del Año por su labor comunitaria. Investiga enfermedades
cardiovasculares en CUNY e imágenes cardíacas en Montefiore Medical Center.
Miembro de la National Hispanic Medical Association (NHMA) y de Alpha Omega
Alpha Honor Medical Society.
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