DIOS SE HA ACORDADO DE SAN JUAN
Por el ing. Nestor Porfirio Mateo
La Gran Oportunidad para el Valle de San Juan
PARTE 2
La actividad volcánica y la
formación de yacimientos de oro
Aunque con nombres de montañas, cerros y de lomas, como si se tratara de un plan para pasar desapercibidos, más de una docena de volcanes duermen apaciblemente en territorio dominicano, principalmente localizados entre Azua, San Juan de la Maguana, Las Matas de Farfán y El Cercado.
Sin embargo, la historia
geológica de las islas del Caribe tiene buena parte escrita con lava ardiente.
Y como se trata de una historia de enormes capítulos, que se escriben cada
cierto tiempo, nunca estará de más que la recordemos.
Tenemos volcanes que duermen
y que no sabemos si alguna vez despertarán, aunque la posibilidad existe.
El Caribe, Guatemala y Hawái
El recordatorio viene a
cuento por lo ocurrido recientemente en Hawái, en el año 2018, cuando entró en
violenta actividad el volcán Kilauea, y en Guatemala, con el volcán Monte de
Fuego, sin dejar de mencionar lo que cada cierto tiempo ocurre en las islas
caribeñas de Martinica, Guadalupe, Granada y, principalmente, Montserrat, donde
está el volcán más activo del Caribe, “La Souffrière”.
Cuando se habla de volcanes
que duermen, o que se encuentran inactivos, simplemente se habla de que su
antigua conexión con el magma interior del planeta se encuentra cerrada, pero
que puede abrirse de nuevo por algún movimiento de las placas tectónicas, las
que pueden liberar el conducto antiguo y el volcán se activa de nuevo (caso del
cráter en la montaña de Catanamatía, en Las Matas de Farfán).
Es importante recordar que
los terremotos son principalmente resultantes de los movimientos de las placas
tectónicas. Otros seísmos suelen ocurrir cuando un volcán se prepara para
entrar en erupción.
Datos históricos
De los volcanes localizados
en la República Dominicana, que es lo mismo que decir en la isla Hispaniola, se
tiene una muy antigua información sobre su actividad, y fue del cronista de
Indias Bartolomé de las Casas, que mencionó haber visto una montaña echando
humo en la zona central de la isla, esto es, por San Juan de la Maguana.
Otra muy interesante
información, mucho más antigua todavía, es una pictografía indígena que se
encuentra en la Cueva de Rancho la Guardia, donde aparece un dibujo que parece
representar la erupción de un volcán tipo Pliniano: una gran columna vertical (de
piroclastos, lava, vapor de agua y cenizas), y en el tope de la columna una
nube ancha con un centro ennegrecido, tal cual se describen los volcanes de
tipo Plinianos.
Los volcanes dominicanos que
mejor pueden apreciarse son el de “Alto del Guayabal”, “Cerro la Bandera”,
“Cerro la Laguna” y algunos conos volcánicos en Las Yayas del Viajama.
En la región de San Juan de
la Maguana, la formación de minas de oro se relaciona con procesos geológicos y
geomecánicos, que incluyen la actividad volcánica.
La Cordillera Central, donde
se ubica gran parte de la provincia San Juan, presenta rocas de la Formación
Ocoa que han sido intensamente plegadas, creando zonas montañosas.
La actividad volcánica puede haber contribuido a la concentración de oro y otros metales en estas rocas a través de la formación de fluidos hidrotermales, que luego han sedimentado y solidificado, formando yacimientos minerales.
El rol de los volcanes en la formación de minas de oro:
• Fuentes hidrotermales: La actividad volcánica genera calor que
puede disolver minerales, incluyendo el oro, y llevarlos a través de fracturas
en la corteza terrestre. Estos fluidos hidrotermales pueden luego depositar los
minerales, formando yacimientos.
• Formación de depósitos de oro: La interacción de los fluidos
hidrotermales con rocas preexistentes puede llevar a la precipitación de oro,
creando depósitos de oro en las rocas.
• Alteración de rocas: El contacto de los fluidos hidrotermales
con las rocas puede causar cambios en su composición química, formando
minerales que pueden albergar oro.
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