Abanderada delegación cubana rumbo a los Juegos Panamericanos Júnior
La Habana, 31 jul (Prensa Latina) La delegación cubana que participará del 9 al 23 de agosto en los II Juegos Panamericanos Júnior, en Asunción, Paraguay, fue abanderada hoy en el Complejo Monumentario Antonio Maceo, en la provincia de Artemisa.
Más que una ceremonia formal, el acto fue una entrega simbólica de confianza, de país y de historia, en un sitio sagrado de la patria: el mismo lugar donde cayó en combate, el 7 de diciembre de 1896, el Titán de Bronce, general Antonio Maceo.
Allí, donde todavía resuena el eco de su machete y su ejemplo, la vice primera ministra Inés María Chapman y el pentacampeón olímpico Mijaín López Núñez le entregaron la enseña nacional a la luchadora Yainelis Sanz, una de las encargadas de portarla en el desfile inaugural.Los 231 jóvenes que integran
la comitiva antillana y que competirán en 28 disciplinas deportivas, han sido
formados, en su mayoría, en las escuelas donde se aprende tanto a ganar como a
resistir. Llevan consigo la herencia de un legado olímpico, pero también la
determinación de escribir su propia historia.
Cuba va decidida a mejorar
el quinto lugar logrado en la primera edición de Cali 2021 y a conquistar
nuevas plazas rumbo a los Juegos Panamericanos de Lima 2027. Pero más allá de
los objetivos estadísticos, este grupo representa una verdad mayor: el presente
vibrante del deporte cubano y la promesa de su futuro.
Los atletas cubanos llegarán
a Asunción con garra caribeña y la frente en alto, curtidos en el esfuerzo,
acostumbrados a convertir la dificultad en impulso y la esperanza en motor.
Mientras esta ciudad
sudamericana se alista para la fiesta deportiva, con su río Paraguay como telón
de fondo y monumentos como el Palacio de los López y el Panteón de los Héroes
recibiendo a los visitantes, la mayor de las Antillas se alista como una de las
contendientes entre las 41 naciones participantes.
Porque competir «con amor
por Cuba” no es solo un lema de ocasión. Es una manera de estar en el mundo:
con entrega, con coraje, con esa mezcla de fuego, disciplina y ternura que
define a los que llevan la isla tatuada en el pecho. Y en cada salto, en cada
combate, en cada abrazo al cruzar una meta, irá también la nación que hoy los
despide entre vítores, aplausos y sueños.
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