Descubre cómo los mocos pueden predecir tu salud


Los mocos desempeñan un papel importante al protegernos de las enfermedades, y su color por sí solo puede brindarnos información de nuestro cuerpo

En la antigua Grecia, se creía que los mocos eran uno de los 4 fluidos corporales responsables del equilibrio de la salud y la personalidad humanas.

El equilibrio de estos humores en una persona podía determinar su temperamento; un exceso de cualquiera de ellos podía causar enfermedades.

Por ejemplo, se creía que la flema se producía en el cerebro y los pulmones, y que durante las estaciones frías y húmedas, podía volverse demasiado abundante e incluso causar epilepsia. Una persona con una personalidad flemática tendría un carácter frío, húmedo y distante.

Por supuesto, ahora sabemos que los mocos no afectan la personalidad de las personas ni causan enfermedades; más bien, nos ayudan a protegernos de ellas.

Y aunque a nadie le gusta tener la nariz mocosa o esparcir mocos por la habitación al estornudar, la mucosidad de nuestras fosas nasales es, sin duda, una de las maravillas del cuerpo humano.

Nos protege de intrusos y tiene una composición única que puede revelar información profunda sobre lo que sucede en nuestro interior.

Ahora, los científicos esperan perfeccionar la capacidad de diagnosticar a partir de los mocos y tratar mejor todo tipo de afecciones, desde el Covid-19 hasta enfermedades pulmonares crónicas.

Esta sustancia viscosa protege el interior de la nariz, hidratando las fosas nasales y atrapando bacterias, virus, polen, suciedad, polvo y contaminación que intentan entrar en nuestro cuerpo a través de las vías respiratorias.

Con la ayuda de cientos de vellosidades, los mocos constituyen una barrera entre el mundo exterior y el interior.

El cuerpo de un adulto produce más de 100 mililitros de mocos al día, pero los niños tienden a moquear mucho más que los adultos porque sus cuerpos están aprendiendo a lidiar con la exposición a todas las moléculas del mundo por primera vez, afirma Daniela Ferreira, profesora de Infecciones Respiratorias y Vaccinología de la Universidad de Oxford, Reino Unido.

Con un simple vistazo, el color y la consistencia de nuestros mocos pueden ayudarnos a comprender parcialmente qué está sucediendo: los mocos pueden ser como un termómetro visual.

Una mucosidad líquida con moco transparente sugiere que el cuerpo probablemente esté expulsando algo que irrita los senos paranasales, como polen o polvo.

El moco blanco significa que un virus puede haber entrado en el cuerpo, ya que el blanco se debe a los glóbulos blancos que combaten a los intrusos.

Cuando el moco se vuelve más denso y de color verde amarillento, se trata simplemente de un montón de glóbulos blancos muertos tras haberse acumulado en grandes cantidades y evacuado.

Si tus mocos son rojizos o rosados, puede que tengan un poco de sangre: quizá te hayas sonado demasiado la nariz y te hayas irritado el interior.

Pero observar los mocos es solo el primer paso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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