Los frentes de guerra de Trump no cesan
Gonzalo Marroquín Godoy
Difícilmente un estratega
militar y/o político recomendaría abrir frentes simultáneos en una guerra,
tomando en cuenta que ello disminuye la posibilidad de un triunfo general y
genera desgaste general.
Por la mañana visita a una
cárcel represiva para migrantes llamada “Alcatraz Alligator”; días antes ordena
un ataque aéreo a Irán; la Casa Blanca anuncia conversación con Vladimir Putin;
días después de vuelta a la guerra de aranceles, esta vez contra Brasil; en
medio suben y bajan de tono las escaramuzas por las redes sociales con Elon
Musk; los fallos judiciales a favor y en contra van y vienen; y, por si fuera
poco, no faltan los intercambios verbales con gobernadores demócratas que
adversan sus políticas.
En verdad, eso no es todo,
pero refleja un poco el ambiente que seguramente se vive cada día en la Casa
Blanca, en donde el Despacho Oval no tiene un momento de paz, pues los
secretarios y asesores entran y salen a cada momento para abordar las constantes
crisis desatadas en diferentes frentes por el presidente Donald Trump, quien
sostiene una peculiar “guerra total” por volver a Estados Unidos “más grande de
nuevo”.
Está por cumplir seis meses
desde que asumió la presidencia del país más poderoso del mundo y la
polarización doméstica e internacional alcanza niveles nunca antes vistos, pero
Trump no se detiene…
Los expertos en solución de
conflictos recomiendan enfrentar los problemas de manera paulatina y no al
mismo tiempo, porque se pueden hacer mejores análisis y la comunicación puede
ser más asertiva.
Los expertos militares
consideran que la derrota del poderoso ejército nazi en la Segunda Guerra
Mundial se debió a la decisión de Hitler de invadir Rusia –con todos los
errores que ello conllevó–, mientras tenía otros frentes de guerra abiertos.
Trataré de hacer un breve
recorrido por las batallas que Trump sostiene simultáneamente y que, por
razones lógicas, demandan de su atención y pueden terminar complicando el
resultado general de su administración.
Migrantes. Uno de los
frentes más candentes. No le bastó con anunciar que tendría “cero tolerancias”
hacia los migrantes indocumentados.
Se ha dedicado a
perseguirlos, irrespetando incluso la voluntad de autoridades estatales, como
fue el caso de California, a donde envió la Guardia Nacional y Marines, a pesar
del rechazo, no solo generalizado de los californianos, sino de las propias autoridades
locales, con los que tuvo más de una escaramuza de insultos y señalamientos.
Algo parecido pasa con Nueva York e Illinois, entre otros.
Se le critica también por la
forma despectiva en que se refiere a todos los indocumentados, a los que
califica de “asesinaos y delincuentes”, a pesar de ser una parte importante del
aparato productivo de su país. No se niega que pueda tener una política de
control, pero se critica la forma y la falta de respeto a los derechos humanos
de los inmigrantes latinos –documentados o no–.
Confrontación judicial:
Trump ha desatado toda una batalla judicial en torno a sus controversiales
órdenes ejecutivas, como se ha visto durante meses.
Aún con el fallo a su favor
de la Corte Suprema, es evidente que hay jueces que no aceptan que se limite su
independencia y esto genera un ambiente de efervescencia y desgasta la
autoridad de la Justicia. Hay conflictos con jueces federales y sus insultos
hacia ellos no genera las mejores sensaciones.
Aranceles van y vienen: Hoy
los anuncia general, mañana dice que serán particulares para cada país, luego
pide que los países “vengan arrastrados a negociar”.
Otro día dice que aplaza los
aranceles… En fin, lo último es que utiliza este tema para confrontar a su
homólogo Lula da Silva de Brasil, a quien acusa por considerar que mantiene una
persecución política contra su amigo, el expresidente Jair Bolsonaro. Esa
batalla está en curso.
Libertad de Expresión y
censura: Una y otra vez hay controversias de Trump con periodistas en las
ruedas de prensa. Se han dado también presiones para que medios informativos
cambien su línea editorial –incluso el Washington Post–. El discurso del presidente
tiende a desacreditar la labor periodística en general.
Desvalorización de antiguos
aliados: Aunque en las guerras se requiere de alianzas y fuerzas
complementarias, Trump se ha alejado de sus aliados tradicionales, como México
y Canadá en lo comercial y los países de la OTAN, en el plano militar. Termina
imponiendo su voluntad, pero deja en el camino un daño que puede pasar factura
más adelante.
Musk, enemigo gigante:
Termino con un frente de batalla que está muy lejos de cerrarse y dará mucho de
qué hablar. Lo que se presentó casi como un “matrimonio político”, terminó en
un sonoro “divorcio”.
Elon Musk, el hombre más
rico del mundo, salió finalmente por la puerta trasera de la administración,
pero lo hizo lanzando fuego y centellas.
No solo es una amenaza para
el propio Trump –podría sacar a luz detalles del caso Epstein–, sino que
también para su partido. Musk anunció ya la creación de un tercer partido para
competir con demócratas y republicanos.
Hay más frentes, pero son
los cotidianos, los que todo presidente debe abordar, pero como puede
apreciarse, por el momento, hay victorias y derrotas, pero demasiados peligros
en un escenario que, en vez de aclararse, se complica a cada momento.
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