Califican como un peligro autorizacion de Trump a la CIA para conspirar en Venezuela
Washington, 16 oct (Prensa Latina) A la indignación por los ataques de Estados Unidos en el Caribe a embarcaciones que acusa sin pruebas de traficar drogas se suma hoy la autorización del presidente Donald Trump para operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela.
Así destacan algunos medios digitales que recuerdan el largo
historial de acciones encubiertas de Estados Unidos en Latinoamérica para
forzar los cambios de régimen, algo que, al parecer, tratan de promover en
Venezuela, de acuerdo las denuncias y advertencias del Gobierno de Caracas.
La víspera Trump anunció que su administración autorizó a la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) “llevar a cabo operaciones letales en
Venezuela y realizar diversas operaciones en el Caribe”.
Una publicación del diario The New York Times subrayó que la
CIA podría tomar medidas encubiertas contra Nicolás Maduro -presidente
democráticamente electo de ese país- o su gobierno, “ya sea unilateralmente o
en conjunto con una operación militar mayor”, apuntó el periódico citando a
funcionarios estadounidenses en condición de anonimato.
Esto se produce mientras demócratas en el Congreso, grupos de
derechos humanos y juristas alertan sobre los cinco ataques conocidos de Trump
contra barcos que, según él, transportaban drogas, en los que han muerto al
menos 27 personas, comentó Common Dreams.
«Ahora que Trump ha delegado su absurda politiquería para
obtener el Premio Nobel de la Paz en aduladores, finalmente puede declarar la
guerra unilateralmente a Venezuela, un crimen de guerra, mientras asesina a
civiles colombianos en el mar, otro crimen de guerra…», declaró el periodista
Seth Abramson, citado en un artículo del medio digital.
La semana pasada, mientras los demócratas del Senado luchaban
sin éxito para detener los ataques de Trump contra las costas venezolanas, el
presidente colombiano Gustavo Petro declaró en redes sociales que una de las
embarcaciones bombardeadas parecía transportar ciudadanos de su país.
“Se ha abierto una nueva zona de guerra: el Caribe”, advirtió
Petro entonces, quien dijo que “no es una guerra contra el contrabando; es una
guerra por el petróleo, y el mundo debe detenerla. La agresión es contra toda
Latinoamérica y el Caribe”.
El gobierno de Trump envió una reciente notificación
confidencial al Congreso, destinada a justificar los mortíferos atentados.
La Asociación Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) y
el Centro de Derechos Constitucionales (CCR) presentaron la víspera una
solicitud amparada en la Ley de Libertad de Información para pedir la
orientación de la Oficina de Asesoría Legal y otros documentos relacionados con
esos ataques.
“Toda la evidencia disponible sugiere que los ataques letales
del presidente Trump en el Caribe constituyen, simple y llanamente, asesinato”,
afirmó Jeffrey Stein, abogado del Proyecto de Seguridad Nacional de la ACLU.
“El público merece saber cómo nuestro gobierno justifica
estos ataques como legales y, dado lo que está en juego, es imperativo el
escrutinio público inmediato de sus teorías aparentemente radicales”.
Pero apenas un día después de que Trump informó sobre la
destrucción de la quinta embarcación presuntamente cargada de drogas en el
Caribe que resultó en la muerte de seis personas, dos bombarderos B-52H de la
Fuerza Aérea estadounidense volaron cerca del territorio venezolano.
Datos de FlightRadar24 señalaron que uno de los aviones
militares se acercó a unos 86 kilómetros de la isla La Orchila, que es parte
del territorio venezolano, y a 213 kilómetros de la costa continental
venezolana.
Un tercer B-52 fue también detectado volando sobre el Caribe,
pero apagó su baliza estando aún lejos de Venezuela, indicó el rastreador. Los
bombarderos se identificaron en Flightradar24 como “BUNNY01”, “BUNNY02” y
“BUNNY03”, y partieron de la base de la Fuerza Aérea de Estados Unidos ubicada
en las afueras de Shreveport, en Luisiana, dijo la CNN.
Recordó la cadena de noticias que a mediados de agosto
Estados Unidos empezó su despliegue de importantes activos militares en el mar
Caribe en operaciones que, según la Casa Blanca, son para combatir a los
cárteles de la droga, a los que intenta vincular al Gobierno de Venezuela, que
niega rotundamente Caracas.
Las fuerzas emplazadas en la zona incluyen ocho buques de
guerra, más de cuatro mil militares, entre ellos una unidad de infantería de
Marina, y 10 cazas F-35.

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